(IPYS/IFEX) – El martes 19 de febrero de 2002 fue retenido el periodista T. Christian Miller, corresponsal del diario «Los Angeles Times», por guerrilleros del Frente 49 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Los hechos fueron publicados en la edición del diario norteamericano el 2 de marzo. En conversación sostenida con el corresponsal […]
(IPYS/IFEX) – El martes 19 de febrero de 2002 fue retenido el periodista T. Christian Miller, corresponsal del diario «Los Angeles Times», por guerrilleros del Frente 49 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Los hechos fueron publicados en la edición del diario norteamericano el 2 de marzo.
En conversación sostenida con el corresponsal del IPYS, Miller contó que ese día se encontraba con su asistente Mauricio Hoyos investigando la caída de un helicóptero de Estados Unidos que apoyaba los labores de fumigación a finales de enero. La retención sucedió en la vereda El Currillo, junto al río Caquetá, en la frontera entre los departamentos de Putumayo y Caquetá.
El incidente sucedió luego de contratar un lanchero de la región que los llevó al campamento guerrillero. Al llegar al lugar, un subcomandante le dijo al periodista «aquí estamos en guerra contra todos, incluidos los gringos. Por eso usted se tiene que quedar con nosotros por razones de seguridad». El argumento expuesto fue que se le retenía mientras se verificaba la autenticidad de sus credenciales. Luego les asignaron seis guardias, quienes los condujeron minutos después por el río y los encerraron en una construcción rústica, donde pasaron la noche. En el encierro les colocaron música del grupo guerrillero en la que se entonaba cantos que ponían énfasis en la soledad por estar retenidos y se hablaba contra del Ejército y de la prensa. «Nosotros matamos dos militares… por que la prensa no dijo la verdad… por que está con el gobierno…», decía uno de los coros.
Al día siguiente llegó uno de los comandantes guerrilleros y les pidió disculpas «por la pequeña demora». De inmediato se les quitó la guardia y fueron más asequibles. Los guerrilleros le dijeron a Miller que ellos no tenían nada contra la prensa internacional pero que guardaban grandes distancias contra la prensa nacional por que se había vendido a la oligarquía y a la burguesía colombiana. Tras 24 horas de detención y luego de colaborar con su investigación periodística, los guerrilleros los dejaron ir. Esto sucedió cuatro horas antes de que el presidente Andrés Pastrana diera por terminados los diálogos de paz con el grupo insurgente.