(RSF/IFEX) – RSF está muy preocupada por el estado de salud del periodista Fabio Prieto Llorente, en huelga de hambre desde el 11 de agosto de 2004 para protestar por sus condiciones de detención. «Desde el comienzo del año, ésta es la tercera vez que el periodista se ve obligado a usar este medio», ha […]
(RSF/IFEX) – RSF está muy preocupada por el estado de salud del periodista Fabio Prieto Llorente, en huelga de hambre desde el 11 de agosto de 2004 para protestar por sus condiciones de detención.
«Desde el comienzo del año, ésta es la tercera vez que el periodista se ve obligado a usar este medio», ha señalado RSF. La organización recuerda que considera a las autoridades de La Habana responsables de su estado de salud.
«En Cuba, los periodistas viven una doble injusticia, la de estar encarcelados por ejercer su profesión y la de encontrarse detenidos en condiciones deplorables», ha manifestado Robert Ménard, secretario general de RSF, que reclama la inmediata puesta en libertad de los periodistas detenidos en la isla.
«La liberación de tres periodistas, en junio pasado, así como el reciente traslado de otros tres a cárceles situadas más cerca de sus domicilios, no permiten hablar de una mejora en la situación de la prensa cuando 26 periodistas permanecen encarcelados en la isla y el Estado sigue detentando el monopolio de la información», ha explicado RSF. «En cambio, estas últimas medidas atestiguan la eficacia de las presiones ejercidas por la comunidad internacional. Por tanto, se deben mantener hasta que el poder de La Habana respete la libertad de prensa», concluyó la organización.
Con 26 periodistas encarcelados, Cuba es la segunda mayor cárcel del mundo para la profesión, detrás de China, con 27 periodistas encarcelados. El presidente Fidel Castro forma parte de la lista de los 38 predadores de la libertad de prensa elaborada por RSF.
Tercera huelga de hambre
El 19 de agosto, Clara Lourdes, hermana del periodista encarcelado, anunció que Prieto Llorente se encuentra en huelga de hambre desde el 11 de agosto en señal de protesta por su traslado con presos comunes, que habitualmente son manipulados por las autoridades carcelarias quienes, a cambio de favores, les exigen que acosen a los presos políticos. En enero y julio, el periodista ya efectuó otras dos huelgas de hambre por las mismas razones.
Prieto Llorente, corresponsal de la agencia prohibida Havana Press en la Isla de la Juventud, al sudoeste del país, y del antiguo sitio cubafreepress.org, fue detenido el 19 de marzo de 2003 y condenado a 20 años de cárcel. Desde su encarcelamiento el periodista ha tenido pocos contactos con sus familiares. En tres ocasiones ha sido trasladado y ahora se encuentra en la cárcel «Kilo 8» de Camagüey, situada a más de 700 kilómetros de la Isla de la Juventud, donde vive su familia.
El periodista está detenido junto a presos comunes. Dice que padece violentos dolores de cabeza a causa del ruido que reina en la cárcel. Según él, las autoridades dejan permanentemente encendida una radio cerca de su celda para impedirle dormir. Prieto Llorente denuncia condiciones de detención «inhumanas», incluyendo malos tratos, falta de cuidados médicos, mala alimentación y la imposibilidad de dar paseos y de salir al aire libre durante varios días. En julio de 2004, después de dos meses prácticamente sin salidas, decía que le dolían las articulaciones.
Unas mejoras muy limitadas
En junio, los periodistas Carlos Alberto Domínguez, Carmelo Díaz Fernández y Manuel Vázquez Portal consiguieron una «liberación extra penal» por razones de salud. En teoría, tienen que volver a la cárcel en el momento en que mejore su salud.
Por otra parte, a principios de agosto, los periodistas Pedro Argüelles Morán, Alfredo Manuel Pulido López y Omar Moisés Ruiz Hernández fueron trasladados a cárceles más cercanas a sus familias. Sin embargo, esas mejoras siguen siendo muy limitadas. La mayoría de los 26 periodistas que continúan encarcelados se encuentran internados a varios cientos de kilómetros de sus domicilios y los problemas de transporte transforman en calvarios las visitas de sus familiares, limitadas a una vez cada tres meses en lugar de una vez cada tres semanas.
En su mayoría, los periodistas se encuentran internados junto a presos comunes, incluso presos peligrosos. Se les mantiene en un estado de stress, sometidos a presiones psicológicas y humillaciones, privados de una alimentación sana y suficiente, de cuidados médicos adecuados, de comunicación regular con sus familiares o con la prohibición de recibir asistencia religiosa.
Es particularmente preocupante el estado de salud del periodista y economista Oscar Espinosa Chepe, condenado a 20 años de cárcel. Según su familia padece una cirrosis hepática y tumores cancerosos, detectados en febrero. Come muy poco. Internado en un primer momento en el hospital militar Carlos J. Finlay de La Habana, el 12 de agosto fue trasladado a la enfermería de la cárcel de Combinado del Este, en la provincia de La Habana, antes del paso del ciclón Shirley. A pesar de las promesas, el 19 de agosto todavía no habían devuelto al periodista al hospital militar.
Veinticinco de los 26 periodistas encarcelados en Cuba fueron detenidos en marzo de 2003, al mismo tiempo que medio centenar de disidentes, durante la «primavera negra» cubana. Están condenados a penas que van de 14 a 27 años de cárcel.