Claudia Julieta Duque tiene razones para preocuparse ante el silencio de las autoridades una semana después del envío de su carta, dice RSF.
(RSF/IFEX) – 22 de septiembre 2011 – Reporteros sin Fronteras apoya la petición que Claudia Julieta Duque, de Radio Nizkor, hizo al presidente de la República, Juan Manuel Santos, en una carta que, por otra parte, envió a la organización. La periodista pide que se esclarezca la alerta de un posible atentado en su contra. Tiene razones para preocuparse ante el silencio de las autoridades una semana después del envío de su carta.
«Apoyando la petición personal formulada por Claudia Julieta Duque, también solicitamos toda la vigilancia de las autoridades en lo que respecta a la seguridad de los periodistas víctimas del DAS, en un contexto judicial tan importante. Celebramos que se comience a hacer justicia por este escándalo de Estado, sinónimo de gravísimas violaciones de los derechos humanos y de atentados a las libertades públicas. También somos conscientes de que esta verdad implica grandes riesgos para aquellos que la han dado seguimiento y la han padecido a la vez», declaró Reporteros sin Fronteras.
Duque se encuentra entre los profesionales de los medios de comunicación que fueron blanco directo de las maniobras del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) durante el doble mandato de Álvaro Uribe (2002-2010), debido a sus críticas de la llamada política de «seguridad democrática» desarrollada en esa época.
La carta de Duque fue enviada el 14 de septiembre, el mismo día en que un ex director del DAS fue condenado por la Corte Suprema de Justicia por «abuso de autoridad», «homicidio» y «concierto para delinquir (paramilitarismo)». Jorge Noguera fue sentenciado a 25 años de prisión. Asimismo, estará inhabilitado para ejercer un cargo público durante 20 años. En cambio, fue absuelto por los asesinatos, cometidos en 2003, de la periodista Zully Codina y del diputado Fernando Pisciotti. Junto con sus sucesores en la dirección del DAS y algunos altos funcionarios, Noguera también deberá responder pronto a otro aspecto crucial del «DASgate», el del espionaje telefónico («chuzadas»).
Las amenazas contra Duque se intensificaron desde que, junto con Karen De Young, publicó un artículo en «The Washington Post», el 21 de agosto, que denunciaba el uso de recursos de cooperación estadounidenses en acciones represivas del DAS. El ex presidente Uribe replicó enseguida al artículo, acusando a sus autores y al corresponsal colombiano de «The Washington Post», Juan Forero, de «estar a sueldo de la guerrilla», exponiéndolos más al peligro. En septiembre, Duque también denunció en otros dos artículos, que aparecieron en la publicación bimensual «Un Pasquín», los presuntos nexos de algunas personalidades con el jefe paramilitar de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), Carlos Castaño.
Duque ha sido blanco de amenazas y persecuciones desde 2001. Por ello, en 2009 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) le otorgó medidas cautelares. Asimismo, desde 2004 cuenta con un esquema de seguridad del Ministerio del Interior. Sus investigaciones muy delicadas sobre los homicidios de los periodistas Jaime Garzón Forero, asesinado en 1999, y Clodomiro Castilla, acaecido en 2010, continúan resultando en serias advertencias en su contra.