(FLIP/IFEX) – Dos periodistas fueron golpeadas por vendedores ambulantes que eran desalojados por la policía en disturbios que se presentaron el 10 de diciembre de 2008, en la ciudad de Ibagué, en el departamento del Tolima. Los hechos tuvieron lugar hacía las 6:45 de la tarde (hora local). Durante todo el día la policía antimotines […]
(FLIP/IFEX) – Dos periodistas fueron golpeadas por vendedores ambulantes que eran desalojados por la policía en disturbios que se presentaron el 10 de diciembre de 2008, en la ciudad de Ibagué, en el departamento del Tolima.
Los hechos tuvieron lugar hacía las 6:45 de la tarde (hora local). Durante todo el día la policía antimotines estuvo desalojando a los vendedores ambulantes que ocupaban el espacio público del centro de la ciudad. El operativo desembocó en enfrentamientos entre unos y otros, y fueron cubiertos por los periodistas locales.
La periodista Adriana Montealegre, redactora judicial del diario «El Nuevo Día», y Francy Robayo, de la emisora Radio Súper, se encontraban registrando los hechos. En el momento en que un vendedor fue detenido por los uniformados, Montealegre le tomó una fotografía, lo cual desató la ira de varios manifestantes. Éstos comenzaron a insultar a las periodistas acusándolas de tomar fotos para la policía. Las reporteras trataron de alejarse del lugar, sin embargo, una de los manifestantes las golpeó en repetidas ocasiones con un palo.
Varios agentes de la policía intervinieron para proteger a Montealegre y Robayo. Cuando las periodistas estaban saliendo del sitio fueron nuevamente alcanzadas por los agresores, que las empujaron e hicieron caer. Una vez en el piso, les lanzaron objetos peligrosos, como latas y piedras, al tiempo que las insultaban y les gritaban improperios. De nuevo la policía intervino y protegió a las comunicadoras con sus escudos, hasta lograr sacarlas del lugar. Las periodistas fueron acompañadas por un uniformado hasta las instalaciones del periódico.
En diálogo con la FLIP, Montealegre manifestó que se encuentra bien físicamente y que fue revisada por el Instituto de Medicina Legal. Señaló que lo más sorprendente de la actitud de los agresores fue que «la señora que nos golpeó (con el palo) sabía cuál era nuestro trabajo allí, pues yo la había entrevistado horas antes». La comunicadora añadió que «si no fuera por la intervención de la policía, la agresión hubiera sido peor».
Los disturbios generaron una situación complicada de orden público en Ibagué, a tal punto que aproximadamente diez locales comerciales resultaron averiados y el 10 de diciembre el centro de la ciudad amaneció militarizado. En este momento continúan los operativos.
Respecto a estos hechos, el comandante de la policía del departamento, Coronel Julio César Santoyo, dijo a la FLIP que en la ciudad se aprobó recientemente una acción popular que exige la recuperación del espacio público. Debido a la negativa de los vendedores informales para ser reubicados en un parque, la policía ha tenido que realizar los desalojos, ante los cuales los vendedores han respondido agresivamente. Santoyo señaló que «las periodistas estaban cumpliendo con su deber normal cuando fueron atacadas, por eso las protegimos». Finalmente, reiteró estar dispuesto a facilitar el trabajo de la prensa en este tipo de cubrimientos.
La FLIP ve con preocupación estos hechos que atentan nuevamente contra la integridad y el trabajo de los periodistas. Es preciso que la ciudadanía entienda que el trabajo de los comunicadores en las manifestaciones públicas o acciones de la Fuerza Pública es netamente informativo. Finalmente, la FLIP destaca la oportuna intervención de la policía, y exhorta a la fiscalía para que sancione a los responsables de estos hechos.