(FIP/IFEX) – En tres incidentes separados, periodistas en Granada, Bucaramanga y Cartago fueron agredidos, físicamente o verbalmente, por políticos o empleados de ellos. El 22 de octubre de 2007, Abel Zabala Vargas, director del periódico «el Ariarense», fue agredido por el escolta del alcalde de Granada, departamento de Meta, el patrullero Darwin Piñeros, para impedir […]
(FIP/IFEX) – En tres incidentes separados, periodistas en Granada, Bucaramanga y Cartago fueron agredidos, físicamente o verbalmente, por políticos o empleados de ellos.
El 22 de octubre de 2007, Abel Zabala Vargas, director del periódico «el Ariarense», fue agredido por el escolta del alcalde de Granada, departamento de Meta, el patrullero Darwin Piñeros, para impedir que realizara una grabación del burgomaestre en compañía del candidato a la alcaldía Edilto Triana, quienes, aparentemente, estarían comprando cemento. Entre tanto el alcalde, William Reinoso, le gritaba palabras soeces al periodista, durante el incidente que se produjo a las 9:30 a.m. (hora local), a la altura de carrera 14 entre calles 18 y 19 de ese municipio del Meta. Meta es un departamento en el centro del país, al sureste de la capital, Bogotá.
Zabala Vargas sufrió un fuerte arañazo en el cuello y tuvo que permanecer encerrado dentro de un establecimiento comercial, de donde el escolta -que se encontraba de civil-, no lo dejó salir, pero lo amenazó: «No sabe lo que le va a pasar ese gran hijo de p . . .» Finalmente llegó la policía, pero contrario a lo que se podría esperar en un Estado de Derecho, los uniformados no reprendieron al agresor, sino que intentaron quitar la cámara al periodista quien se resistió e impidió ser llevado a la estación.
En carta dirigida a la opinión pública, Zabala Vargas puntualizó: «Como periodista pongo en conocimiento de la autoridades que no tengo ningún enemigo; por lo tanto si a mí o a mi familia nos pasa algo, los únicos responsables son el alcalde William Reinoso y el policía Darwin Moreno (. . .) Cuando se quiere denunciar, la misma a policía no deja ejercer el derecho al periodismo porque no me permitieron seguir filmando (. . .) la participación en política del alcalde utilizando dineros del Estado».
Otra obstrucción a la labor periodística fue protagonizada por el ex senador por el departamento de Santander, Luis Alberto Gil Castillo, el 18 de octubre contra el reportero Pastor Viviescas Gómez, en la ciudad de Bucaramanga. Gil Castillo fue mencionado la semana anterior entre los congresistas llamados a indagatoria por la Corte Suprema de Justicia por el escándalo de la llamada «parapolítica».
«¡Bandido! ¡Policía! ¡Francotirador!», fueron las expresiones empleadas por el político cuando el periodista tomó tres fotografías del ex senador del partido político Convergencia Ciudadana en la marcha realizada ese día en respaldo al gobernador Hugo Heliodoro Aguilar. Luego levantó su mano derecha para impedir que le siguiera haciendo fotografías. «Me está confundiendo, yo soy periodista», le respondió Viviescas Gómez.
Sin embargo Gil Castillo, acompañado por cuatro escoltas, continuó gritando: «¡Policía! ¡Usté (sic) es un francotirador! ¡Usté (sic) dice mentiras!». Viviescas Gómez le propuso que le concediera una entrevista para que repitiera lo que estaba diciendo y que agregara lo que quisiera, pero el sujeto siguió caminando entre sus seguidores, protegido por sus guardaespaldas.
Viviescas Gómez es jefe de redacción del «Periódico 15», director de la Oficina de Comunicaciones de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB) y colaborador de los periódicos «Al Día», de San José de Costa Rica y «El Espectador», de Bogotá, donde trabajó como editor internacional y del «Tema del Día». Uno de sus trabajos publicados fue, justamente, la entrevista, en 2006, al entonces senador Gil Castillo, titulada «3.000 almuerzos para cuántos voticos», que recibió el Premio Nacional Simón Bolívar de Periodismo en la categoría de Mejor Entrevista.
Finalmente, el 22 de octubre, el Representante a la Cámara, Luis Carlos Restrepo Orozco, afirmó, a través del noticiero Radio Sucesos RCN de Radio Robledo, que todos los periodistas del municipio de Cartago habían sido amigos del ya fallecido Ariel Rodríguez, quien fuera señalado por la autoridades como narcotraficante.
El Círculo de Periodistas de Cartago y la Federación Colombiana de Periodistas (FECOLPER) rechazaron inmediatamente la afirmación, pues considera que estigmatiza al periodismo cartagueño y lo pone en la picota pública, a pesar de los ingentes esfuerzos que han hecho muchos colegas contra la perniciosa influencia de ese flagelo que ha conllevado a lamentables episodios de corrupción gubernamental (. . .)
FECOLPER representa a más de 1.000 periodistas en 18 departamentos de Colombia. La FIP representa a más de 600.000 periodistas en 115 países.