(IPYS/IFEX) – El 12 de octubre de 2003, tres fotógrafos, corresponsales de agencias internacionales, sufrieron atentados contra sus vidas, cuando un grupo de militares que patrullaba en la zona Santiago Segundo, de la ciudad de El Alto, disparó una ráfaga de proyectiles dirigida hacia ellos. Este hecho sucedió alrededor del medio día (hora local), cuando […]
(IPYS/IFEX) – El 12 de octubre de 2003, tres fotógrafos, corresponsales de agencias internacionales, sufrieron atentados contra sus vidas, cuando un grupo de militares que patrullaba en la zona Santiago Segundo, de la ciudad de El Alto, disparó una ráfaga de proyectiles dirigida hacia ellos.
Este hecho sucedió alrededor del medio día (hora local), cuando varios vecinos intentaron reunirse pero fueron impedidos por una tanqueta repleta de militares que lanzó gases lacrimógenos contra la multitud.
Los agentes químicos y una ráfaga de fuego alcanzaron un anaquel de venta donde se encontraban ocultos Martín Alípaz, de la agencia de noticias EFE; Luis Eduardo Galdieri, de Associated Press (AP); y Carlos Barria, de Reuters; además de un camarógrafo de Televisión Española (TVE). Alípaz dijo que los militares «sabían que teníamos cámaras fotográficas, pero igual nos dispararon».
Según el periódico «La Prensa», los fotógrafos corrieron hacia un morro de tierra para cubrirse del fuego, pero también en ese lugar impactaron algunas balas. Horas después, según relató el periodista de EFE, encontraron a otro colega de radio Pachamama que fue herido en el brazo por un balín, aunque en diferentes circunstancias.
Ese mismo día apareció un comunicado en todos los canales de televisión anunciando que la prensa boliviana seguirá con su labor comunicativa «porque la población tiene el derecho a estar informada». Además, la prensa llamó a las partes en conflicto (gobierno y opositores) «a solucionar los problemas del país, para el bien de la democracia».
La Federación de Trabajadores de la Prensa de Bolivia expresó en un comunicado que en esta situación de emergencia, la prensa está enfrentando amenazas de gente que «aún no entiende que el rol de la prensa es informar de todo lo que ocurre en el país».