(IPYS/IFEX) – Un violento enfrentamiento, ocurrido la tarde del 15 de octubre de 2004, entre la policía y los comerciantes del Mercado de Frutas Número 2, ubicado en el distrito de La Victoria en Lima, provocó un ataque contra los periodistas que se encontraban registrando los hechos. Los agresores fueron hampones, al parecer contratados por […]
(IPYS/IFEX) – Un violento enfrentamiento, ocurrido la tarde del 15 de octubre de 2004, entre la policía y los comerciantes del Mercado de Frutas Número 2, ubicado en el distrito de La Victoria en Lima, provocó un ataque contra los periodistas que se encontraban registrando los hechos. Los agresores fueron hampones, al parecer contratados por los comerciantes para evitar su desalojo del mercado. Al percatarse que estaban siendo grabados, decidieron golpear y arrebatar a los reporteros tanto sus cámaras como sus cintas de grabación.
Entre los periodistas y técnicos agredidos se encuentran: Roberto Villanueva, camarógrafo, y Jorge de la Quintana, asistente, de la cadena Univisión; la reportera Lizbeth Maceda y el camarógrafo Armando Valla de Frecuencia Latina; así como los video-reporteros de Canal N, David Hurtado y Julio César Chávez.
Los reporteros estaban captando imágenes de los sucesos en un edificio aledaño al mercado mientras los delincuentes disparaban y arrojaban objetos contundentes contra los efectivos policiales desde la azotea del mercado. Dado el repliegue de las fuerzas del orden, los enardecidos maleantes bajaron y fueron a buscar a los reporteros. Entraron al edificio donde se hallaban los periodistas, rompieron la puerta de la casa que les había permitido el ingreso y les exigieron la entrega de sus cintas y cámaras. Al mismo tiempo, los insultaban, golpeaban y los intimidaban con los cuchillos, verduguillos, pistolas y fusiles de retrocarga con los que habían dispersado a la policía.
Segundos antes, varios reporteros y técnicos pudieron camuflar las cintas originales. Gracias a ello, se pudo comprobar la magnitud de la violencia ocurrida. Sin embargo, no lograron impedir que les arrebataran objetos personales y les destrozaran sus cámaras y baterías.
Posteriormente, la policía retomó el control del Mercado de Frutas. Rompieron una de las rejas con una tanqueta y detuvo a más de cien individuos entre comerciantes y hampones contratados. El desalojo fue a consecuencia de un mandato judicial que dispuso la destitución de un grupo de directivos de dicho centro de abastos que se mantenía ilegalmente en ese lugar.