Según los investigadores, El Salvador sigue sin cumplir las normas y regulaciones de ciberseguridad básicas, lo que impide a los civiles afectados mitigar los riesgos potenciales que enfrentan.
Este artículo fue publicado originalmente en es.globalvoices.org el 12 de julio de 2024.
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El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, se ha convertido en la cara del progreso tecnológico en Centroamérica, a pesar de los implacables ciberataques contra instituciones públicas salvadoreñas que han puesto en riesgo los datos de millones de ciudadanos.
En 2021, Bukele impresionó a los espectadores internacionales cuando convirtió el Bitcoin en moneda legal en El Salvador, y en 2024 anunció la inauguración de una nueva oficina de Google en el país, con la promesa de digitalizar los sectores educativos y de salud. Sin embargo, no ha habido reconocimiento público de más de una docena de filtraciones de datos contra la infraestructura pública entre abril y junio de 2024.
Según los investigadores, El Salvador sigue sin cumplir las normas y regulaciones de ciberseguridad básicas, lo que impide a los civiles afectados mitigar los riesgos potenciales que enfrentan.
A principios de abril de 2024, el medio local La Prensa Gráfica informó que hubo dos nuevas filtraciones de datos en el transcurso de una semana. La divulgación pública de 5,1 millones de números de identificación personal salvadoreños fue la más significativa (antes estaba detrás de una barrera de pago), y afecta potencialmente al 80% de la población del país. La divulgación de fotografías en alta definición que contienen datos biométricos correspondientes a cada ciudadano causó preocupación por robo de identidad y fraude. Junto con otro ataque que afectó al Ministerio de Transporte, la grieta de seguridad no fue reconocida.