Cándido Figueredo -quien informa desde Pedro Juan Caballero, en la frontera con Brasil, para ABC Color, uno de los diarios nacionales más grandes de Paraguay-, ha vivido bajo protección policial las 24 horas durante más de dos décadas después de años de amenazas de muerte por su cobertura sobre el crimen organizado y el narcotráfico.
Este artículo fue publicado originalmente en cpj.org el 8 de septiembre de 2016.
El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) está preocupado por la seguridad de Cándido Figueredo luego de un intento por parte de la policía paraguaya de remover su equipo de escoltas.
Figueredo -quien informa desde Pedro Juan Caballero, en la frontera con Brasil, para ABC Color, uno de los diarios nacionales más grandes de Paraguay-, ha vivido bajo protección policial las 24 horas durante más de dos décadas después de años de amenazas de muerte por su cobertura sobre el crimen organizado y el narcotráfico. Figueredo, ganador del premio Internacional a la Libertad de Prensa del CPJ en 2015, indicó al CPJ que el jefe de policía del departamento oriental de Amambay le informó la semana pasada que la policía anularía su guardia de seguridad.
Figueredo señaló que había entregado una petición de forma inmediata ante un tribunal en Pedro Juan Caballero para ordenar a la policía que mantenga su guardia de seguridad, argumentando que seguía en peligro, y la justicia decidió a su favor el 2 de septiembre. Figueredo ha informado recientemente sobre temas sensibles incluyendo el asesinato de un capo del narcotráfico en Pedro Juan Caballero el 15 de junio.
«Estamos alarmados por el intento de las autoridades paraguayas de retirar protección de uno de los periodistas más amenazados en el país,» señaló Carlos Lauría, coordinador sénior del programa de las Américas del CPJ. «Cándido Figueredo enfrenta amenazas constante por su labor informativa valiente sobre el crimen organizado. Paraguay debe asegurar que pueda continuar con tan importante trabajo sin temor a represalias».
Un vocero de la policía nacional señaló a la prensa que asignar varios agentes a un sólo individuo no es una buena utilización de recursos, según informes de prensa.
«En vez de tener siete, ocho, hasta 10 policías para una persona, podamos tener dos para ello y liberar al resto para estar a disposición de la ciudadanía», expresó Elisa Ledesma, jefa de relaciones públicas de la policía paraguaya, en comentarios citados por el diario Hoy. Figueredo indicó al CPJ que su guardia de seguridad está compuesto sólo por tres policías.
La frontera entre Paraguay y Brasil es una de las regiones más peligrosas para los periodistas en América Latina. El pueblo donde vive Figueredo, Pedro Juan Caballero, es un punto de tránsito principal de cocaína, marihuana, cigarrillos, armas y electrónicos de contrabando. Su cobertura del contrabando y la colusión entre los políticos y los narcotraficantes lo ha convertido en uno de los periodistas más respetados de Paraguay. Figueredo ha descrito al CPJ que vivir bajo amenaza constante y con escoltas durante tantos años lo ha transformado en un prisionero en su propia casa, con pocas posibilidades de socializar o mantener amistades.