(RSF/IFEX) – RSF pide al Consejo provisional de gobierno iraquí que anule lo antes posible su decisión, anunciada el 24 de noviembre de 2003, de prohibir operar en Irak a la cadena de difusión por satélite Al-Arabiya, hasta que se comprometa por escrito a no animar al terrorismo. Por otra parte, RSF denuncia los métodos […]
(RSF/IFEX) – RSF pide al Consejo provisional de gobierno iraquí que anule lo antes posible su decisión, anunciada el 24 de noviembre de 2003, de prohibir operar en Irak a la cadena de difusión por satélite Al-Arabiya, hasta que se comprometa por escrito a no animar al terrorismo. Por otra parte, RSF denuncia los métodos policiales utilizados por el Consejo para cerrar las oficinas del canal, situadas en el barrio de Al-Mansur, en Bagdad.
«Los directores de los medios de comunicación son los únicos responsables del tratamiento de la información», ha manifestado Robert Ménard, secretario general de la organización. «No corresponde a las autoridades iraquíes obligar a un medio a cambiar su línea editorial, utilizando la fuerza. Esos métodos pertenecen al pasado, y son contrarios a las promesas democráticas hechas al pueblo iraquí. Al difundir un mensaje atribuido a Saddam Hussein haciendo un llamamiento al asesinato, el medio difusor no se convierte en culpable de incitación al asesinato. El Consejo iraquí debería dirigir sus objeciones a la dirección del canal, en lugar de impedir a los periodistas hacer su trabajo sobre el terreno; y dedicarse a crear, lo más pronto posible, una instancia de regulación y control de los medios de comunicación, compuesta por miembros elegidos dentro de la profesión», ha añadido.
El Consejo ya prohibió a Al-Arabiya y a Al-Jazira, otro canal árabe de difusión por satélite, cubrir sus actividades oficiales durante quince días tras el asesinato, el 20 de septiembre, de Akila Al-Hachimi, miembro del Consejo provisional de gobierno iraquí, y la difusión de grabaciones sonoras atribuidas al presidente iraquí depuesto (ver la alerta de IFEX del 24 de septiembre de 2003).
El 16 de noviembre, Al-Arabiya, con sede en Dubai, difundió una grabación sonora atribuida a Saddam Hussein, en la que hacía un llamamiento a atacar a los miembros del Consejo de gobierno provisional iraquí.