Después de ganar el 17 de febrero 2013 las elecciones presidenciales de Ecuador, el presidente Rafael Correa se encamina a su tercer mandato como líder del país y todo indica que pretende mantener su relación antagónica con los medios de comunicación privados.
Después de ganar el 17 de febrero 2013 las elecciones presidenciales de Ecuador con 56,9% de los votos, el presidente Rafael Correa se encamina a su tercer mandato como líder del país y todo indica que pretende mantener su relación antagónica con los medios de comunicación privados. De acuerdo con los miembros de IFEX Freedom House, Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), Instituto Internacional de Prensa (IPI) y Fundamedios, los cuatro años adicionales de Correa tendrán un efecto perjudicial sobre la democracia y la prensa en Ecuador.
Las reformas a la ley electoral aprobadas en enero de 2012 por medio del poder de veto de Correa, y ejecutada por el Consejo Nacional Electoral (CNE), fueron eficaces para limitar la cobertura de prensa de la campaña. Según el IPI, los cambios en el artículo 203, exigen a los medios de comunicación que se «abstengan de promover, directa o indirectamente, ya sea a través de informes especiales o cualquier otra forma» cualquier candidato u opción electoral. Como CPJ escribió en un informe a principios de febrero de 2013, esto significa que cualquier medio de comunicación que quiere informar sobre la campaña se ve obligado a dedicar la misma cantidad de espacio a cada uno de los ocho candidatos presidenciales. «Cada día en El Universo, el principal diario de Ecuador, los lectores pueden encontrar ocho pequeñas fotos y noticias que resumen las actividades de los ocho candidatos presidenciales. Los artículos son del mismo tamaño y se presentan juntos en un diseño que se asemeja a un juego de ta-te-ti, menos el noveno cuadrado «, escribió el CPJ, que afirma que aunque esto puede parecer justo, también significa información superficial.
Según Freedom House, «Correa ha conseguido uno de los mayores descensos democráticos de América Latina en las últimas décadas». El grupo dijo que las reformas a la ley electoral sirvieron para sofocar cualquier debate democrático que podría haber tenido lugar durante la campaña. Los periodistas ecuatorianos le dijeron al CPJ que la ley hace que sea mucho más difícil de realizar reportajes agresivos y de investigación antes de las elecciones. Mónica Almeida, editora de El Universo afirmó: «No sé lo que vamos a hacer el día de las elecciones».
El grupo de medios local Fundamedios ha sido un fuerte crítico de las acciones de Correa en este ámbito. El grupo informó ampliamente sobre las reformas a la ley electoral y condenó que un tribunal se negara a considerar los argumentos en contra del veto de Correa a fines de enero de 2012, sosteniendo que la ley contradice las secciones de la Constitución de 2008 porque atenta contra la libertad de prensa, un derecho consagrado en la Constitución. Fundamedios también cuestionó la prohibición de la CNE de publicar las imágenes de los candidatos presidenciales en las 48 horas previas a la apertura de las urnas. El voto es obligatorio en Ecuador para todos los ciudadanos entre los 18 y 65 años. El propósito declarado de la decisión era para no influir en el electorado justo antes de la votación.
Correa, lo que quizás no sorprenda, fue el único candidato presidencial que se negó a responder a una encuesta realizada por Fundamedios. La encuesta le preguntaba a los candidatos sobre los juicios y demandas contra los medios de comunicación, el papel del Estado en la garantía de los derechos humanos, el papel de la libertad de expresión en el debate democrático y las reformas propuestas a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
En el último año, Correa puso en tela de juicio el papel de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Organización de los Estados Americanos (OEA). En febrero de 2012 el Consejo Permanente, conformado por representantes de todos los Estados Miembros de la OEA, aprobó propuestas que podrían poner en peligro el papel de la oficina y su influencia, incluyendo poner fin a la práctica actual de recibir financiamiento externo y de ser el único relator en publicar un reporte anual independiente.
Según un informe de IFEX y de IPI, Ecuador ha criticado en repetidas ocasiones el Relator Especial por interferir en los asuntos internos del país, sin embargo, mantiene que sus propuestas son simplemente un esfuerzo para asegurar que todas las Relatorías de la CIDH estén siendo tratadas por igual «.
Correa también ha usado ampliamente la televisión oficial y las emisiones de radio llamadas «cadenas» para promover y defender su agenda de gobierno, a menudo mientras criticaba la prensa de oposición. Tampoco ha descuidado las vías legales, presentando una demanda contra El Universo en abril de 2011 y pidiéndole a la corte que multara el periódico con una suma astronómica de 80 millones de dólares americanos por un artículo que publicó sobre la manera en que manejó el levantamiento policial de septiembre de 2010 – solo para perdonar el periódico y sus empleados en febrero de 2012. Tales acciones son ejemplos del poder caprichoso que Correa tiene sobre los medios de comunicación de su país.
Incluso antes de su victoria, Correa dijo que planeaba mantener su relación de confrontación con los medios de comunicación en su tercer mandato. El Universo ha informado que, tras su reelección, Correa dijo que los medios de comunicación privados del país eran los «grandes perdedores» de la elección. Todo indica que con su última victoria, Rafael Correa no tiene planes de cambiar su enfoque. Como lo expresó Freedom House, los ciudadanos ecuatorianos merecen una mayor transparencia y respeto a la libertad de expresión, pero «desafortunadamente, si los últimos seis años son un indicador, no lo obtendrán de Rafael Correa».