Representantes del Media Institute of Southern Africa-Suazilandia, Reporteros sin Fronteras y Freedom House hablan con IFEX acerca de la libertad de prensa en Suazilandia, a la luz de las recientes elecciones.
Suazilandia es un país del que mucha gente sabe muy poco.
Lamentablemente, en los medios, esta pequeña nación sin salida al mar, aparece únicamente como el hogar del joven y extravagante Rey Mswati III – el último monarca absolutista de África – y sus catorce esposas.
También, de vez en cuando, la prensa extranjera escribe sobre la sorprendentemente alta tasa de incidencia de VIH en el país, con aproximadamente un cuarto de la población adulta actualmente infectada con el virus.
Sin embargo, las historias acerca del lujoso estilo de vida del Rey y de la grave situación sanitaria de la población, carecen a menudo de contexto local y análisis crítico.
Tal vez porque, como afirma Vuyisile Hlatshwayo – director del Media Institute of Southern Africa-Suazilandia – los medios en Suazilandia son altamente controlados por el gobierno. El único periódico independiente «se censura para asegurar su propia supervivencia», mientras que el editor de la única revista independiente, The Nation «está siendo juzgado por ofender al presidente del Tribunal Supremo.»
Cualquier forma de disidencia política también es reprimida. Los partidos políticos se han prohibido desde la década de 1970, y las protestas pacíficas son a menudo dispersadas por la policía.
Es por este motivo que cuando el Rey Mswati III cambió el nombre del sistema político de Suazilandia a «democracia monárquica», poco antes de las elecciones parlamentarias del 20 de septiembre de 2013, la comunidad internacional comenzó a preguntarse qué tipo de cambio – si existiere alguno – esto significaría para Suazilandia.
IFEX también se preguntó si este nuevo «matrimonio entre la monarquía tradicional y las urnas» – como el Rey Mswati III la describió – realmente haría efectivo algún cambio en los derechos de los Suazis, en particular con relación a la libertad de prensa.
IFEX realizó entrevistas virtuales con representantes de MISA-Suazilandia, Freedom House y Reporteros sin Fronteras sobre el tema. Presentamos a continuación, algunos extractos de las conversaciones.
Los entrevistados:
Jennifer Dunham es Analista de Investigación Senior de Freedom House para el informe Libertad de la Prensa. Junto con la elaboración de informes analíticos sobre la libertad de prensa en varios países del sur de África, se ha involucrado con los representantes de varios gobiernos sobre reformas potenciales de los medios, ha disertado en conferencias y hablado en los medios de comunicación sobre la situación de la libertad de prensa en África y alrededor del mundo, e informado a funcionarios del gobierno de EE.UU. acerca de las tendencias en el ecosistema global de los medios.
Vuyisile Hlatshwayo es el director del capítulo Suazi del Media Institute of Southern Africa (MISA) desde agosto de 2012. Fue co-fundador de The Nation y todavía es director de la revista. También es un periodista independiente y da clases a medio tiempo en la Universidad de Suazilandia (Uniswa).
Cléa Kahn-Sriber es el Jefe de la Oficina para África de Reporteros sin Fronteras. Ha trabajado en temas de derechos humanos y el estado de derecho en África y el Caribe.
En cuanto a si el cambio de nombre indica un cambio
CKS:
De acuerdo a la información brindada por el Primer Ministro de Suazilandia, la decisión del rey de cambiar el régimen de su país a una «democracia monárquica» vino de una visión de Dios que tuvo durante una tormenta eléctrica. Es evidente que esta revelación mística no constituye una base sólida para un cambio de régimen eficiente. No existe una definición clara de los cambios constitucionales y podríamos adelantar que se trata únicamente de un cambio de nombre.
Reporteros sin Fronteras considera que esta declaración podría ser una estrategia del Rey para salvar la cara frente a algunas críticas internacionales a su régimen autoritario, especialmente de cara a las próximas elecciones y considerando el sistema electoral no-democrático del país que está bajo escrutinio.
VH:
El cambio de nombre no indica ningún cambio. Se trata de una fachada, un intento de complacer a los lugareños y apaciguar a los extranjeros. Se siguen prohibiendo los partidos políticos. Muchas personas siguen temerosas de decir lo que piensan. La constitución… todavía no se respeta, y mucho menos se cumple por parte de los jueces y parlamentarios. El Rey y su madre, la Reina Madre, y el gobierno, se mantienen por encima de la ley. Los ciudadanos todavía no tienen voz sobre quien será su Jefe de Estado y Primer Ministro. El Rey nombra al Primer Ministro y a los miembros del gabinete, así como a diez miembros de la Cámara de la Asamblea de 65 escaños, y 20 del Senado de 30 escaños. Los ciudadanos no tienen voz sobre el Senado, ya que los restantes diez escaños en el Senado son nombrados por la Asamblea Legislativa. También hay una sugerencia de que el Rey actual ha olvidado el significado de su rol. Sin embargo, incluso por hacer alusión a esto en público dentro de Suazilandia se podría ser acusado bajo la Ley de Sedición y Actividades Subversivas de 1938.
Un buen caso para tener en cuenta es el de Bheki Makhubu, editor de The Nation, una revista mensual que ofrece sin duda el periodismo más confiable del país. En abril de 2013 Makhubu fue ordenado por el Tribunal Supremo a pagar una multa de E200.000 (US$ 20,000) en el plazo de tres días o de lo contrario ir a la cárcel por dos años. Su crimen: escribir dos artículos que criticaban un sistema judicial corrupto e irrespetuoso. Makhubu interpuso un recurso dentro de los tres días antes de que se terminara el plazo para ir a la cárcel. Mientras tanto continúa trabajando y publicando. Se espera que su apelación sea oída por el Tribunal de Apelaciones en noviembre de 2013, sin embargo, esto aún no se ha confirmado.
Sobre el estado actual de la libertad de los medios
VH:
Varios de los observadores electorales que llegaron recientemente a Suazilandia para observar las elecciones, notaron y concordaron con muchos Suazis que Suazilandia, de hecho, tiene un sistema «único». No existe aquí una radio comunitaria. Hay una estación de radio nacional, controlada por el Estado. Hay una estación de televisión, controlada por el Estado. Hay una estación de radio privada que transmite contenido religioso. Hay una estación de televisión privada que emite y deja de emitir, canal Swazi, que supera a la emisora «pública» en la propaganda de la monarquía. Hay dos periódicos. Uno es propiedad de la compañía del Rey. El otro se autocensura a fin de asegurar su propia supervivencia.
JD:
El ambiente de libertad de los medios en Suazilandia, similar al clima político general, se ha estancado desde hace varios años, con la monarquía que sigue ejerciendo un estricto control sobre la prensa. Esto se logra a través de numerosas leyes restrictivas, como las duras leyes de difamación y de la Ley de Supresión del Terrorismo, así como un alto nivel de censura oficial, autocensura y el control estatal sobre los medios de comunicación.
Sobre las historias que los medios no cubren … y por qué
JD:
Las autoridades… restringen rutinariamente o castigan la cobertura de la corrupción gubernamental, y recientemente trataron de restringir la cobertura de las protestas pro-democracia y las huelgas del sector público.
VH:
Aquellas historias que cuestionan demasiado estridentemente o critican el acuerdo político actual… las historias que mencionan cuánto dinero está gastando la monarquía, son particularmente sensibles. También aquellas que mencionan (aunque no sea en detalle) la cantidad que se gasta en los coches y los viajes para las esposas y séquito del Rey. Estas historias, casi nunca son reportadas.
En 2008 la revista The Nation llegó a publicar los detalles de lo mucho que el Rey gastó y cuánto su familia toma del presupuesto del país. En 2011, otra vez The Nation publicó detalles de las finanzas del Rey. Además de la percepción de que esto es anti-Suazi o antipatriota, The Nation no se enfrentó a ninguna reacción significativa por publicar estas historias. Esto ha llevado a algunos a preguntarse si parte de la censura y la represión no viene de dentro. La gente puede no decir cosas o escribir las cosas por miedo a lo que pueda suceder, o por temor a perder el negocio ya que han enojado a la monarquía. Sin embargo, es legítimo dudar de lo anterior si nos fijamos en el caso que involucra a The Nation, donde el editor está en juicio por criticar al poder judicial y, por ende, cuestionar la sabiduría del Rey – que nombra al presidente del tribunal.
Los casos que pueden ir en contra de ciertos intereses comerciales tampoco se denuncian. En 2012 se informó de que una obra de construcción local en Mbabane, la capital, era insegura y que los trabajadores y peatones estaban siendo heridos innecesariamente. Un periodista local dijo a MISA que antes de siquiera levantar esto como una idea para una historia en la reunión de la mañana, se sabía que era un «tema espinoso». El reportero se auto-censuró porque sabía que el dueño de la obra era amigo del dueño del periódico.
En cuanto a si las personas son conscientes de las limitaciones
JD:
El hecho de que el gobierno se ve obligado a emplear estas medidas duras – incluyendo altas multas por criticar a funcionarios públicos, la suspensión de los editores del Swazi Observer supuestamente por imprimir artículos negativos sobre el Rey- , y amenaza con imponer sanciones a aquellos que critican al Rey en Facebook o Twitter – muestra que hay una comunidad activa en el país que es consciente de los límites y está dispuesta a impulsar el cambio.
VH:
Esta es una pregunta difícil. Los Suazis con mayor educación, por lo general en las zonas urbanas de Mbabane y Manzini, son sin duda conscientes – incluso si no hablan mucho de censura. Y a pesar de los artículos de promoción por parte de grupos internacionales de derechos humanos, que a menudo son sensacionalistas sobre la ya grave situación de muchos suazis, los periódicos y revistas internacionales están disponibles en las tiendas de Suazilandia.
Los Suazis con menor educación, por lo general en las zonas rurales, que son más pobres y por lo tanto tienen menos acceso a los medios de comunicación extranjeros, pueden no estar muy al tanto de la falta de libertad de prensa. Si bien es posible que haya una sensación de que algo anda mal, que ciertas piezas del rompecabezas pueden faltar, por así decirlo, cuando el panorama actual de los medios de comunicación es todo lo que uno ha conocido, entonces es difícil imaginar algo radicalmente diferente, algo considerablemente más libre. Incluso los estudiantes universitarios que viven en áreas urbanas tienen dificultades para pagar, o simplemente no pueden darse el lujo de comprar una copia del semanario de Sudáfrica Mail & Guardian. Cuando estos estudiantes leen artículos en el Mail & Guardian, al instante son conscientes del alcance de la censura que existe en su país.
Sobre como sortear los controles gubernamentales
JD:
Al igual que en muchos países represivos, Internet y las antenas parabólicas son dos maneras importantes por medio de las cuales la población pueda acceder y compartir información. Sin embargo, dado el mal estado de la economía de Suazilandia, estos medios están limitados lamentablemente a los Suazis más ricos.
Los que tienen antenas parabólicas pueden recibir señales de medios de comunicación independientes provenientes de Sudáfrica y del mundo, y el 21 por ciento de Suazis que pueden pagar Internet, pueden acceder a una amplia gama de noticias e información. Un aumento en el acceso a la Internet y la tecnología móvil son quizás las mejores posibilidades de los Suazis para sortear los controles impuestos a los medios tradicionales.
VH:
Los medios sociales son cada vez más populares, especialmente en las zonas urbanas, donde Internet funciona un poco mejor que en las zonas rurales – donde la conexión es casi inexistente o muy pobre y lenta. Según internetworldstats.com, Suazilandia tenía 95.000 usuarios de Internet en 2011. Es probable que esta cifra haya aumentado en los últimos años, aunque la conexión a Internet en la mayoría de los lugares siga siendo un poco lenta, costosa y poco fiable.
Facebook es muy popular entre los jóvenes. Esto es visto con sospecha por parte de las personas mayores, ya que lo consideran más como una amenaza que como una oportunidad. A menudo, esta herramienta es vista simplemente como un vehículo para faltar el respeto y causar ofensas y calumnias, y por lo tanto tiene que ser controlada y regulada o incluso cerrada. Hay un malentendido básico de los beneficios que Facebook podría traer al país – en términos de negocios, conectividad, intercambio de conocimientos, así como para ayudar con la organización y la planificación.
En una táctica más tradicional para superar la censura, el jefe de redacción del Swazi Observer, un periódico propiedad de la compañía del Rey, publicó una «página en blanco» como artículo de opinión en apoyo del asediado al editor de The Nation Bheki Makhubu.
Es casi imposible pasar los controles de censura en las estaciones de radio y televisión. El Ministerio de las TIC emitió un Anuncio de Directrices de Servicio Público que establecen que los ciudadanos deben obtener la aprobación de su jefe antes de hacer un anuncio en la radio o la televisión. Los parlamentarios también tienen prohibido hacer anuncios en la televisión y la radio.
Sobre lo que el aumento de la libertad de prensa podría hacer
VH:
Esta respuesta depende de lo que está sucediendo en la política más amplia y en otras fuerzas sociales. Por ejemplo, si la libertad de prensa mejora, pero no se respetan otras libertades, u otras instituciones siguen reprimiendo, entonces los editores y los periodistas pueden enfrentar más desafíos. Si la libertad de prensa es respetada y a más personas se les permite una voz, no sólo a los periodistas, sino también a los ciudadanos y más voces disidentes, el país mejorará. Cuanta más información, mejor. MISA cree que los buenos argumentos tienen que competir contra los malos argumentos.
En resumen, con más libertad de prensa, más respeto y cumplimiento de la Constitución, y un clima de negocios más confiable, puede venir más progreso. La apertura de los medios de comunicación facilitaría una mayor apertura de la mente. Esto apoyaría el pensamiento crítico, la educación y los negocios. Ayudaría realmente a aquellos que están en el poder, si pudieran ver los beneficios a largo plazo.
Un votante deposita su voto en una mesa electoral en Nhlangano, Suazilandia, el 20 de septiembre de 2013AP Photo/Mongie Zulu
«Las historias que mencionan cuánto dinero está gastando la monarquía, son particularmente sensibles.»
El Rey Mswati III, al frente, baila durante una danza Umhlanga (Reed Dance) en Mbabane, Suazilandia, septiembre 2012AP Photo/Themba Hadebe, File
«Internet y las antenas parabólicas son dos maneras importantes por medio de las cuales la población pueda acceder y compartir información…estos medios están limitados lamentablemente a los Suazis más ricos.»
El fotógrafo oficial de Suazilandia Musa Ndlangamandla (D) sonríe mientras sostiene una cámara durante la sesión plenaria de la Cumbre América del Sur-África en la isla de Margarita, septiembre de 2009REUTERS/Jorge Silva