(CEPET/IFEX) – Gerardo Flores Rodríguez, reportero de «Diario del Sur» y de la estación de radio Exa, fue privado de su libertad y golpeado por guardias de seguridad privada cuando cubría la muerte por negligencia de una paciente en un hospital público, el 26 de marzo de 2009 en Tapachula, Chiapas, al sureste de México. […]
(CEPET/IFEX) – Gerardo Flores Rodríguez, reportero de «Diario del Sur» y de la estación de radio Exa, fue privado de su libertad y golpeado por guardias de seguridad privada cuando cubría la muerte por negligencia de una paciente en un hospital público, el 26 de marzo de 2009 en Tapachula, Chiapas, al sureste de México.
De acuerdo con la versión del periodista, la mañana del 26 de marzo cubría una noticia sobre la paciente Blanca Estela López Gamboa, a quien le colocarían un marcapasos en el hospital federal Ciudad Salud. La intervención quirúrgica no se pudo realizar debido a que el personal inició un paro de labores.
En la noche del mismo día los familiares de López Gamboa se comunicaron con el reportero para informarle que la paciente había fallecido por falta de atención médica. Flores Rodríguez se traslado al hospital para cubrir la noticia.
«Busqué al encargado de prensa del hospital, pero no lo encontré. Me puse a tomar fotos sobre aspectos del hospital. Cuando me iba, se acercaron los huelguistas y me preguntaron por qué tomaba fotos. Les mostré mis credenciales de reportero. Me impidieron el paso y me dijeron que borrara las fotos. Yo me negué,» dijo el periodista.
Flores Rodríguez aseguró que los trabajadores ordenaron a un guardia de seguridad que no lo dejara salir. El vigilante colocó un candado en la puerta principal y el periodista estuvo retenido en las instalaciones del hospital cerca de una hora, por lo que llamó a su jefe y a una patrulla.
«Estaba esperando a la patrulla -que nunca llegó- cuando se me acercaron cinco vigilantes del hospital y me dijeron que no podía permanecer ahí. Les dije que yo quería irme, pero no podía porque la puerta tenía candado. Uno de ellos me jaló y me gritó: ‘Te estoy diciendo que te largues’.
«Intenté tomarle una foto y eso lo enfureció. Los vigilantes se me echaron encima y me golpearon con sus toletes en varias partes del cuerpo. Me lastimaron el cuello al arrebatarme la cámara. Me la quitaron junto con mis lentes y mi celular».
El reportero fue liberado cuando llegó su jefe con patrullas y reporteros de otros medios de comunicación. Sus pertenencias le fueron devueltas, pero sus agresores borraron de su cámara las fotografías que había tomado.
El CEPET condena la agresión que sufrió el reportero Flores Rodríguez y sostiene que las agresiones en contra de periodistas y medios de comunicación representan un ataque en contra de la sociedad porque éstos vulneran su derecho a estar informada.