En Honduras, Luis Mendoza, empresario de medios de comunicación y cafetalero, fue atacado con armas de alto calibre, por desconocidos encapuchados que le interceptaron en las cercanías del Canal 24 de su propiedad.
(SIP/IFEX) – Miami, 19 de mayo de 2011 – La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenó los asesinatos contra dos periodistas de Honduras y Venezuela, y pidió públicamente a las autoridades de ambos países realizar investigaciones urgentes para administrar justicias contra los responsables. Se desconocen los móviles de los asesinos.
En Honduras, Luis Mendoza, empresario de medios de comunicación y cafetalero, fue asesinado esta mañana en Danlí, El Paraíso, al este del país. Según el diario local La Tribuna, Mendoza fue atacado con armas de alto calibre, por desconocidos encapuchados que le interceptaron en las cercanías del Canal 24 de su propiedad, en el centro de la ciudad cerca de las 7:10 de la mañana. Los atacantes huyeron en un vehículo que luego fue hallado abandonado e incendiado. En el ataque contra Mendoza también resultaron heridas dos mujeres.
La semana pasada fue también ultimado en Honduras Héctor Francisco Medina Polanco y en 2010 fueron asesinados Henry Suazo, Israel Zelaya Díaz, Luis Arturo Mondragón, Jorge Alberto Orellana, Víctor Manuel Juárez, José Bayardo Mairena, Nahúm Palacios, David Meza y Joseph A. Hernández Ochoa. Ninguno de estos casos ha sido esclarecido totalmente.
En Venezuela, en tanto, el 17 de mayo fue hallado el cadáver del periodista Wilfred Ojeda, encapuchado, atado de pies y manos, y con un disparo en la cabeza, en la ciudad de La Victoria, en el norteño estado Aragua. Ojeda, de 56 años, era columnista del periódico regional El Clarín, dirigente del partido de oposición Acción Democrática y ex diputado del Consejo Legislativo estatal.
El presidente de la SIP, Gonzalo Marroquín, de Siglo 21, Guatemala, expresó su consternación por ambos homicidios y agregó «la mejor manera de combatir la impunidad es enfrentando de manera expedita y profunda las investigaciones, para conocer los verdaderos móviles y deslindar responsabilidades judiciales».