(RSF/IFEX) – La seguridad del Estado (policía política) informo a una docena de familias de los periodistas detenidos a finales de marzo de 2003, en La Habana, de que sus familiares iban a ser trasladados a cárceles de provincia que, en algunos casos, están situadas a más de 900 kilometros de la capital. Las familias […]
(RSF/IFEX) – La seguridad del Estado (policía política) informo a una docena de familias de los periodistas detenidos a finales de marzo de 2003, en La Habana, de que sus familiares iban a ser trasladados a cárceles de provincia que, en algunos casos, están situadas a más de 900 kilometros de la capital. Las familias denunciaron inmediatamente «una segunda condena» enmascarada, teniendo en cuenta las dificultades existentes para desplazarse por la isla.
«Este segundo aislamiento a que van a ser sometidos los periodistas encarcelados les hace aun más vulnerables a las vejaciones y el trato degradante que normalmente reciben los detenidos políticos en las cárceles cubanas», denuncio Robert Ménard, secretario general de RSF. «La falta de atencion al periodista Oscar Espinosa Chepe que, sin embargo, se encuentra gravemente enfermo, es un mal augurio», añadio.
Según las informaciones publicadas en los sitios cubanet.org y nuevaprensa.org, confirmadas por las esposas de varios de ellos, una docena de periodistas, detenidos y condenados recientemente en La Habana, deberían ser trasladados a cárceles de provincias. Se trata de:
– Víctor Rolando Arroyo, de la agencia UPECI, trasladado a una cárcel de la ciudad de Guantánamo (a 910 kilometros de La Habana),
– Mijail Barzaga Lugo, de la Agencia Noticiosa de Cuba, trasladado a la cárcel provincial de Villa Clara, en Santa Clara (a 270 kilometros de La Habana),
– Chepe, independiente, trasladado a una cárcel de la ciudad de Guantánamo,
– Adolfo Fernández Sainz, de la agencia Patria, trasladado a una cárcel de la ciudad de Holguín ( a 730 kilometros de La Habana),
– Miguel Galván Gutiérrez, de la agencia Havana Press, trasladado a una cárcel de la ciudad de Matanzas (a 98 kilometros de La Habana),
– Julio César Gálvez Rodríguez, independiente, trasladado a la cárcel provincial de Villa Clara, en Santa Clara,
– Edel José García, director de la agencia centro Norte Press, trasladado a la cárcel de Boniato, en Santiago de Cuba ( a 860 kilometros de La Habana),
– Ricardo González, director de la revista «De Cuba» y corresponsal de RSF en Cuba, trasladado a la cárcel Kilo 8, en Camagüey (a 530 kilometros de La Habana),
– Héctor Maseda Gutiérrez, de la agencia Grupo de Trabajo Decoro, trasladado a una cárcel de la ciudad de Santa Clara,
– Jorge Olivera, director de la agencia Havana Press, trasladado a la cárcel de Chafarina, en Guantánamo,
– Raúl Rivero, poeta y director de la agencia Cuba Press, trasladado a una cárcel de la ciudad de Ciego de Avila ( a 423 kilometros de La Habana),
– Manuel Vázquez Portal, de la agencia Grupo de Trabajo Decoro, trasladado a la cárcel de Boniato, en Santiago de Cuba.
Por otra parte, según su mujer Miriam Leyva, Chepe se encuentra gravemente enfermo y no recibe los cuidados necesarios. El periodista padece hepatitis cronica, hipertension arterial e insuficiencia hepática. Según la doctora Ileana Prieto Espinosa, sobrina del periodista, presenta síntomas de insuficiencia hepática avanzada.
El 21 de abril fue trasladado a Villa Marista, la sede de la Seguridad del Estado en La Habana, donde estaba detenido, en el hospital militar de Marianao. Sin embargo, cuando Miriam Leyva le visito el 22 de abril, le informaron de que a su marido no se le había hecho ningún análisis, ni había recibido tratamiento, porque en breve podía ser trasladado a la cárcel. El embajador de Italia en La Habana expreso oficialmente su preocupacion por el estado de salud del periodista.
RECORDATORIO DE LOS HECHOS:
El pasado 18 de marzo, en vísperas de la ofensiva norteamericana en Irak, el gobierno cubano aprovecho la actualidad internacional para lanzar una oleada de represion sin precedente. Fueron detenidos cerca de ochenta disidentes, entre ellos veintiséis periodistas independientes. Acusados de haber actuado «contra la independencia y la integridad territorial del Estado», en colaboracion con la Seccion de Intereses Norteamericanos, la representacion oficial de Estados Unidos en La Habana, esos disidentes han sido condenados a penas que van de 6 a 27 años de cárcel.
Rivero, galardonado con el premio RSF – Fundacion de Francia 1997, y Ricardo González, corresponsal de la organizacion en La Habana, han sido condenados a veinte años de cárcel. El proceso fue estalinista: vista a puerta cerrada, justicia expeditiva, sin respeto al derecho a la defensa, testimonios de agentes infiltrados, diligencias montadas desde hacía meses, declaraciones de vecinos, acusaciones que únicamente estaban basadas en delitos de opinion.
Antes del 18 de marzo ya había cuatro periodistas encarcelados en Cuba, desde hacía varios meses: Bernardo Arévalo Padron, de la agencia Línea Sur Press, condenado en noviembre de 1997 a seis años de cárcel, por «desacato» al jefe del Estado y al vicepresidente; Carlos Brizuela Yera, colaborador de la agencia CPIC, y Lester Téllez Castro, director de la Agencia de Prensa Libre Avileña, detenidos el 4 de marzo de 2002 en Ciego de Avila (Centro), cuando protestaban contra la agresion policial a un periodista de la agencia Cuba Press; y Carlos Alberto Domínguez, detenido desde el 23 de febrero de 2002, sin que se haya formulado ningún cargo preciso contra él.
En Cuba, la Constitucion establece que, en ningún caso, la prensa puede ser de propiedad privada. Con la prohibicion de publicar en su país, un centenar de periodistas independientes cuentan con las asociaciones de cubanos exiliados en Estados Unidos para difundir sus informaciones, frecuentemente en sitios de Internet. Víctimas de un acoso diario, desde 1995 han tenido que exiliarse cerca de sesenta periodistas.