(RSF/IFEX) – RSF pide a la policía iraquí, así como a las fuerzas de la coalición anglo-estadounidense que creen, lo antes posible, una comisión de investigación para establecer las circunstancias de la muerte de Ahmed Shawkat, redactor del periódico semanal «Bilah Ittijah» («Sin dirección»), asesinado en Mosul el 28 de octubre de 2003. Según la […]
(RSF/IFEX) – RSF pide a la policía iraquí, así como a las fuerzas de la coalición anglo-estadounidense que creen, lo antes posible, una comisión de investigación para establecer las circunstancias de la muerte de Ahmed Shawkat, redactor del periódico semanal «Bilah Ittijah» («Sin dirección»), asesinado en Mosul el 28 de octubre de 2003.
Según la agencia de prensa Associated Press, Shawkat murió a consecuencia de unos disparos, el 28 de octubre, en el tejado de su oficina en Mosul (norte de Irak). Dos hombres le habrían seguido cuando se dirigía al tejado para hacer una llamada. Según el testimonio de su hija, Roaa Shawkat, que también trabaja para «Bilah Ittijah», Ahmed Shawkat «hacía llamamientos a la democracia, pero la gente no entiende lo que significa la democracia. Quizá algunos islamistas le atacaron por esa razón». Ahmed Shawkat ya habría recibido cartas de amenaza, intimándole a cerrar el periódico. «Escribía contra la resistencia, contra los estadounidenses, contra el gobierno local y contra el gobierno anterior. Era un hombre de integridad. Evidentemente, esa independencia de ánimo no le agradaba a todo el mundo», añadió su hija.
En un informe publicado en julio, titulado «Los medios de comunicación iraquíes: una libertad nueva pero frágil», RSF expresó su preocupación por las presiones y amenazas que pesan sobre los periodistas iraquíes, a causa de la intolerancia de los partidos políticos, habituados a arreglar sus diferencias ideológicas con violencia. Las amenazas explícitas de varios grupos políticos, acusando a los periodistas de ser tanto «saddamiye» (partidarios de la vuelta de Saddam Hussein) como «traidores» a los pies de los norteamericanos, han resultado en la autocensura de la prensa iraquí.
Por otra parte, la actitud en ocasiones agresiva y brutal de los soldados estadounidenses, así como las repetidas detenciones de periodistas, refuerzan esa propensión a la prudencia y la autocensura. El 28 de octubre, Samer Hamza, camarógrafo del canal árabe Al-Jazira, fue aprehendido por unos soldados estadounidenses, cerca de una comisaría de policía de Bagdad que fue el objetivo de un atentado en la sangrienta jornada del 27 de octubre. El 29 de octubre, lo liberaron sin darle ninguna explicación sobre las causas de su detención, que duró más de veinticuatro horas. El ejército estadounidense habría acusado al periodista, y a su chofer, de tener conocimiento del atentado antes de que se produjera.
Esta nueva detención eleva a cuatro el número de casos conocidos de periodistas detenidos brevemente por las fuerzas norteamericanas en el mes de octubre. El 3 de octubre, la policía iraquí detuvo en Shahraban (a unos 100 kilómetros de Bagdad) a Salah Husein Nussaif, camarógrafo de Al-Jazira. El periodista permaneció encarcelado por tres días, detenido por ambos el ejército norteamericano y las autoridades iraquíes, antes de quedar finalmente en libertad gracias a la intervención del abogado de Al-Jazira, sin que se conozca la causa de su detención. En circunstancias similares, el 19 de octubre fueron detenidos durante varias horas, en una comisaría de policía de la ciudad de Faluya, Patrick Baz, fotógrafo de la Agencia France-Presse, y un periodista de la agencia Reuters. Según los policías iraquíes, actuaron por orden del ejército norteamericano, que buscaba a una persona que había grabado el ataque de que fue víctima uno de sus convoyes en Faluya.