(RSF/IFEX) – En una carta abierta al presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, RSF se dirige a la comisión sobre la financiación de un programa de apoyo a los medios de comunicación tunecinos dirigido, según las autoridades de Bruselas, a «reforzar la prensa (. . .) en un contexto de profundización de las relaciones […]
(RSF/IFEX) – En una carta abierta al presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, RSF se dirige a la comisión sobre la financiación de un programa de apoyo a los medios de comunicación tunecinos dirigido, según las autoridades de Bruselas, a «reforzar la prensa (. . .) en un contexto de profundización de las relaciones entre los medios de comunicación y la sociedad civil de Túnez».
«Estamos, a la vez, maravillados por este lenguaje estereotipado y estupefactos por tanto cinismo. Hasta el punto de pensar que los que han concebido tal ‘programa’ no saben nada de los medios tunecinos. Prensa, radio, televisión, todo el paisaje mediático está a las órdenes, sometido a la voluntad del príncipe (. . .). El Internet está vigilado. En los cibercafés son inaccesibles cientos de sitios. La docena de proveedores de acceso a la red está controlada por el poder, o personas cercanas a él. En cuanto a los periodistas que intenta, de una u otra forma, hacer que se escuche otro sonido de campana, son permanentemente acosados, reducidos al silencio, obligados al exilio e incluso simplemente cansados de un oficio que decididamente no pueden ejercer. Dos de ellos se pudren en la cárcel (. . .). Este programa de apoyo a los medios de comunicación provocará la carcajada irónica de todos los que prestan un poco de atención a la suerte de las libertades bajo el reinado de Ben Alí (. . .). ¿Quiere esto decir que no se puede hacer nada para ayudar a los periodistas tunecinos? Evidentemente, no. Por otra parte, y durante años, esta misma Europa ha ayudado a Reporteros sin Fronteras a socorrer a las víctimas de Ben Alí. Los nombres de Taoufik Ben Brick, Sihem Bensedrine o Zouhair Yahyaoui están en la mente de todos. Entonces a Bruselas le gustaba -y se atrevía- a diferenciar entre Túnez y el régimen tunecino, entre los éxitos de una nación y las torpezas de una familia, que ha sometido al país. ¿Tendremos también que hablar en pasado de esas audacias que hacían de Europa el mejor defensor de los demócratas tunecinos? ¿Tendremos que resignarnos a ver como los Quince se alinean con un Jacques Chirac, que defiende la causa del «demócrata» Ben Alí? Sentimos la tentación de pensarlo», ha escrito Robert Ménard, secretario general de RSF, en la carta.
«En lo inmediato no hay más que una salida honorable. Que se haga un tachón sobre esos dos millones de subsidios. En estos tiempos de rigor presupuestario, nadie debería tener nada qué decir. Por una vez, la economía rimaría con la moral», ha finalizado Ménard.
RSF ya propuso a las instancias europeas otra manera de llevar a cabo «este apoyo a los medios de comunicación», que excluía a los órganos de propaganda y proponía ayudar -en nombre de una indigencia mediática- a los pocos periódicos y televisiones que, desde el extranjero, intentan difundir otra información.