(RSF/IFEX) – A Eduardo Preve, periodista de investigación del canal informativo Canal 10, le robaron, el 26 de marzo 2006 en Montevideo, unos importantes documentos confidenciales del ejército, que había recibido tres días antes. Reporteros sin Fronteras (RSF) espera un auténtico compromiso del gobierno en la resolución de este sospechoso robo. «El escaso tiempo que […]
(RSF/IFEX) – A Eduardo Preve, periodista de investigación del canal informativo Canal 10, le robaron, el 26 de marzo 2006 en Montevideo, unos importantes documentos confidenciales del ejército, que había recibido tres días antes. Reporteros sin Fronteras (RSF) espera un auténtico compromiso del gobierno en la resolución de este sospechoso robo.
«El escaso tiempo que los documentos estuvieron en manos de Eduardo Preve hace suponer su carácter comprometido para la institución militar a que se refieren. ¿Acaso el ejército está dividido entre partidarios de la transparencia y partidarios del secreto? Si es éste el caso, tiene que intervenir el gobierno y aclarar las prácticas del ejército, y de los servicios de inteligencia, durante y después de la dictadura militar. Por otra parte, las condiciones del robo resultan más que sospechosas, y no creemos que baste con investigar la denuncia presentada por Eduardo Preve. Esperamos, en el caso de que aparezcan, que se restituyan los documentos al periodista, en nombre de la necesaria lucha por la verdad», ha declarado RSF.
Colaborador del diario «El Observador» y periodista del Canal 10, Preve investigó ampliamente sobre las relaciones entre los ejércitos y los servicios secretos de los países unidos en el Plan Cóndor (acuerdo de intercambio de informaciones y presos políticos, firmado en 1975 por seis dictaduras militares de América del Sur).
El periodista reveló también que hubo relaciones subterráneas mucho después del regreso de las democracias, durante la década de los 80, y que algunos responsables de violaciones de los derechos humanos, o testigos clave, fueron trasladados a otros países, para escapar a la justicia en los suyos.
Entre otras cosas, Preve actualizó el caso del químico chileno Eugenio Berríos, colaborador de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990), evacuado en 1991 a Uruguay, por mediación de los servicios de inteligencia de ambos países, y asesinado en 1993. Tres militares uruguayos están todavía a la espera de ser extraditados, a petición de la justicia chilena, por su presunta participación en el asesinato.
El 23 de marzo, a Preve le entregaron unos documentos que, según él, corroboraban la hipótesis de que, en 1993 y 1994, los militares uruguayos concedieron protección a unos chilenos – y no solamente a los tres inculpados en el caso Berrios – juzgados, sin estar presentes, por varios crimines. «Se trataba, por una parte, de copias de notas internas del ejército uruguayo, relativas a la coordinación de actividades con servicios extranjeros de inteligencia, especialmente chilenos. Por otra parte, estaban los nombres y direcciones de testigos claves que estuvieron en contacto con un civil chileno – hijo de un alto responsable de la dictadura – escondido en Uruguay con la complicidad de los militares de ambos países, para que no tuviera que comparecer ante la justicia chilena», ha explicado el periodista a RSF.
El 26 de marzo, al volver a su casa por la noche, Preve dejó los documentos en el coche, estacionado delante del inmueble. Según el diario «Brecha», el periodista no temía por la seguridad de los documentos. En efecto, dos policías hacen guardia permanentemente en el inmueble situado frente al suyo, donde vive uno de los hijos del Presidente de la República, Tabaré Vásquez. Según «Brecha», el dispositivo de vigilancia era de cuatro policías, dos de ellos motorizados, la noche del robo. A pesar de su presencia, uno o varios desconocidos forzaron la puerta del acompañante del vehículo, e incluso seleccionaron los documentos que querían llevarse.
Preve ha denunciado el robo a la policía. «Es evidente que algún grupo de personas, mezcladas en esas operaciones de inteligencia entre Uruguay y Chile, no quieren que ahora salga esta información. Sobre todo, porque en los documentos aparecen nombres nuevos», ha confiado el periodista a RSF.