Emanación de la comunidad afro-caribeña garifuna, la emisora estaba expuesta a represalias por haber denunciado unos proyectos inmobiliarios pero también por su oposición al golpe de Estado.
(RSF/IFEX) – Punto de mira de frecuentes amenazas, la emisora comunitaria Faluma Bimetu (o Radio Coco Dulce) fue saqueada e incendiada por unos desconocidos a lo largo de la mañana del 6 de enero de 2010 en Triunfo de la Cruz, en la región del litoral atlántico. Emanación de la comunidad afro-caribeña garifuna, la emisora estaba expuesta a represalias por haber denunciado unos proyectos inmobiliarios pero también a causa de su oposición al golpe de Estado del 28 de junio de 2009.
«El incendio criminal que asoló Faluma Bimetu confirma, por si hiciese falta, el peligro persistente que corren los medios de comunicación independientes o conocidos por su oposición al golpe de Estado. Este peligro es cuanto más grande para los medios de comunicación tanto que la ley hondureña no los reconoce. Soporte de comunicación importante para una comunidad garifuna aislada y a menudo marginada, Faluma Bimetu debe beneficiarse de una ayuda del Estado para reanudar sus programas. Una vez más, el castigo de los autores de este atentado constituirá una prueba para el gobierno que debe ser investido el próximo 27 de enero», declara Reporteros sin Fronteras.
Los autores del incendio de Faluma Bimetu robaron el ordenador principal de la emisora antes de prender fuego a una de las dos cabinas del estudio, tal como confirmó su director, Alfredo López, a la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC). La radio se verá imposibilitada para reanudar su difusión durante por lo menos una semana.
Este saqueo no es el primer acto de represalias que apunta a la emisora. El 12 de agosto de 2009, Alfredo López fue arrestado y detenido en Tegucigalpa por unos militares, secundados por unos policías, por pertenecer a la Resistencia al golpe de Estado. Además de la pista política, el atentado del 6 de enero de 2010 podría ser consecuencia de la oposición de los Garifunas a unos proyectos inmobiliarios lanzados en su territorio, así como a la reapropiación y reventa de tierras comunitarias por la municipalidad de Tela en condiciones sospechosas.
«Una frecuencia de un kilowatt necesaria para cubrir una región cuesta alrededor de un millón de lempiras (unos 37 000 euros) y es evidente que las radios comunitarias no se lo pueden permitir. O se contentan con una frecuencia débil o bien se registran como radios comerciales», explicaron unos representantes de radios comunitarias a Reporteros sin Fronteras, durante una misión efectuada en el país junto con otras seis organizaciones de defensa de la libertad de prensa del 1 al 7 de noviembre de 2009. La falta de frecuencia legal sirvió a menudo de pretexto para actos represivos contra este tipo de medios de comunicación inmediatamente después del golpe de Estado.
Ver la entrevista con Iselma Mejía, directora de la emisora garifuna Radio Durugubuti