Tal decisión resulta aún más incomprensible, ha notado RSF, teniendo en cuenta que la propia CIA reconoció haber destruido las 92 grabaciones en marzo de 2009.
(RSF/IFEX) – el 15 de noviembre de 2010 – Al decidir, el 9 de noviembre de 2010, aparcar la investigación sobre las destrucciones de 92 vídeos de interrogatorios llevados a cabo en las prisiones secretas de la CIA, el fiscal federal John Durham acaba de asestar un nuevo golpe a la manifestación de una verdad de interés público y al acceso de los ciudadanos a la información oficial.
Tal decisión resulta aún más incomprensible si tenemos en cuenta que la propia CIA reconoció haber destruido las 92 grabaciones en marzo de 2009. ¿Entonces, cómo puede decidir el juez que no hay motivos suficientes para abrir un juicio? Otro despropósito: la investigación sobre las destrucciones de los vídeos se archiva cuando se supone que la relativa a las torturas infligidas a los detenidos de las prisiones secretas debe proseguir. Es probable que ésta última padezca las consecuencias si se abandona la primera, pues habría permitido reunir elementos o testimonios sobre el contenido de las grabaciones destruidas. Reporteros sin Fronteras, que siempre apoyó la solicitud de investigación, quiere expresar su profunda decepción.
Actualmente, nadie ignora ya a qué extremos recurrieron los servicios secretos y el ejército bajo las órdenes de la administración George W. Bush, en nombre de la «guerra contra el terrorismo». La administración del presidente Barack Obama sigue retractándose en cuanto a la promesa de transparencia que formuló en su investidura, en enero de 2009. En nombre de la democracia y de la Constitución, el gobierno de Estados Unidos les debe toda la verdad a sus ciudadanos y a la comunidad internacional. Una garantía de su buena voluntad se daría con la liberación del soldado Bradley Manning, presunta fuente del sitio Web Wikileaks en sus revelaciones – documentos clasificados como prueba – de los crímenes cometidos en nombre de la «guerra contra el terrorismo».