(FLIP/IFEX) – El 5 de julio de 2008, integrantes del ejército impidieron que un grupo de periodistas llevara a cabo un cubrimiento y los intimidaron con disparos al aire. El hecho se produjo en una zona rural de San Vicente del Caguán, Caquetá, al sur del país. Los periodistas llegaron al lugar de los hechos, […]
(FLIP/IFEX) – El 5 de julio de 2008, integrantes del ejército impidieron que un grupo de periodistas llevara a cabo un cubrimiento y los intimidaron con disparos al aire. El hecho se produjo en una zona rural de San Vicente del Caguán, Caquetá, al sur del país.
Los periodistas llegaron al lugar de los hechos, donde poco antes dos soldados habían resultado muertos en un enfrentamiento armado. Cuando intentaron tomar imágenes y recoger información sobre lo sucedido, un soldado avisó por radioteléfono a su superior. Éste, sin saber que el volumen del radio estaba alto, ordenó categóricamente, «mande a esos ‘HP’ para la mierda». En seguida, los soldados maltrataron a los periodistas e intentaron retirarlos del lugar.
Mientras los periodistas pedían explicaciones por la decisión, escucharon unos disparos e inmediatamente corrieron a refugiarse. Duverney Gaviria, corresponsal del diario «La Nación» de Huila, le comentó a la FLIP que al parecer los disparos no tenían nada que ver con el operativo, diciendo, «Alcancé a ver a varios soldados riéndose». Gaviria también aseguró que desde que arribaron al sitio se habían identificado como periodistas.
Según William González, corresponsal de RCN televisión y director de «Magazín 740», que se transmite por el canal local, esto ha sucedido en otras ocasiones y se presenta principalmente a la hora de tomar imágenes. Los soldados les dicen, «usted no tiene nada que grabar», y los obligan a retirarse del lugar hasta tanto no hayan ordenado la zona por completo.
Los periodistas añadieron que en ocasiones, cuando graban fuera del casco urbano, regresan con sus cámaras y materiales de trabajo y en los retenes que hace el Ejército Nacional los obligan a mostrar qué imágenes llevan.
El comandante de la Unidad Operativa Mayor de Caquetá, Brigadier General Jorge Octavio Ardila Silva, afirmó a la FLIP que es falso que los medios de comunicación no tengan acceso a la información y que siempre se les mantiene al tanto de las actividades del ejército. Además, aseguró que en el proceso de comunicación se sigue un conducto regular y que sólo a través de él se suministra información.
Frente a los hechos del 5 de julio, Ardila Silva afirmó que desconocía lo sucedido, pero que está prohibido sacar imágenes en las zonas donde hay operaciones debido a los lineamientos militares. «Lo que sí no se admite es que se trate con groserías a los periodistas o que se les maltrate», concluyó.
La FLIP registra con preocupación esta obstrucción y la intimidación de la que fueron objeto los periodistas. El ejército y la policía pueden restringir el acceso específico a los lugares donde se haya presentado un crimen en aras de preservar la integridad de la investigación judicial, pero no podrá prohibir de manera absoluta la presencia de periodistas en tales lugares. De la misma forma, la fuerza pública tiene el deber de tomar las precauciones de seguridad en zonas de conflicto y hacer las recomendaciones pertinentes, pero no de obstruir la labor de los periodistas. Es deber de los periodistas implementar medidas de autoprotección y autorregulación para preservar sus vidas y no entorpecer las labores oficiales.
Por último, la FLIP rechaza el acto de los integrantes del ejército de hacer disparos con el propósito de intimidar a los periodistas, y recuerda que no es la primera vez que sucede. Es deber del Ministerio de Defensa desarrollar programas de formación para que los integrantes de todas las fuerzas respeten el derecho a la información.