(RSF/IFEX) – RSF pide la inmediata reaparición del semanario «Le Calame», y la revisión del artículo 11 de la ley de libertad de prensa, que permite censurar un periódico sin ninguna explicación. El 19 de octubre de 2003, el Ministerio del Interior, Correos y Telecomunicaciones suspendió la edición 414 del semanario «Le Calame». Este ministerio, […]
(RSF/IFEX) – RSF pide la inmediata reaparición del semanario «Le Calame», y la revisión del artículo 11 de la ley de libertad de prensa, que permite censurar un periódico sin ninguna explicación.
El 19 de octubre de 2003, el Ministerio del Interior, Correos y Telecomunicaciones suspendió la edición 414 del semanario «Le Calame».
Este ministerio, que está encargado de los asuntos de la prensa, utilizó el artículo 11 de la ley del 25 de julio de 1991, relativa a la libertad de prensa, que establece que «el Ministerio del Interior puede, por decreto, prohibir la circulación, distribución o venta de periódicos [. . .] que atenten a los principios del Islam o a la credibilidad del Estado, causando un perjuicio de interés general o alterando el orden y la seguridad pública». En este caso, el Ministerio del Interior no ha justificado su decisión.
Según un miembro de la redacción de «Le Calame», citado por la agencia de noticias Pana, la causa de la suspensión sería un artículo titulado «El gran silencio en el centro de los debates». En la misma edición, un artículo de un ex periodista de «Le Calame», hoy refugiado en Francia, analizaba la situación política del país, en víspera de las elecciones presidenciales, defendiendo la urgencia de que una verdadera alternativa democrática invada el campo político, monopolizado por el presidente Maaouiya Ould Sid Ahmed Taya.
El artículo 11, a que las autoridades frecuentemente recurren, representa una amenaza real para la libertad de prensa en Mauritania. El 23 de septiembre, embargaron el periódico en idioma árabe «Essahifa», aplicando el artículo 11 (ver la alerta de IFEX del 23 de septiembre de 2003). El 29 de julio, prohibieron la distribución del periódico independiente «Le Rénovateur», invocando el mismo artículo (ver la alerta del 31 de julio de 2003).