El editor de Europa y Asia Central de IFEX explica cómo la respuesta represiva del régimen de Lukashenka sobre los medios independientes y la sociedad civil está siendo constantemente desafiada –y en muchos casos detenida– por grupos de periodistas y de activistas en la diáspora.
Temas: Derecho a la información; seguridad y justicia, espacio cívico, libertad de expresión en línea, diversidad, igualdad e inclusión.
Describirlo como una pugna entre la tecnología del siglo 21 versus la barbarie del siglo 20 no sería completamente apropiado, pero tampoco estaría muy lejos.
Aunque el régimen del presidente Lukashenka continúa reprimiendo a los medios independientes y a la sociedad civil en Bielorrusia, tampoco ha dejado de encontrarse con retos en el camino. El régimen ha incluso visto frustradas sus intenciones más de una vez por grupos de periodistas y activistas desde la diáspora.
Estos grupos están usando herramientas digitales y redes sociales para asegurarse de que quienes apoyan la oposición en Bielorrusia –y también los ciudadanos en general– puedan acceder a información no censurada, organizarse, y también encontrar asistencia financiera, legal, o de cualquier otro tipo si se encuentran bajo amenaza de las autoridades.
“¿Se puede bloquear canales en Telegram?”
En septiembre de 2020, BelTA, la agencia gubernamental bielorrusa de noticias, reportó sobre una entrevista que el presidente Lukashenka había dado a los medios rusos. De acuerdo con el reporte, Lukashenka estaba preocupado particularmente por el rol que algunas redes sociales estaban ocupando en el futuro de su país. “¿Se puede bloquear canales en Telegram? No. Nadie puede. Ni siquiera los que diseñaron la Web –los norteamericanos– pueden”. Luego agregó: “Aunque el Internet sea desconectado hoy, estos canales de Telegram desde Polonia seguirán funcionando”.
Lukashenka hablaba a partir de una experiencia bastante reciente. Los “canales de Telegram desde Polonia” a los que se refirió son posiblemente los de NEXTA, un medio que trabaja desde Polonia principalmente vía YouTube y la aplicación encriptada Telegram. A pesar de los apagones de Internet a nivel nacional y regional, NEXTA ha logrado mantenerse operativo dentro de Bielorusia.
Lukashenka dio estas declaraciones menos de un mes después de las disputadas elecciones presidenciales que le devolvieron el poder. Los resultados de estas elecciones generaron una ola histórica y masiva de protestas en todo el país en las que la gente exigía elecciones libres y la salida de Lukashenka. (Grupos de mujeres, sindicalistas, personas de la tercera edad y estudiantes jugarían un rol prominente en los últimos meses de 2020). La respuesta a estas protestas, que fueron casi en su totalidad pacíficas, fue una gran violencia por parte de la policía y la KGB. El uso de vehículos blindados, granadas cegadoras, perdigones y garrotes dejaron a muchas personas heridas de gravedad o mutiladas, y mataron a otras. Para septiembre, unos 12000 manifestantes habían sido detenidos y muchos de ellos fueron torturados en prisión.
Mientras los videos de las protestas y de la brutal respuesta de las autoridades se distribuían rápidamente en todo el mundo, en Bielorusia la situación era muy distinta. Los medios del Estado minimizaron tanto las protestas como el uso de la violencia del régimen contra los manifestantes. Los medios independientes, desde su pequeño espacio, –que hasta en las mejores épocas tenía que lidiar ya con acoso judicial, denegación de credenciales y presiones para autocensurarse– reportaron valientemente; pero se enfrentaron con la misma violencia que sufrieron los manifestantes. Se registró un récord de periodistas detenidos y golpeados durante las semanas que siguieron a las elecciones. Únicamente el 27 de agosto, aproximadamente 50 periodistas fueron arrestados, y se les quitó las credenciales a al menos 17 periodistas que trabajaban para medios extranjeros. La prensa independiente se encontró aún más obstaculizada por restricciones de Internet impuestas por el régimen con el fin de limitar que los manifestantes se organicen. Las restricciones a Internet duraron del 9 (día de la elección) al 12 de agosto y dejaron a los usuarios con acceso únicamente a mensajes de texto y llamadas telefónicas.
El intento de las autoridades de crear un vacío de información tuvo dos consecuencias inesperadas –e inmensamente significativas–: por un lado, dejó a los bielorrusos con un hambre desesperada por noticias no censuradas y por otro, les dio a los activistas anti-Lukashenka, que son más hábiles en medios tecnológicos, una oportunidad sin igual para satisfacer este apetito, aumentar masivamente su base de usuarios y extender ampliamente su mensaje.
El vacío de información fue llenado por Telegram, y particularmente dentro de ese medio, por NEXTA.
Las historias que jamás se contarán en la televisión bielorrusa
Mientras las protestas se expandían a lo largo del país, activistas y organizadores abrieron canales en Telegram para comunicarse de modo anónimo. Había canales por cada ciudad y por cada distrito –algunos incluso para bloques de apartamentos– y fueron usados para compartir información sobre vecindarios en los que había habido detenidos o que habían sido atacados de otros modos, así como para mantener la moral e incluso organizar eventos culturales.
NEXTA (que significa “alguien” en bielorruso) se volvió muy pronto el canal más popular de Telegram en Bielorrusia. Tal como lo describe su editor, Raman Pratasevich, –que fue detenido hace poco– NEXTA es “una red de miles de bielorrusos que comparten información, nos la mandan a nosotros y así la comparten con el resto del país. Estas personas cuentan historias que deben ser oídas, historias que jamás se contarán en la televisión bielorrusa o en los medios oficiales bielorrusos”.
¿Cómo funciona? NEXTA usa principalmente contenido generado por los usuarios y organizado por un equipo pequeño. Es un medio descentralizado, sin un sitio web central. Les aconseja a los subscriptores usar proxies, VPNs y Tor para esconder su localización e identidades, lo que ayuda a que evadan los intentos del régimen de Lukashenka de restringir sus libertades en Internet.
NEXTA fue creado en 2015 por Stsiapan Putsila, un joven bloguero bielorruso viviendo en Polonia. Comenzó como un canal de YouTube en el que Putsila compartía videos de música y comentarios satíricos sobre su país. Su canal de Telegram comenzó en 2018 y se volvió bastante popular: antes de la elección de agosto de 2020 había alcanzado ya unos 350000 subscriptores. Sin embargo, con la censura en las noticias y el apagón de Internet durante los primeros días de las protestas anti-Lukashenka el número de subscriptores de NEXTA se disparó a más de dos millones (que es un 20% de la población bielorrusa).
Durante este período NEXTA recibía unos 200 mensajes por minuto (muchas veces con videos) de parte de usuarios anónimos. NEXTA editó lo que recibió y luego publicó el contenido en su canal de Telegram. El canal mostró lo que la televisión estatal ocultaba, incluyendo agresiones extremadamente violentas por parte de la policía a los manifestantes, ataques con granadas cegadoras, actos de resistencia impresionantes y la escala misma de las protestas.
En las semanas siguientes, NEXTA también tuvo un rol importante documentando y haciendo pública la misoginia tras algunas de las tácticas represivas del régimen, y sobre las que Amnistía Internacional había ya advertido antes de la elección, como el caso de oficiales del Estado bielorruso que amenazaron a una mujer con violencia sexual y con arrebatarle a sus hijos.
Controversias
NEXTA jugó un rol clave en ayudar a organizar protestas que contaban con cientos de miles de personas. También asistió a activistas en el terreno publicando llamados de ayuda, mapas de ubicación de la policía, direcciones de lugares seguros para esconderse y detalles de contacto de abogados. Algunos expresaron preocupación respecto de algunas fallas relacionadas con la verificación de hechos (y con eso el peligro de difundir desinformación). A principios de agosto de 2020, por ejemplo, NEXTA reportó erróneamente la muerte de un manifestante que había sido golpeado por la policía.
Este no fue el único momento controvertido. Por bastante tiempo, NEXTA ha declarado tener gran cantidad de material que supuestamente habrían recibido de personas que forman parte del gobierno o miembros del aparato de seguridad del Estado. También han publicado videos en los que se muestra aparentemente a oficiales de policía que renuncian o que piden perdón por la violencia, llamando a sus colegas a detener la represión. En septiembre de 2020, después de la detención de unas 400 manifestantes durante una marcha de mujeres, NEXTA publicó los nombres, detalles y ciudades de origen de más de 1000 oficiales de policía en ejercicio (lo que puede haber tenido implicaciones para sus familiares), y amenazó con publicar más si la supresión violenta de las protestas anti-Lukashenka no terminaba. Aparte, también publicó la dirección y los números de teléfono de los oficiales que pertenecían al Ministerio del Interior.
El garrote ataca
Las autoridades bielorrusas sabían que cualquier intento de bloquear el acceso a Telegram sería inútil. En junio de 2020, las autoridades de la vecina Rusia admitieron que su intento de prohibición de la aplicación en 2018 había sido un completo fracaso.
Sin embargo, la influencia de NEXTA en Bielorrusia era intolerable para el régimen de Lukashenka. En octubre de 2020, una corte en Minsk declaró el canal de Telegram y su logo como “extremista”, lo que significó que cualquiera que usara NEXTA podría ser castigado por la ley (para mayo de 2021, más de 50 canales y chats en Telegram serían también declarados “extremistas”). En noviembre, las autoridades abrieron un caso penal contra Putsila y Pratasevich (el fundador y el editor de NEXTA, respectivamente) acusándolos de “organizar revueltas masivas”. En ese mismo mes Putsila y Pratasevich fueron agregados a la lista de «individuos implicados en actividades terroristas» (lo que acarrea la pena de muerte en Bielorrusia).
Luego, en mayo de 2021, Pratasevich y su novia, Sofia Sapega, fueron arrestados después de que su vuelo de Ryanair de Atenas a Vilnius fuese forzado a cambiar su ruta por las autoridades bielorrusas y aterrizara en Minsk. Luego de esto, aparecieron videos de Pratasevich y Sapega dando confesiones forzadas en un canal pro-gobierno de Telegram. Pratasevich, que mostraba heridas en la cara “confesó” haber organizado revueltas masivas y Sapega “confesó” haber editado el Libro Negro de Bielorrusia –un canal de Telegram que ha publicado información personal de oficiales de seguridad–. Las autoridades vieron claramente el valor propagandístico de tener a Pratasevich como prisionero: para junio había hecho dos nuevas confesiones forzadas, esta vez en la televisión estatal. En la tercera declaró que la detención previa al juicio era “el lugar más seguro” para él. Pratasevich y Sapega se enfrentan a sentencias de prisión extremadamente largas.
Solidaridad y financiación colectiva
En agosto de 2020, horrorizado por la intensidad de la violencia que se usó contra manifestantes pacíficos, Mikita Mikado, un emprendedor de tecnología en Silicon Valley y fundador de la compañía de software bielorrusa PandaDoc, sintió el impulso de hacer algo al respecto. Decidió publicar un simple mensaje en una cuenta de Instagram: “Este es un llamado a oficiales de seguridad en Bielorusia: si quieren estar del lado del bien, pero las finanzas no ayudan, escríbanme. Yo los ayudaré.” El objetivo inmediato de Mikado era reducir la violencia, el plan era el de aliviar las cargas económicas que sufren los oficiales de seguridad que renuncian a sus puestos de trabajo y se rehúsan a formar parte de la represión. El proyecto se llamó “Protejamos Bielorusia”.
Sin embargo, a pesar de los cientos de mensajes de interés enviados por miembros descontentos de las fuerzas de seguridad, el proyecto de Mikado no duró mucho. En septiembre, las autoridades lanzaron una redada en la oficina de PandaDoc en Minsk, arrestaron a cuatro de los ejecutivos más importantes por dudosos cargos de evasión de impuestos y congelaron las cuentas bancarias de la compañía.
Después de estos eventos, Mikado ayudó a armar la fundación BYSOL, con base en los Países Bajos. Esta fundación se creó gracias a fondos colectivos (crowdfunding) y se dedica a ayudar a prisioneros bielorrusos, a personas que necesitan relocalización urgente y a diferentes canales de oposición en Telegram. Hacia el final de 2020, BYSOL había recibido caso 3,5 millones de euros en donaciones (venidas principalmente de pequeños donantes), de los cuales más de 3 millones fueron donados: unas 1222 personas que habían sido despedidas o que habían renunciado a trabajos como empleados del Estado por su oposición al régimen recibieron casi 1,9 millones de euros en total.
Otro de estos impresionantes proyectos es #BY_help, fundado en 2019 por Alyaksei Lyavonchyk, un bielorruso que reside en el Reino Unido. #BY_help se creó originalmente para ayudar a pagar las multas de las personas que habían sido arrestadas en Bielorrusia usando contribuciones de pequeños donantes, pero el grupo de donantes creció drásticamente después de la elección de agosto. Para febrero de 2021, #BY_help había recaudado más de 2,8 millones de libras y había pagado 2,5 millones de libras en asistencia o apoyo a bielorrusos que habían sido multados o heridos por la policía antimotines.
El trabajo de estos financistas digitales no ha pasado desapercibido para el régimen bielorruso. En noviembre de 2020, las autoridades ordenaron a los bancos que congelaran cualquier monto transferido por #BY_help (y esto explica porqué los grupos digitales de solidaridad hacen pagos en criptomoneda, evitando totalmente el sistema bancario bielorruso). En abril de 2021, el Comité del Departamento de Investigaciones en Minsk abrió procesos criminales contra Lyavonchyk y Andrei Stryzhak (Stryzhak ayudó a crear BYSOL y #BY_help. También es miembro del Consejo de Coordinación de la oposición, cuyos miembros están todos presos o exiliados). Ambos están acusados de “entrenar individuos para la participación en actividades en grupo [y con ello] violar gravemente el orden público” y “financiar las actividades de un grupo extremista”.
Los medios que han reportado sobre las actividades de estos grupos también han sido atacados. En mayo de 2021, las autoridades lanzaron una redada a las oficinas de TUT.BY y arrestaron a 12 periodistas como parte de una falsa investigación de impuestos. También bloquearon el acceso al sitio web de TUT.BY porque había publicado “información prohibida en ciertos artículos” sobre BYSOL. En una declaración del Ministerio de Información se indicó que “está prohibido diseminar información usando recursos de Internet en nombre de organizaciones que no hayan pasado por registros del Estado del modo prescrito”.
Horcas legales y más
En mayo de 2021, Lukashenka promulgó enmiendas legales que le aprietan aún más el cuello a la libertad de expresión en Bielorrusia y que restringen severamente cualquier forma de protesta pública.
La enmienda a la Ley de Medios Masivos de 2008, otorga más poder a las autoridades para suspender medios de comunicación (sin advertencia y sin una orden legal si se considera como una amenaza a la seguridad nacional); le niega el registro a las organizaciones de prensa; le revoca la acreditación a los periodistas y restringe a los medios que publican material que las autoridades consideran ser propaganda o “extremista” (en esta categoría está NEXTA y muchos otros canales de Telegram).
La enmienda de la Ley de Eventos Masivos de 1997 prohíbe la cobertura (incluso transmitida en vivo por Internet) de eventos masivos no autorizados (como las protestas en contra del régimen); trata a los periodistas en eventos masivos como participantes de esos eventos; y golpea el trabajo de grupos de solidaridad al prohibir que se recolecten fondos o se presten servicios para que se paguen las multas de individuos considerados culpables de quebrantar la ley.
En lo que va del 2021 no hemos visto un regreso de las protestas masivas que tanto sacudieron al régimen de Lukashenka el año pasado. Sin embargo, con estas restricciones draconianas en el periodismo y el espacio cívico, y con las constantes redadas contra medios independientes, las autoridades crean las condiciones para que sea aún más probable que los bielorrusos consulten NEXTA y sus canales de Telegram aliados cuando quieran comunicarse libremente y saber qué es lo que realmente está pasando.
El lado oscuro
Los canales de Telegram son populares entre los activistas a lo largo de Europa y Asia Central, en especial aquellos que viven bajo gobiernos autoritarios. Los manifestantes en Rusia, por ejemplo, usaron esta aplicación para organizar protestas anti-Putin al principio de este año como respuesta a la encarcelación Alexei Navalny, figura importante de la oposición en Rusia.
Sin embargo, inevitablemente, Telegram también tiene un lado oscuro. Así como le ha permitido a los ciudadanos organizarse efectivamente, también se ha vuelto otra herramienta de la que se sirven los gobiernos autoritarios o quienes los apoyan –como en Rusia y Azerbaiyán, por ejemplo– para intimidar, amenazar o poner activistas políticos en peligro y publicar sus datos personales (doxxing). Esto le ocurre con frecuencia a activistas por los derechos de las mujeres y la comunidad LGBTQI+. Este año, Telegram ha tenido que bloquear varios de sus canales rusos porque compartían detalles de contacto y direcciones de las residencias (muchas veces con llamados expresos a la violencia) de manifestantes anti-gobierno, periodistas y oficiales del Estado.
IFEX impulsa el cambio a través de una red diversa e informada basada en organizaciones sólidas, conexiones significativas entre los miembros y relaciones estratégicas con aliados externos. Los tres pilares de nuestro enfoque para promover y defender el derecho a la libertad de expresión e información son: garantizar el derecho a la información, habilitar y proteger el espacio cívico y mejorar la seguridad y la justicia.