(PROBIDAD/IFEX) – El abogado hondureño, Dionisio García, de 43 años, fue asesinado la mañana del 4 de diciembre de 2006 por dos sicarios que se conducían en una motocicleta, cuando se dirigía a las instalaciones de la Suprema Corte de Justicia. García era uno de los abogados de la Asociación por una Sociedad Más Justa […]
(PROBIDAD/IFEX) – El abogado hondureño, Dionisio García, de 43 años, fue asesinado la mañana del 4 de diciembre de 2006 por dos sicarios que se conducían en una motocicleta, cuando se dirigía a las instalaciones de la Suprema Corte de Justicia. García era uno de los abogados de la Asociación por una Sociedad Más Justa (ASJ), y asesoraba las investigaciones realizadas por el equipo periodístico de esa institución acerca de las irregularidades en que operan las empresas privadas de seguridad.
García era parte del equipo periodístico de investigación que conforman los comunicadores sociales Robert Marín García y la coordinadora de proyectos de la ASJ, Dina Meza, todos ellos amenazados en los últimos tres meses por personas ligadas a las empresas privadas de seguridad Delta Segurity y Setech, respectivamente, cuyo accionista principal es el norteamericano Richard Swasey.
Su crimen se produjo en medio de un congestionamiento vehicular rumbo a la Corte Suprema de Justicia, cuando de repente, dos desconocidos, a bordo de una motocicleta, comenzaron a disparar a lo loco contra el abogado, quien falleció en forma instantánea, se informó.
El abogado de ASJ, así mismo, llevaba los casos de los guardias privados de seguridad de las empresas en mención, quienes eran objeto de vejámenes, violaciones laborales y de los derechos humanos. Dionisio García, era casado y tenía un hijo de 7 años de edad, informaron miembros de ASJ al Comité por la Libre Expresión (C-Libre).
«Estamos en shock (atónitos), llenos de rabia, dolor e indignación porque Dionisio era un gran abogado, una gran persona y muy honrado y honesto con su trabajo. A él no le importaba ayudar a quien necesitara de sus servicios sin cobrarles nada; era el abogado de los pobres, le decíamos nosotros aquí en ASJ», dijo sumamente compungido Marín García.
Hace más de tres meses, el equipo de investigación periodística de ASJ empezó a investigar el funcionamiento de las empresas privadas de seguridad, entre ellas Delta Segurity y Setech, ante las denuncias llegadas a ASJ, una ONG que se encarga de brindar ayuda y llevar casos legales de los empleados que laboran en este tipo de empresas y en las transnacionales de las comidas rápidas.
Producto de su investigación, salieron a flote una serie de irregularidades y violaciones laborales que van desde engaños a los empleados obligándolos a firmar contratos en los que renuncian a sus prestaciones laborales y sociales, hasta la dudosa adquisición de contratos de seguridad privada con el Estado, en el cual, se presume, están implicados personajes de mucha influencia en el actual gobierno. Hace tres semanas, el abogado de ASJ y los periodistas se entrevistaron con un alto funcionario del Gobierno para ponerlo al tanto de sus investigaciones para que se enmendaran las acciones del caso.
Por sus denuncias, los periodistas de ASJ fueron querellados por delitos contra el honor en el mes de octubre por los accionistas de Setech, pero la demanda no prosperó; no obstante, las amenazas e intimidaciones en su contra continuaron con llamadas anónimas, seguimiento personal y mensajes por el Internet donde les exhortaban a «cuidarse» porque los iban a matar.
Estas amenazas, alcanzaron también al abogado de la ASJ, quien hace 15 días recibió un correo electrónico donde le indicaron su sentencia a muerte, por lo que optó por poner su denuncia y formal testimonio ante el Comité de Familiares Detenidos-Desaparecidos en Honduras (Cofadeh).
Indignada por el hecho, la periodista Dina Meza, acusó públicamente del asesinato de García al principal accionista de Delta Segurity y Setech, Richard Swasey, al gerente de operaciones Róger Medina López y al detective particular, ex integrante de los cuerpos de investigación civil del país, Carlos Aguilar, último, de quien se asegura, «es el responsable de dar seguimiento a los periodistas y personal de ASJ».
«Lo sucedido a nuestro compañero Dionisio, lo ponen a uno preocupado, esto es muy doloroso y él junto a nosotros, había sido amenazado también por la gente de Setech. El hostigamiento que hemos sido objeto ha sido incluso conocido por la Fiscalía de Derechos Humanos, pero aquí nadie hace nada, parece que la vida de la gente no importa», dijo molesto Marín García.
ANTECEDENTES:
El asesinato del abogado Dionisio García, ligado directamente al periodismo de investigación que ejecuta el equipo periodístico de ASJ, es el primero de su índole que se registra en este país en las últimas tres décadas, y se produce, una semana después de haberse cumplido tres años del asesinato del periodista Germán Rivas Morales, en la occidental ciudad de Santa Rosa de Copán, sin que a la fecha se haya dado con los responsables intelectuales y materiales.
Asimismo, la muerte de Dionisio García, quien gozaba de mucha credibilidad en los tribunales de justicia y el ministerio del Trabajo, se da en un ambiente donde las amenazas e intimidaciones a la libertad de expresión han subido de tono en el último trimestre con querellas ante los tribunales por delitos contra el honor por denuncias de casos vinculadas a corrupción y crimen organizado.
Esta alerta ha sido realizada por PROBIDAD con información proporcionada por C-Libre.