(RSF/IFEX) – RSF está enormemente preocupada por que, el 19 de abril de 2005, el tribunal federal de apelación de Washington confirmó nuevamente la orden de encarcelamiento de Judith Miller, de «New York Times», y Matthew Cooper, de «Time». Los dos periodistas, acusados de «desacato al tribunal» por negarse a revelar sus fuentes informativas, ya […]
(RSF/IFEX) – RSF está enormemente preocupada por que, el 19 de abril de 2005, el tribunal federal de apelación de Washington confirmó nuevamente la orden de encarcelamiento de Judith Miller, de «New York Times», y Matthew Cooper, de «Time». Los dos periodistas, acusados de «desacato al tribunal» por negarse a revelar sus fuentes informativas, ya no tienen más recurso que el Tribunal Supremo Federal, pero siempre que éste acepte su caso.
«Enviar a la cárcel a estos dos reporteros porque han protegido a sus contactos es, a la vez, una grave alteración del ejercicio de la profesión de periodista y una violación de la libertad de prensa. Es imperativo que el Tribunal Supremo se haga cargo del caso y que su jurisprudencia reconozca a los periodistas el privilegio del secreto de las fuentes, sin el cual no pueden trabajar. En esta ocasión, el Tribunal Supremo tiene que llenar el vacío jurídico existente a nivel federal, mientras que la legislación de 31 Estados de la Unión reconoce ese privilegio a los periodistas. También es urgente que los dos proyectos de ley sobre la libertad y la circulación de la información, depositados a principios de febrero de 2005 en la Cámara de Representantes y en el Senado, sean debatidos y votados, en la medida en que consagran este privilegio para la prensa», ha declarado la organización.
Miller y Cooper ya fueron condenados el 15 de febrero en apelación, por el mismo tribunal, por negarse a revelar sus fuentes a una sala especial, encargada de investigar sobre las fugas que llevaron a la publicación en la prensa de la identidad de la agente de la CIA Valerie Plame. En aquella fecha, el tribunal se pronunció en comité restringido y confirmó la orden de encarcelamiento dictada contra los dos periodistas, que podrían ser condenados a una pena de 18 de meses de cárcel cada uno. Los abogados de ambos periodistas consiguieron que el tribunal convocara al gran jurado, para que dictara sentencia.
Ahora, la suerte de Miller y Cooper depende por tanto del Tribunal Supremo. Pero, precisamente, la decisión del tribunal federal de apelación de Washington se basa en una sentencia de 1972 del Tribunal Supremo (Branzburg contra Hayes), según la cual los periodistas no pueden hacer valer el secreto de las fuentes ante la justicia.
Paradójicamente, Miller ya consiguió ganar la causa en un caso similar, en un tribunal de Nueva York, el 24 de febrero. El juez neoyorquino basó su sentencia en la Primera Enmienda de la Constitución, y en el derecho común del Estado (ver la alerta de IFEX del 2 de marzo de 2005).