(RSF/IFEX) – En una carta dirigida a Sr. Roberto T. Díaz Sotolongo, Ministro de la Justicia, RSF protesto contra la condena de dos años de cárcel, de José Orlando González Bridon, acusado de difundir «informaciones falsas» después de la publicacion de un artículo en una página Web situada en el extranjero. RSF pidio su inmediata […]
(RSF/IFEX) – En una carta dirigida a Sr. Roberto T. Díaz Sotolongo, Ministro de la Justicia, RSF protesto contra la condena de dos años de cárcel, de José Orlando González Bridon, acusado de difundir «informaciones falsas» después de la publicacion de un artículo en una página Web situada en el extranjero. RSF pidio su inmediata liberacion y que fueran sobreseídos los cargos en su contra. «Esta condena representa un endurecimiento de la represion contra los opositores que difunden sus ideas en Internet», subrayo Robert Ménard, secretario general de RSF. «Las autoridades cubanas ya no se contentan con controlar el acceso a la Red en la isla, reprimen también la publicacion de informaciones en sitios a los cuales la poblacion cubana ni siquiera puede acceder», añadio Ménard.
Según las informaciones recogidas por RSF, González Bridon, secretario general de la Confederacion de Trabajadores Democráticos de Cuba (CTDC, ilegal), fue condenado a dos años de cárcel por «difusion de noticias falsas poniendo en serio peligro el prestigio y el crédito que tiene el Estado cubano». Su familia fue informada de la condena el 12 de junio. El proceso tuvo lugar el 24 de mayo después de haber sido postergado varias veces. Solo la familia de González Bridon pudo asistir al juicio; el acceso al tribunal estuvo prohibido a la prensa extranjera y a opositores, por un importante despliegue policiaco. Según cercanos del sindicalista, las plazas disponibles para el público en la sala fueron ocupadas por miembros de las fuerzas del orden.
En un artículo publicado el 5 de agosto de 2000 en el sitio Web de Cuba Free Press (cubafreepress.org), basado en Florida (Estados Unidos), el sindicalista ponía en tela de juicio la responsabilidad de las autoridades en la muerte de Joanna González Herrera, coordinadora nacional de la CTDC. También, había comentado esta informacion en una radio basada en Miami, calificada de «subversiva» en el acto de la acusacion. González Bridon fue arrestado el 15 de diciembre y se encuentra encarcelado desde esta fecha. De 50 años de edad, sufriría de trastornos renales. Según sus familiares, estaría muy deprimido y sufriría presiones psicologicas en la cárcel de Combinado del Este (provincia de La Habana) donde permanece encarcelado. Las autoridades niegan a su suegra el derecho de visitarlo.
En Cuba, pequeñas agencias de prensa independientes, organizaciones de la sociedad civil o de defensa de los derechos humanos, no reconocidas por el gobierno, publican regularmente artículos en sitios de Internet, domiciliados en Miami, enviando los textos por fax o dictándolos por teléfono.
RSF recuerda que el periodista Bernardo Arévalo Padron, director de la agencia de prensa independiente Línea Sur Press, se encuentra todavía encarcelado (ver las alertas de IFEX del 12 de abril, 26 y 12 de marzo y 20 de febrero de 2001, 25 de julio y 11 de abril de 2000, 10 de diciembre, 22 de octubre, 17 de junio y 29 de enero de 1999, y 21 de septiembre de 1998). Fue condenado, en noviembre de 1997, a seis año de cárcel por «desacato» al Presidente Fidel Castro y al vicepresidente Carlos Lage. Está detenido en el campamento de trabajos forzados de El Diamante, en la provincia de Cienfuegos (centro de la isla). Al considerar que todavía no estaba «reeducado políticamente», las autoridades del campamento le denegaron su solicitud de libertad condicional el pasado 1° de abril. Desde el mes de octubre, puede beneficiarse teoricamente de esa libertad por haber cumplido la mitad de su pena.
En un informe titulado «Los enemigos de Internet» y publicado por RSF en marzo, la organizacion ya escribía :
«El gobierno cubano adopto, en 1996, el decreto-Ley 209 titulado ‘Acceso desde la República de Cuba a la red informática global’. La utilizacion de Internet, según ese decreto, no debe hacerse ‘violando los principios morales de la sociedad cubana ni los textos de las leyes del país’. Los correos electronicos no deben ‘comprometer la seguridad nacional’. Por otra parte, Fidel Castro creo, el 13 de enero de 2000, un Ministerio de Informática y Comunicaciones y anuncio que quería ‘transformar Cuba en una sociedad de la informacion’.»
Castro denuncia regularmente este «instrumento de manipulacion del capitalismo, en el que la mayor parte de la informacion está disponible en inglés». Los ciudadanos que quieren tener acceso a Internet deben dar «una razon válida». Si su peticion es aceptada, firman un contrato de utilizacion con cláusulas restrictivas. Logicamente, solo la nomenclatura cubana tiene acceso: políticos, altos funcionarios, intelectuales y periodistas cercanos al poder, así como las embajadas y las empresas extranjeras. Las sociedades cubanas exportadoras no disponen de acceso completo a la Red y tienen que conformarse con el correo electronico.
Ha surgido un mercado negro de direcciones e-mail que sirve para los pocos cubanos que disponen de un ordenador: en efecto, lo mismo que las telecopiadoras, deben estar declarados ante la administracion. Los internautas nacionales sospechan, además, que los servicios de informacion interceptan sus mails porque los mensajes procedentes del extranjero les llegan varias horas después de haber sido enviados. O nunca.
Todo el tráfico de Internet está centralizado en una única máquina en la que se efectúa la censura, a través de filtros. Muchos sitios no están disponibles desde Cuba. El filtrado se lleva a cabo en varios niveles: el URL del sitio, su direccion IP y su contenido son cuidadosamente controlados en una lista de cientos palabras clave. Sin embargo, parece que algunos jovenes internautas han conseguido acceder a toda la Red salvando los obstáculos.
Indirectamente, Internet ha permitido a los periodistas independientes (un centenar en la isla, hostigados y considerados «contrarrevolucionarios») ampliar su audiencia: aunque no tienen acceso al Net, los sitios de la comunidad cubana en el exilio (presentes, sobre todo, en Miami) difunden sus artículos transmitidos por teléfono o por fax.
Los periodicos oficiales «Granma», «Juventud Rebelde» o «Trabajadores», y la agencia nacional de prensa Prensa Latina, tienen todos un sitio en Internet. El régimen cubano censura pero también utiliza el Net para difundir su propaganda.