(RSF/IFEX) – El 22 de mayo de 2005, Heberto Jarquín Manzanares, corresponsal del diario «La Prensa» en Atlántico Norte, una región oriental recibió una amenaza de muerte de parte de Evaristo Rivas Sánchez, ex comandante del Frente Unido Andrés Castro, organización paramilitar ahora disuelta. «Las amenazas de muerte contra un periodista, a través de persona […]
(RSF/IFEX) – El 22 de mayo de 2005, Heberto Jarquín Manzanares, corresponsal del diario «La Prensa» en Atlántico Norte, una región oriental recibió una amenaza de muerte de parte de Evaristo Rivas Sánchez, ex comandante del Frente Unido Andrés Castro, organización paramilitar ahora disuelta.
«Las amenazas de muerte contra un periodista, a través de persona interpuesta, llevan la marca de las organizaciones mafiosas. No es la primera vez que Heberto Jarquín Manzanares recibe tales amenazas, a causa de sus artículos. Hacemos un llamamiento a las autoridades nicaragüenses para que adopten las medidas necesarias para garantizar la seguridad del periodista, y para detener a quienes pretenden atentar contra su vida», ha declarado RSF.
El 22 de mayo de 2005 un emisario de Rivas se acercó a Jarquín, que estaba realizando un reportaje en la reserva natural de Bosawa en Atlántico Norte. «Tenga cuidado, este hombre (Evaristo Rivas Sánchez) no es una persona segura. Se ha reunido con campesinos y la conversación no era nada agradable, para su futuro», dijo el emisario al periodista, asegurándole que habían puesto precio a su cabeza, según la edición digital de «La Prensa».
Jarquín atribuyó inmediatamente las amenazas a un reciente artículo, en lo cuál denunciaba algunas apropiaciones abusivas de tierras comunales por parte de Rivas. «Ese antiguo jefe militar tiene también conexiones con la mafia de la madera, que causa estragos en las reservas naturales, y a la cual Heberto ha dedicado varias investigaciones», ha manifestado a RSF Rolando Cruz, director general de la agencia Notifax y co-fundador del Sindicato Nicaragüense de Prensa.
Jarquín ya había sido amenazado otras dos veces por dos traficantes de maderas preciosas, apodados «El Chino León» y «El Gallo», condenados penalmente aunque continúan en libertad.
El periodista ha dicho a su redacción que teme por su vida, y la de su familia. Según él, Rivas va armado y puede reclutar asesinos fácilmente.