En México, los periodistas corren graves riesgos por cubrir el tráfico de drogas. En 2004, dos periodistas fueron asesinados en las ciudades de Tijuana y Matamoros debido a su trabajo. La semana pasada, un editor fue baleado, una reportera de noticias policiacas sobrevivió por poco a un intento de asesinato y un corresponsal que se […]
En México, los periodistas corren graves riesgos por cubrir el tráfico de drogas. En 2004, dos periodistas fueron asesinados en las ciudades de Tijuana y Matamoros debido a su trabajo. La semana pasada, un editor fue baleado, una reportera de noticias policiacas sobrevivió por poco a un intento de asesinato y un corresponsal que se especializa en tráfico de drogas desapareció, informan miembros de IFEX.
Los ataques provocaron que el Instituto Prensa y Sociedad (Instituto Prensa y Sociedad, IPYS), la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Reporteros sin Fronteras (RSF) y el Committee to Protect Journalists (Comité por la Protección de los Periodistas, CPJ) pidieran una investigación inmediata.
En la víspera del 8 de abril de 2005, Raúl Gibb Guerrero fue baleado y muerto por cuatro pistoleros no identificados mientras se dirigía a su casa en Papantla en el estado de Veracruz, en la costa del golfo de México.
Esa misma noche, Gibb Guerrero estaba en la ciudad de Martínez de la Torre, donde se estaba lanzando una nueva edición de su periódico «La Opinión». Había recibido amenazas de muerte anónimas unos días antes del ataque. Las autoridades creen que Gibb Guerrero fue asesinado por escribir artículos acerca del Cártel del Golfo, un poderoso grupo de narcotraficantes.
El 5 de abril, hombres armados atacaron a Dolores Guadalupe García Escamilla frente a la estación de radio donde trabaja, en la ciudad de Nuevo Laredo, en la frontera norte. García Escamilla fue alcanzada por nueve balas pero sobrevivió al ataque. Ella presenta el programa «Punto Rojo» para la estación de radio privada Stereo 91. Poco antes del ataque, la estación había difundido un informe de Escamilla sobre el asesinato de un abogado local del que se dice que representaba a supuestos traficantes de drogas.
Nuevo Laredo, una ciudad de 500,000 habitantes en el estado de Tamaulipas, está sufriendo una ola de violencia relacionada con el tráfico de drogas. Más de 30 personas han muerto en lo que va de este año, dice el CPJ.
Mientras tanto, en el estado de Sonora, en el noroeste del país, no se ha visto al reportero Alfredo Jiménez Mota desde el 2 abril, cuando informó a un colega del periódico «El Imparcial» que se reuniría con una fuente. Jiménez Mota se especializa en cubrir el tráfico de drogas y las noticias policiacas. Recientemente había informado de supuestos planes de grupos de narcotraficantes para asesinar a funcionarios gubernamentales locales.
La SIP instó a las autoridades federales a tomar medidas más agresivas para investigar los ataques y llevar a los culpables a la justicia.
Visite estos vínculos:
– Ataque contra García Escamilla: http://www.cpj.org/news/2005/Mexico06apr05_Sp.html
– Asesinato de Gibb Guerrero: http://www.rsf.org/article.php3?id_article=13171
– Informe del CPJ sobre México: http://www.cpj.org/attacks04/americas04/mexico.html
– SIP: http://www.sipiapa.org/pressreleases/chronologicaldetail.cfm?PressReleaseID=1367
– Informe de la SIP sobre México: http://www.sipiapa.org/espanol/pulications/informe_mexico2005.cfm
– Campaña contra impunidad:
http://www.impunidad.com/
– IPYS:
http://www.ipys.org/
– Informe de revista Time sobre traficantes de drogas que infunden temor a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos: http://www.time.com/time/magazine/article/0,9171,1047433,00.html