Más de una década después de la transicion Albania de dictadura comunista de línea dura a democracia naciente, los periodistas siguen corriendo riesgo de acoso, agresiones físicas y juicios de difamacion penal, con frecuencia de parte de las autoridades, dice Human Rights Watch (HRW). En un informe de 60 páginas publicado la semana pasada, la […]
Más de una década después de la transicion Albania de dictadura comunista de línea dura a democracia naciente, los periodistas siguen corriendo riesgo de acoso, agresiones físicas y juicios de difamacion penal, con frecuencia de parte de las autoridades, dice Human Rights Watch (HRW). En un informe de 60 páginas publicado la semana pasada, la organizacion dice que los medios, angustiados por el legado del régimen anterior, siguen estando «lejos de ser libres» en Albania.
El informe se basa en entrevistas a docenas de periodistas e investigaciones de documentos legales efectuadas durante una investigacion de tres semanas realizada el año pasado y delinea tres áreas de inquietud principales: ataques violentos e intimidacion a periodistas; juicios por difamacion contra periodistas; y el uso de publicidad del estado para ejercer control editorial sobre los medios de comunicacion.
Los periodistas en Albania, especialmente los que trabajan fuera de Tirana, la capital, sufren intimidacion y agresiones físicas generalizadas, dice HRW. Son sujetos a amenazas continuas, detencion arbitraria, golpizas y otros ataques. Lo que es preocupante, dice HRW, es que la policía y otras autoridades con frecuencia están detrás de los ataques que se hacen en respuesta a las críticas de corrupcion gubernamental o abusos contra los derechos humanos.
Estos ataques alcanzaron un punto máximo durante las elecciones de junio de 2001. HRW dice que en tres de esos incidentes, las autoridades fueron responsables de acciones para reprimir la libertad de expresion durante ese periodo, e incluso pueden haberlas planeado. En todos los casos de agresiones documentados por HRW, no se ha procesado ni disciplinado a una sola persona.
El uso de demandas de difamacion contra la prensa es otra táctica que se usa para silenciar las críticas. Al examinar seis casos en los que el Gobierno ha demandado a periodistas, HRW dice que la ley albanesa estipula sentencias de cárcel de hasta dos años por injuriar o difamar a funcionarios públicos, una «medida innecesaria que viola la libertad de expresion». En los seis casos, los tribunales han negado a los acusados el derecho de presuncion de inocencia hasta que se demuestre su culpabilidad, a pesar de que es un derecho garantizado por la Constitucion albanesa.
Finalmente, HRW señala el intenso uso que hace el Gobierno de la publicidad del estado para influir sobre el contenido editorial de los medios. El poder publicitario del Estado es comparable en valor a todo el sector publicitario privado, y ejerce una considerable presion sobre los medios. Los que simpatizan con el Gobierno obtienen generosos contratos mientras que contra a aquellos que critican a los funcionarios se imponen boicots virtuales, dice HRW.
El grupo insta al Gobierno a cesar la intimidacion y los ataques contra periodistas, revocar las leyes de difamacion criminal del país y establecer mecanismos que aseguren que no se abuse de la publicidad estatal para interferir con el contenido de los medios.
Para ver el informe completo, visite www.hrw.org.