Uno de los indicadores de una prensa libre es el grado en que los periodistas pueden proteger sus fuentes. En Estados Unidos, este privilegio se está poniendo a prueba, con los fiscales exigiendo revelar sus fuentes a más periodistas tan solo este año que en décadas, informa el Committee to Protect Journalists (Comité por la […]
Uno de los indicadores de una prensa libre es el grado en que los periodistas pueden proteger sus fuentes. En Estados Unidos, este privilegio se está poniendo a prueba, con los fiscales exigiendo revelar sus fuentes a más periodistas tan solo este año que en décadas, informa el Committee to Protect Journalists (Comité por la Protección de los Periodistas, CPJ).
Desde marzo de 2004, los fiscales y jueces federales han enviando citatorios al menos a 10 periodistas en relación con varios casos de investigación de filtraciones de alto nivel.
En agosto de 2004, cinco reporteros fueron detenidos por desacato y multados por negarse a testificar en relación a una demanda civil presentada por el excientifico nuclear estadounidense Wen Ho Lee. Los abogados de Lee están intentando determinar qué funcionarios filtraron información confidencial sobre el científico a los medios (ver: http://www.rcfp.org/standup/subpoenas.html).
Más recientemente, cinco periodista recibieron citatorios para testificar en una investigación federal en la que funcionarios de la administración filtraron el nombre de la empleada de la CIA Valerie Plame. Robert Novak, un columnista publicado en todo el país, había revelado la identidad de Plame en julio y citó funcionarios de la administración anónimos. Según la ley estadounidense, la revelación deliberada de un funcionario encubierto de la CIA por parte de un funcionario gubernamental es un delito.
In octubre, dos de los cinco periodistas – la reportera del «New York Times» Judith Miller y el corresponsal del «Time» Matthew Cooper fueron detenidos por desacato por negarse a testificar. Un juez federal los sentenció a ambos a prisión y ordenó a la revista «Time» pagar una multa diaria de USD 1,000 por negarse a entregar la información solicitada. El CPJ señala que Miller nunca escribió acerca de Plame. El juez confirmó las sentencias y los abogados de Cooper, Miller y «Time» apelan el fallo.
Lo perturbador de estos casos, dice Frank Smyth, del CPJ, es que envían a otros gobierno la señal de que presionar a los periodistas a revelar sus fuentes es una práctica legítima en una democracia.
El Comité de Reporteros por la Libertad de Prensa (RCFP) lanzó un petición para apoyar a los 10 periodistas y está invitando a firmar a los defensores de la libertad de prensa. Hasta la fecha, más de 4,000 personas y organizaciones han firmado (http://www.rcfp.org/standup/).
Visite:
– CPJ: http://www.cpj.org/Briefings/2004/DA_fall04/Smyth/Smyth.html
– RCFP: http://www.rcfp.org/
– Informe de Matthew Cooper en la revista Time: http://www.time.com/time/nation/article/0,8599,465270,00.html
– Encuesta muestra apoyo público para derecho de periodistas a proteger fuentes:
http://www.firstamendmentcenter.org/news.aspx?id=14190
– Karl Rove testifica en caso Plame: http://www.time.com/time/nation/article/0,8599,724804,00.html
– Robert Novak defiende filtración: http://www.cnn.com/2003/ALLPOLITICS/09/29/novak.cia/