Un tribunal de apelación afgano revocó ayer una sentencia de muerte para un joven periodista acusado de blasfemia y lo sentenció a 20 años de cárcel. Se necesita una presión internacional urgente para su liberación, dice el Writers in Prison Committee of International PEN (Comité de Escritores en Prisión de PEN Internacional, WiPC), que le […]
Un tribunal de apelación afgano revocó ayer una sentencia de muerte para un joven periodista acusado de blasfemia y lo sentenció a 20 años de cárcel. Se necesita una presión internacional urgente para su liberación, dice el Writers in Prison Committee of International PEN (Comité de Escritores en Prisión de PEN Internacional, WiPC), que le pide que envíe llamados al presidente Hamid Karzai y al embajador de Afganistán en su país para que intervengan.
Sayed Parwiz Kambakhsh, un estudiante de periodismo de 23 años reportero del periódico «Jahan-e Naw» («El nuevo mundo»), fue arrestado en octubre de 23 por distribuir lo que los oficiales dicen era literatura antiislámica. Entregó a sus amigos un artículo que decía que el profeta Mahoma ignoraba los derechos de la mujer. También fue acusado de poseer libros antiislámicos y comenzar debates contra el Islam en la escuela.
Se le dictó la sentencia de muerte el 22 de enero en un juicio a puerta cerrada y sin un abogado que lo defendiera. Pero el 21 de octubre, el jefe del panel de tres jueces, Abdul Salaam Qazizada, derogó la pena de muerte impuesta por el tribunal inferior pero sentenció a Kambakhsh a 20 años tras las rejas. El abogado de Kambakhsh presentó una apelación, que se espera que la Suprema Corte vea el 26 de octubre.
«No acepto la decisión del tribunal»; dijo Kambakhsh a The Associated Press cuando salía de la sala del tribunal. «Es una decisión injusta».
Otros miembros de IFEX, el Committee to Protect Journalists (Comité por la Protección de los Periodistas, CPJ), la Federación Internacional de Periodistas (FIP) y Reporteros sin Fronteras (RSF) también deploraron la decisión. «Esta sentencia es un paso hacia atrás para la libertad de expresión en Afganistán «, dijo el CPJ. «El caso de Kambakhsh representa la distancia entre las fuerzas tradicionales en Afganistán y las que desean que su país avance».
Según el CPJ y RSF, uno de los testigos a los que llamó la fiscalía, un compañero de escuela de Kambakhsh de nombre Hamid, dijo al tribunal que unos miembros del Servicio de Inteligencia de Afganistán (NDS) lo habían visitado después del arresto inicial de Kambakhsh y lo amenazaron con llevarse su familia si no hacía una declaración acerca de la blasfemia de Kambakhsh.
Yaqub Ibrahimi dijo al CPJ que los oficiales del NDS registraron el apartamento que compartía con Kambakhsh, su hermano, en busca de materiales relacionados con su propio periodismo. Ibrahimi escribe para el Institute of War & Peace Reporting (Instituto para Informes de la Guerra y la Paz, IWPR) y dijo que temía que el arresto de su hermano fuera en represalia por sus propios artículos que critican duramente a los caudillos y funcionarios locales.
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– CPJ: http://tinyurl.com/67nwav
– FIP: http://tinyurl.com/5womrv
– RSF: http://www.rsf.org/article.php3?id_article=29040
– AP: http://tinyurl.com/5vug2p
(22 de octubre de 2008)