La Suprema Corte de Afganistán confirmó una sentencia de 20 años impuesta a Parwez Kambakhsh, un estudiante y periodista de medio tiempo que fue acusado de blasfemia después de que envió por correo electrónico a sus amigos un artículo que analizaba críticamente la forma en que se retrata a las mujeres en el Corán, informan […]
La Suprema Corte de Afganistán confirmó una sentencia de 20 años impuesta a Parwez Kambakhsh, un estudiante y periodista de medio tiempo que fue acusado de blasfemia después de que envió por correo electrónico a sus amigos un artículo que analizaba críticamente la forma en que se retrata a las mujeres en el Corán, informan Human Rights Watch, el Committee to Protect Journalists (Comité para la Protección de los Periodistas, CPJ) y Reporteros sin Fronteras (RSF).
Las organizaciones de derechos están pidiendo al presidente Hamid Karzai que indulte a Kambakhsh y garantice su liberación segura. «Kambakhsh no ha cometido ningún crimen. Ahora depende del presidente Karzai actuar según los principios y liberarlo», dice Brad Adams, el director para Asia de Human Rights Watch.
El abogado Azfal Nooristani se enteró este mes de que la Suprema Corte afgana confirmó en secreto la sentencia de Kambakhsh el 11 de febrero sin darle la oportunidad de defender a su cliente. «Acudí a la Suprema Corte para entregar los argumentos de la defensa. Ahí me dijeron que el tribunal había confirmado la sentencia de 20 años un mes antes y que el caso ya se había turnado al fiscal», informó Nooristani a RSF. «¿Cómo pueden llegar a esa decisión sin siquiera esperar a escuchar lo que la defensa tiene que decir?» La Suprema Corte era la última esperanza de Kambakhsh de recibir una audiencia justa en un caso que ha desacatado tanto la ley internacional como la afgana y ha expuesto la falta de independencia del sistema judicial afgano.
El hermano de Kambakhsh, Yaqub Ibrahimi, informó a Human Rights Watch que cree que los cargos inventados y la sentencia son en represalia por los artículos que Ibrahimi escribió como reportero para el Instituto de Informes de la Guerra y la Paz (IWPR). Poco antes del arresto de su hermano, Ibrahimi publicó varios artículos que denunciaban los abusos contra los derechos humanos por parte de los caudillos y milicias locales en Afganistán. El Directorado Nacional de Seguridad registró la casa de Ibrahimi varias veces y lo amenazó en muchas ocasiones antes de arrestar a Kambakhsh, según había informado antes Human Rights Watch. Desde el arresto de Kambakhsh en octubre de 2007, la combinación de la intervención ilegal de los caudillos y el conservadurismo religioso de los jueces de Afganistán han frustrado cualquier oportunidad de justicia en el caso de Kambakhsh, según Human Rights Watch.
Kambakhsh, que tiene poco más de 20 años, fue detenido en la provincia de Balkh y acusado de escribir y distribuir el artículo en cuestión; sin embargo, se determinó que el artículo vino de un sitio web de Teherán y Kambakhsh sólo lo descargó. El Tribunal Primario en Balkh sentenció a Kambakhsh a muerte a principios del año pasado después de una farsa de juicio que duró unos cuantos minutos. La evidencia contra Kambakhsh fue aportada por compañeros estudiantes y maestros que afirmaron que el periodista hacía «preguntas difíciles» en las clases.
En octubre del año pasado, el Tribunal de Apelaciones confirmó la condena de Kambakhsh y redujo su sentencia a 20 años de cárcel. Durante el segundo juicio, el testigo principal de la fiscalía y la única persona que vinculó directamente a Kambakhsh con el artículo retiró su declaración y dijo que fue obligado a declarar por fuerzas de seguridad.
Los grupos de derechos humanos están preocupados de que Kambakhsh, que afirma que se le dice que será transferido, se enviará a la prisión de Mazar-i-Sharif o a la de Pul-i-Charki. Ambas cárceles alojan a internos jihadistas que son una amenaza a la vida de Kambakhsh. «Piensa que le matarán», dijo Nooristani. «Es un hombre inocente, pero no recibió justicia en los tribunales».
En otro caso que representa el poder político de los conservadores religiosos en Afganistán, el periodista Ghows Zalmai se enfrenta a una sentencia de cárcel de 20 años por publicar una traducción del Corán en dari, uno de los idiomas que se hablan en Afganistán. Zalmai fue arrestado en noviembre de 2007 y también fue acusado de blasfemia. Los líderes religiosos conservadores encontraron que su traducción era «no islámica» y dicen que malinterpreta los versículos. La Suprema Corte está examinando su caso actualmente.
Visite estos vínculos:
– HRW: http://tinyurl.com/czyz9o
– CPJ: http://tinyurl.com/cnfqas
– RSF: http://www.rsf.org/print.php3?id_article=30514
Para ver la página de IFEX sobre Afganistán, haga clic aquí: http://ifex.org/en/content/view/full/142/
(Foto: Policías afganos escoltan a Parwez Kambakhsh al salir del tribunal en Kabul. Foto cortesía de Reuters)
(18 de marzo de 2009)