Robinson Lizano, director del diario Primicia, periódico privado con sede en Ciudad Guayana, estado Bolívar, denunció que el medio para el cual labora ha sido objeto de una campaña de desprestigio.
El 23 de julio de 2013, Robinson Lizano, director del diario Primicia, periódico privado con sede en Ciudad Guayana, estado Bolívar, denunció que el medio para el cual labora ha sido objeto de una campaña de desprestigio.
El 22 de julio, difundieron información falsa en las redes sociales del supuesto allanamiento a este medio de comunicación. También, Lizano manifestó que ha recibido acciones de intimidación, a nivel personal, que buscan descalificarlo. Esta situación se presenta en el marco de un conflicto entre los dueños periódicos locales Primicia y Correo del Caroní.
El 22 de julio de 2013, en horas de la noche, el diputado de la Asamblea Nacional, Andrés Velásquez, colocó en su cuenta en Twitter @AndresVelasqz una información falsa que refería un supuesto allanamiento al diario Primicia. Esta información se presentó luego que el dueño de este medio, Yamal Mustafá fuese imputado por el Ministerio Público, órgano del poder judicial, «por ser presuntamente cooperador inmediato en el delito de peculado doloso propio, concertación de funcionario público con contratista y asociación para delinquir», en el caso de supuesta corrupción en Ferrominera del Orinoco, industria básica estatal.
Lizano informó a IPYS Venezuela que, también circuló información falsa sobre la presunta congelación de las cuentas del periódico ante la detención de Mustafá, lo cual afectaría la nómina del periódico. Esta situación del caso de Mustafá se da en su calidad de empresario y no se relaciona con la actividad del medio de comunicación.
El director de Primicia describió que luego de la información difundida en Twitter sobre el falso allanamiento se generó una situación de zozobra en la sede de Primicia, donde en horas de la noche, se encontraban trabajando un grupo de periodistas, editores, diseñadores y fotógrafos.
Refirió que la información divulgada de Andrés Velásquez, también provocó que se movilizaran varios periodistas a las instalaciones de Primicia, quienes constataron que la situación no fue cierta. Lizano denunció que a través de las redes sociales, además, han mantenido una campaña de descalificaciones contra el periódico y los periodistas que allí laboran.
El editorial de Primicia, del 23 de julio, señaló: «En la campaña contra Primicia complementan el trabajo realizado sistemáticamente por Correo del Caroní que en todo momento en su campaña contra Yamal Mustafá y sus ‘noticias’ sobre el caso de Ferrominera siempre lo identificó como ‘presidente de Primicia‘ como si esto tuviese que ver con el caso, todo para generar una matriz de opinión».
El periódico también fijó posición sobre el trabajo de organizaciones de derechos humanos que le han dado seguimiento al caso: «El objetivo es claro: quebrar el ánimo de nuestra gente y tratar de cerrar a toda costa Primicia, por lo que hemos decidido -aunque sin muchas esperanzas- que acudiremos a las organizaciones autodefinidas defensoras de la libertad de expresión y de los derechos de los periodistas como el Comité de Protección de Periodistas, Espacio Público o el IPYS para denunciar estos ataques.»
«Resta saber si asumirán la misma defensa apasionada que muestran cuando claman por supuesta censura y ataques a la libertad de prensa. Nosotros somos 50 periodistas y casi 100 trabajadores, sometidos al escarnio público y la zozobra, temerosos por nuestra integridad física. ¿Harán lo mismo? Independientemente de la respuesta de estos organismos, nosotros, los trabajadores de Primicia estamos muy claros, somos uno y enfrentaremos de pie todos estos ataques. No lo duden, hacemos nuestras las palabras de Yamal: Siempre damos la cara?».
Robinson Lizano dijo que se siente intimidado por una serie de acusaciones y señalamientos en su contra que han circulado en las redes sociales, incluso, algunas provienen de las cuentas personales de periodistas de otros medios de comunicación. Explicó que los señalamientos están orientados a descalificarlo como profesional y, también, han afectado a su familia. Lizano relató que un periodista de otro medio de comunicación le envío un mensaje con un tercero para advertirle «que se cuidara», lo cual pudiese considerarse una amenaza. Estos incidentes configuran una acción de intimidación que afecta la labor periodística.