Una mirada a temas relacionados a derechos digitales en la region durante el año de 2019.
Este artículo fue publicado originalmente en derechosdigitales.org .
A fines de marzo en México, una ola de denuncias sobre acoso y abuso sexual comenzó a circular a través de Twitter. Las primeras acusaciones surgieron de un sondeo realizado por Periodistas Unidas Mexicanas, pero rápidamente se viralizó a otros gremios. Escritores, académicos y activistas comenzaron a ser denunciados con nombre y apellido junto a la etiqueta #MeTooMx y otros hashtag similares.
Esta ola de denuncia se sumó a otras anteriormente ocurridas en Costa Rica, El Salvador y Guatemala, que a su vez retomaban la iniciativa surgida en Estados Unidos un año atrás. Pero si este movimiento es una muestra de fuerza, resistencia y resiliencia por parte de las denunciantes, también ha sido detonante de nuevas violencias, algunas sutiles y otras fuertes e implacables. Ante esta amenaza re victimizante, ha sido muy importante la defensa del anonimato y las reflexiones sobre las formas de justicia feminista que este tipo de acciones busca.
La violencia de género y la discriminación en línea no son más que extensiones de una situación estructural de exclusión, cuya eliminación requieren transformaciones en los distintos escenarios que forman el ecosistema sociotécnico que da forma a internet. En América Latina, desde hace varios años se viene fortaleciendo un movimiento que, desde una postura feminista, está intentando generar esos cambios. No es un movimiento homogéneo ni centralizado, pero está cada vez más articulado frente a la necesidad común de erradicar el riesgo que atenta contra las libertades individuales y colectivas, tanto de las mujeres como de otros grupos cuyas identidades de género son marginadas, estigmatizadas y sujetas a distintas formas de violencia. La edición 2017 de Latin America in a Glimpse centraba la mirada precisamente en aquellas iniciativas que conjugaban género y tecnología de maneras diversas, críticas, desafiantes y siempre interesantes. Hoy, dos años más tarde y de forma más breve, volvemos sobre los esfuerzos que se están realizando en la región para contrarrestar los efectos de las violencias sobre los cuerpos y las vidas de quienes la enfrentan.
En enero se publicó en México La Clika, una novela gráfica web para hablar sobre la violencia en línea, reconociendo que es virtual y es real y que no es culpa de quien la enfrenta. La plataforma, desarrollada en conjunto por Luchadoras y La Sandía Digital, ofrece alternativas para responder a la difusión no consentida de imágenes íntimas, así como herramientas de autodefensa digital para prevenir y contrarrestar otros tipos de violencia relacionada con la tecnología.