La denuncia presentada en nombre de RSF tiene como objetivo presionar a la justicia sueca para que detenga a los responsables de la suerte del periodista si ponen el pie en territorio sueco para ser juzgados, y para que si hace falta, emitan órdenes de arresto internacionales.
Este artículo fue publicado originalmente en rsf.org el 21 de octubre de 2020.
Reporteros sin Fronteras (RSF) ha presentado una denuncia por crímenes de lesa humanidad ante los tribunales suecos por el caso del periodista eritreo-sueco Dawit Isaak, preso en secreto en Eritrea desde 2001 y considerado como el periodista que lleva más tiempo encarcelado en el mundo. Es necesario que se emprenda, por fin, una investigación seria sobre Isaak para que los responsables de su suerte puedan ser juzgados y condenados.
La querella, que dos abogados suecos presentaron en nombre de RSF ante la Fiscalía de Crímenes Internacionales de Estocolmo el 21 de octubre de 2020, denuncia los crímenes de lesa humanidad, tortura, secuestro y desaparición forzada de que ha sido víctima el periodista eritreo Dawit Isaak, que también tiene la nacionalidad sueca. La denuncia señala a ocho sospechosos, entre los que se cuentan el presidente eritreo, Isaias Afwerki, -en el poder desde 1993-, y los ministros de Relaciones Exteriores, Justicia e Información de Eritrea, así como asesores y miembros de la administración y de los servicios de seguridad de este país del noreste de África.
“Por muy altos que sean sus cargos, las personas que llevaron a Dawit Isaak a prisión y lo han dejado allí enclaustrado durante casi 20 años deben ser consideradas penalmente responsables. Por tanto, es urgente que los tribunales suecos abran por fin una investigación penal”, afirma la abogada y ganadora del Premio Nobel de la Paz Shirin Ebadi, cosignataria de la denuncia. “Mientras estas personas puedan actuar con impunidad, y mientras los Estados que tienen la posibilidad de hacerlo no traten de condenarlas, no podrá progresar la justicia en Eritrea”.
Dawit Isaak fue detenido en septiembre de 2001 durante las redadas que el presidente Afeworki ordenó contra opositores y periodistas de medios independientes. Periodista y poeta, Isaak había regresado a su país para servir a «una Eritrea libre» y fundar un medio reformista. Lleva recluido en secreto desde su detención.
En estos casi 20 años nunca se le ha permitido ver a sus abogados ni a su familia, ni tampoco a los representantes de las Naciones Unidas y de Suecia, a pesar de tener ciudadanía sueca y de las numerosas solicitudes. La última prueba de vida data de 2005. Es probable que esté encarcelado en condiciones espantosas, en un contenedor ardiente en medio del desierto, en el centro de detención de Eiraeiro, en el Mar Rojo.
Los abogados de RSF presentaron una primera denuncia ante los tribunales suecos en 2014. El fiscal general de Estocolmo admitió que se habían cometido «crímenes de lesa humanidad, al menos en términos de desaparición forzada» contra Dawit Isaak en Eritrea, que dichos delitos eran responsabilidad de los tribunales suecos y que los «motivos graves» permitían abrir una investigación preliminar. No obstante, tras una consulta con el Ministerio de Relaciones Exteriores, se llegó a la conclusión de que semejante investigación «podría afectar a las relaciones de Suecia con Eritrea» y que, por lo tanto, se corría el riesgo de «reducir las posibilidades de actuar en favor de la liberación» de Dawit. Al final, no se inició ningún procedimiento.
«Semejante argumento ya no es válido», sostiene el responsable jurídico de RSF, Paul Coppin. «Cinco años después de esta decisión, Dawit Isaak sigue desaparecido y las autoridades suecas no han conseguido nada: ni su liberación, ni al menos una visita o una prueba de vida. Las numerosas resoluciones o condenas de organismos internacionales, incluidos el Consejo de Derechos Humanos y la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, tampoco han logrado que la situación evolucione. Por tanto, es urgente, hoy, emprender acciones penales«.
En 2019, durante una sesión en el Parlamento en Estocolmo, la propia ministra de Relaciones Exteriores sueca, Ann Linde, se vio obligada “a concluir que Eritrea, de ninguna manera, ha escuchado nuestras preocupaciones ni ha obrado en consecuencia «.
La denuncia presentada en nombre de RSF tiene como objetivo presionar a la justicia sueca para que detenga a los responsables de la suerte del periodista si ponen el pie en territorio sueco para ser juzgados, y para que si hace falta, emitan órdenes de arresto internacionales. Si bien la desastrosa situación de los derechos humanos no ha experimentado ningún progreso en Eritrea durante casi 30 años, la justicia sueca puede tener un impacto decisivo para ayudar a Dawit Isaak y a todos los demás periodistas detenidos desde 2001, pero también para poner fin a la impunidad por los delitos cometidos en Eritrea y contribuir a mejorar la libertad de prensa en el país.
Redactada e interpuesta por el abogado Percy Bratt y el jurista Jesús Alcalá, la denuncia está firmada por el hermano del periodista, Esayas Isaak; la historiadora y experta internacional Susanne Berger, también coordinadora de la Iniciativa de Investigación Raoul Wallenberg; por el responsable del ‘equipo de Dawit Isaak’ de la sección sueca de RSF, Björn Tunbäck, y por Antoine Bernard, abogado internacional y asesor de litigios de RSF International.
También cuenta con el respaldo de once destacadas personalidades y juristas internacionales: la ganadora del Premio Nobel de la Paz en 2003, Shirin Ebadi; la ex alta comisionada para los derechos humanos Navi Pillay; la ex presidenta de la Comisión Africana de Derechos del Hombre y de los Pueblos, Pansy Tlakula; el exministro de Justicia canadiense Irwin Cotler; el abogado y miembro del Comité de Derechos Humanos del Colegio Federal de Abogados de Alemania Bernhard Docke; el abogado internacional de derechos humanos David Matas; director de la Sociedad de Derecho de Eritrea Daniel Mekonnen; el abogado franco-británico y presidente de PEN en el Reino Unido, Philippe Sands; el director ejecutivo del Centro de Derechos Humanos y Desarrollo en África Gaye Sowe; el director de la Academia Straniak para la Democracia y los Derechos Humanos, Hannes Tretter, y el director del Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Pretoria, Frans Viljoen.
Eritrea ocupa el puesto 178 de 180 países en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2020 de RSF.