El Relator de Libertad de Expresión de la OEA denuncia que en esos países no hay Estado de Derecho ni garantías para los periodistas.
Este artículo fue publicado originalmente en ipysvenezuela.org el 9 de septiembre de 2021
“No hay garantía para la libertad de prensa en estos tres países”, aseguró Pedro Vaca, el relator de la OEA, presente en el foro titulado “La prensa latinoamericana bajo sitio, libertad para periodistas detenidos”.
Los periodistas y medios de comunicación independientes en Nicaragua, Venezuela y Cuba, carecen de garantías elementales para el ejercicio de sus derechos y afrontan una persecución sistemática de esos regímenes. Así lo expusieron tanto el Relator de Libertad de Expresión de la Organización de Estados Americanos (OEA), como periodistas de los tres países, en un foro celebrado por el Club Nacional de Prensa en Washington D.C.
Vaca describió la situación en estos tres países como “una política estatal de silencio, que usa mecanismos sofisticados de censura”, con la participación del Sistema Judicial, la Fiscalía, la Policía y otras instituciones públicas de seguridad y justicia.
“Todo el marco institucional no está a favor de derechos humanos y libertad de expresión, sino protegiendo esos mecanismos autoritarios”, explicó Vaca, tras oír los testimonios de los periodistas nicaragüenses, venezolanos y cubanos.
En el Foro, organizado por Fundamedios, Voces del Sur y otras organizaciones que velan por la libertad de prensa en el hemisferio, se hizo un recuento de que, en los últimos 20 meses, 27 periodistas han sido asesinados en Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Venezuela.
En el mismo periodo, 11 periodistas han sido arrestados en Venezuela, Cuba y Nicaragua, país este último donde más de 30 han sido judicializados por su labor.
Nicaragua: “una situación invivible”
Los periodistas nicaragüenses Tiffani Roberts, de la cadena Univisión, y Aníbal Toruño, de la emisora Radio Darío de la ciudad de León, hicieron una amplia exposición de la problemática del país centroamericano.
Roberts describió la situación de los periodistas nicaragüenses como “invivible” y dijo que los pocos periodistas independientes que quedan en el país tienen planeado salir al exilio debido al hostigamiento y persecución del régimen.
Roberts hizo un recuento de los hechos acontecidos desde junio pasado, cuando el régimen enfocó la persecución contra la Fundación Violeta Chamorro, institución no gubernamental que la periodista describió como “una especie de madrina de los medios independientes que enfrentaban problemas para sobrevivir económicamente en el gobierno de Ortega”.
“A partir de ahí, el regimen despuntó en su persecución y en junio de este año, la hija de Violeta Chamorro, Cristiana, quien era presidenta de la fundación, fue detenida y acusada de lavado de dinero porque la mayoría del dinero de la fundación provenía de USAID, entonces a partir de ahí cada periodista independiente de Nicaragua ha sido citado o acusado por la Fiscalía ya sea como testigo o indiciado contra la Fundación Chamorro”, relató Roberts.
La experimentada reportera de Univisión aseguró que a partir de ahí se ha producido “un éxodo de periodistas”, que describió como “increíble”.
Persecución extendida a las familias
“Hacer periodismo en Nicaragua es crecientemente difícil, ya no es que si te ven en la calle te hostigan, ellos ponen patrullas policiales afuera de tu casa, ellos persiguen a tu esposa y a tus hijos cuando van a la escuela, la situación se ha tornado invivible”, subrayó.
Roberts relató que en junio, la última vez que estuvo en Nicaragua, un día después de su ingreso por tierra desde Honduras, había dos camionetas pick ups con 20 hombres armados con AK47 afuera de la casa de su madre, a pesar de que ella no se estaba quedando ahí sino en un hotel.
“Pero así es cómo funciona”, explicó.
Roberts se refirió al caso de Miguel Mendoza, un periodista deportivo, arrestado por el régimen hace más de dos meses.
“Él creía que no iban a detenerlo porque solo era un comentarista deportivo, pero él hacía demasiado ruido en redes sociales, era un petardo en las redes sociales, tenía muchos seguidores, entonces lo arrestaron. Cuando lo arrestaron, fue como un secuestro. Nadie lo ha visto, y solo supimos que fue arrestado porque la Policía puso un comunicado”, lamentó Roberts.
Mendoza fue acusado este 31 de agosto por el Ministerio Público por los delitos de “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional”, junto al periodista Miguel Mora, ex preso político y fundador del canal 100% Noticias, cuya redacción fue asaltada por la policía y confiscada por el Estado.
Asalto a La Prensa
La periodista describió la situación de los medios y periodistas como una “arbitrariedad espantosa” y también denunció la ocupación del diario La Prensa y el arresto de su gerente, Juan Lorenzo Hollman Chamorro.
La Prensa era el último diario de circulación nacional y el más antiguo medio de Nicaragua, con 95 años de existencia. El 12 de agosto el periódico denunció que una vez más, el gobierno les retuvo los insumos de producción, por lo cual se obligaban a cerrar la edición impresa y funcionar únicamente en digital.
Al día siguiente tropas de la Policía, junto a fiscales y funcionarios del régimen, asaltaron las instalaciones, confiscaron los equipos de producción, acusaron al medio de lavado de dinero y apresaron a su gerente, Juan Lorenzo Holmann Chamorro.
Una sentencia de muerte o exilio
Por su parte, el periodista Aníbal Toruño, director de Radio Darío, denunció el apagón informativo provocado por el régimen de Daniel Ortega y los ataques constantes contra los medios independientes.
El periodista y empresario radial leonés, actualmente exiliado, describió la estrategia del régimen en estos niveles: destrucción y confiscación de salas de redacción; confiscación de bienes, equipos y edificios; persecución de periodistas y sus familias, y el cierre total de un medio, con el arresto de sus reporteros y sus directores de noticia acusados de graves delitos penales.
“Lo que ha pasado en Venezuela en diez años, ha tomado menos de tres años en Nicaragua”, denunció Toruño, cuya emisora fue quemada en abril de 2018 cuando iniciaron las protestas sociales y más atrás, en 2008, cuando se denunció el primer fraude electoral en Nicaragua a favor del partido sandinista.
El comunicador leonés dijo que desde que Ortega tomó el poder en 2007, más de 22 medios han cerrado operaciones ya sea por razones económicas o por órdenes judiciales de cierre; más de 18 programas de opinión de contenido independiente han sido cancelados y cerca de 150 periodistas están exiliados, 34 de ellos tan solo en las últimas semanas.
Toruño describió al diario La Prensa como “el último sobreviviente”, convertido ahora en “la última víctima”.
“El medio más antiguo y el más importante del país, fue tomado por la policía, su director detenido y acusado de cargos criminales fabricados”, denunció.
Policía política contra periodistas y medios
Toruño también se refirió al crecimiento exponencial de agentes de la Policía Nacional hasta en unos 20 mil agentes, adoctrinados bajo el discurso oficialista y dedicados por orientaciones superiores a la persecución selectiva de opositores y comunicadores.
“Esta policía sobredimensionada está siendo usada para perseguir periodistas y sus familiares, docenas de sus vehículos se estacionan afuera de nuestros medios, de nuestras casas y de las casas de nuestros padres o de nuestras esposas e hijos. Los empleados de los medios de comunicación están en la mira de la policía por cualquier infracción en retenes policiales”, expuso.
Toruño aseguró que Ortega convirtió al país “en una inmensa prisión” y subrayó que ser periodista en el país “se convirtió en una sentencia judicial, en una sentencia de muerte, de cárcel o de exilio”.
“En este momento solo podemos contar unos diez medios independientes en Nicaragua y su futuro es incierto, están bajo constante presión de los fiscales, han tenido que aplicar la auto censura para poder sobrevivir”, dijo Toruño.
Cuba: una represión generalizada
En Cuba los medios y periodistas independientes sufren una represión generalizada, aseguró el historiador y politólogo cubano, Armando Chaguaceda, quien también es un colaborador del medio digital Havana Times.
Chaguaceda recordó las detenciones de los periodistas Esteban Rodríguez, Yoandi Montiel y Lázaro Yuri Valle en abril pasado y los arrestos posteriores de varios comunicadores tras las manifestaciones del 11 de julio pasado en la isla.
El politólogo denunció las duras condiciones de reclusión de los tres periodistas, a los que también describió como activistas defensores de derechos humanos.
“No solo son estos tres periodistas detenidos, estamos sufriendo una represión generalizada contra la prensa independiente, contra el periodismo ciudadano que impulsan jóvenes que han crecido en el sistema”, dijo Chaguaceda.
Prohibida la prensa independiente
El académico recordó que “Cuba es el país más cerrado al periodismo y a la información en Latinoamérica, legalmente cerrado”.
“No tenemos derecho al ejercicio del periodismo independiente”, subrayó.
El politólogo pidió entender la situación de Cuba, Venezuela y Nicaragua “no como un asunto ideológico de izquierdas o derechas, no como una lucha ideológica, sino como una lucha política entre autocracia y democracia”.
“Si podemos entender este punto, podemos ser solidarios con todos los periodistas independientemente de su ideología o del gobierno que los reprime, porque el periodismo es una actividad profesional y un derecho de la sociedad”, afirmó.
Venezuela: los mismos patrones de persecución
Los periodistas venezolanos Carlos Roa, de la Asociación de Periodistas Venezolanos en el exilio (Apevex) y Luz Mely Reyes, del medio digital Efecto Cucuyo, describieron la situación del país sudamericano bajo patrones de persecución similares a los de Nicaragua y Cuba.
“Es el mismo guión, las similitudes son espantosas”, dijo Roa, quien denunció al regimen de Nicolás Maduro por haber desmantelado sistemáticamente la libertad de prensa en Venezuela como parte de su plan para fortalecer su dictadura.
“Hay una persecución sistemática de periodistas, a través de un sistema judicial hecho a la medida para ser usado contra ellos. Hay 13 periodistas detenidos en Venezuela”, señaló Roa.
Los casos de Rolando Carreño, Eduardo Galindo, Jesús Medina y Luis Carlos Díaz, fueron ejemplificados por Roa como muestra de esa persecución.
Roa abogó ampliar las sanciones individuales de Estados Unidos a aquellos funcionarios que han participado en la persecución de periodistas y han silenciado medios independientes.
Fiscalía policía como instrumentos contra periodistas
Por su parte, la periodista Reyes enumeró una serie de ataques contra periodistas por parte de la Policía y procesamiento de la Fiscalía contra comunicadores por reportajes y denuncias, que los obligaron a exiliarse o abandonar la práctica profesional.
“Hay un patrón de detenciones arbitrarias, hay un patrón de intimidación y difamación pública, señalado por la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas”, denunció Reyes.
“En mi caso personal, he sufrido esos patrones y he tenido que dejar el país. Intimidación, difamación pública y agresión pública son las formas más comunes de violencia sufrida por periodistas en Venezuela”, subrayó.
Según Reyes, el Instituto prensa y Sociedad identificó 481 casos de agresión contra periodistas entre 2019 y 2021, en todo el territorio venezolano.
“Practicar periodismo en Venezuela puede llevarte a prisión, al exilio o al doctor por heridas físicas y hasta el psicólogo por asuntos de salud mental como resultado del acoso”, dijo Ryes.
Relator OEA denuncia ausencia de Estado de Derecho
Para el relator de Libertad de Expresión de la OEA, Pedro Vaca, “no hay garantía para la libertad de prensa en estos tres países”. Señaló como causas principales del acoso y persecución a periodistas la ausencia del Estado de Derecho y la captura institucional de todos los poderes.
“Y también debo señalar que los líderes políticos no creen en el pluralismo y los valores democráticos. En democracia, la controversia y el debate es bienvenido, la censura está en contra de la libertad de prensa, y va en contra de cada persona que quiere ser informada”, dijo Vaca.
El relato también denunció discursos que estigmatizan a periodistas, que los denigra por el trabajo que hacen, “algo que trae consecuencias en el flujo diario de información”.
Vaca expresó su preocupación por el uso de los sistemas judiciales de estos países y su falta de independencia, para perseguir periodistas y cerrar medios.
“Hay un contexto que buscan silenciar e imponer censura general”, afirmó.
Vaca advirtió que los países del hemisferio “tienen el deber democrático de estar consciente de las consecuencias que estos tres ejemplos tendrán en la región y el potencial de replicación en otros países”.
“Desafortunadamente el autoritarismo está de regreso y también podría estar inspirando a otros y vemos de una manera triste y preocupante las consecuencias de esto”, agregó.