El hecho y otros incidentes de venta de datos son un recordatorio del deber que tienen empresas y sujetos obligados en el resguardo, tratamiento y transferencia de datos personales.
Este artículo fue publicado originalmente en r3d.mx el 26 de enero de 2021.
Tres bases de datos con supuestos registros de personas usuarias de los bancos BBVA y Santander, así como del Instituto Mexicano del Seguro Social, fueron puestas a la venta el 22 de enero en un foro. El registro de BBVA alega tener tres millones de registros, el de Santander tendría un millón y el del IMSS, 42 millones.
Hiram Camarillo, director y fundador de la firma de ciberseguridad Seekurity, revisó las bases de datos. Entre los registros filtrados en la base de datos de BBVA se encuentran el nombre completo de la persona, dirección (calle, colonia, ciudad, estado y código postal), número telefónico y RFC; mientras que la base de Santander, además de los datos anteriores, incluye el número de tarjeta.
Por su parte, la base de datos del IMSS incluye datos como nombre y domicilio del empleador, así como nombre, número de afiliación, CURP y salario base del trabajador.
No es posible identificar la fecha ni procedencia de los datos, sin embargo, un medio especializado en seguridad informática afirma que el grupo Bank Security -que también alertó sobre el caso- logró ponerse en contacto con el vendedor, quien “tiene buena reputación en foros de dark web y por eso puede ser cierto que la base de datos es real”.
El atacante ofreció en el sitio, a finales de diciembre de 2020, una base de datos de Telcel con 60 millones de registros, presuntamente actualizada a 2019-2020. En ese mismo mes, otro usuario publicó una presunta base de datos con información del programa de Becas de Educación Media Superior Benito Juárez del Banco del Bienestar, la cual fue reportada por El Economista.
Estas no son las únicas bases con datos de empresas e instituciones de México. Otro vendedor ofertó, el 25 de enero, bases de compañías como Coppel, Banamex y Movistar, así como de organismos como la Comisión Federal de Electricidad, el Instituto Nacional Electoral, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, y el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, entre otros.
Ante el cuestionamiento de otros usuarios sobre la actualidad de los datos, el vendedor respondió que, aunque algunas de esas bases pueden ser viejas, “yo aún hago campaña con esas bases y en todas tengo 80-90% de contacto sin rebote”.
Estos incidentes son un recordatorio del deber que tienen empresas y sujetos obligados en el resguardo, tratamiento y transferencia de datos personales. Además, este tipo de vulneraciones se vuelven aún más graves cuando las instituciones utilizan bases de datos centralizadas, como la que pretende crear el Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil.
Basta recordar, como ejemplo, que la base de datos del Registro Nacional de Usuarios de Telefonía (Renaut), creado en 2009 y vigente hasta 2011, estuvo a la venta en el mercado negro.
Así mismo, las empresas tienen la obligación de notificar a las personas usuarias cuando han sido afectadas por una filtración. En el caso de los bancos referidos -BBVA y Santander- hasta el momento no han emitido ningún pronunciamiento sobre la revelación de estas bases de datos.
Finalmente, ante la falta de garantías mínimas de protección de datos, tanto las instituciones bancarias como otros organismos públicos deben frenar sus esfuerzos por recabar y almacenar información biométrica -como huella digital, rostro, iris o ADN-, cuya malversación tendría efectos desastrosos en la privacidad y seguridad de las personas.
Por razones de seguridad, se han omitido los enlaces al foro donde se ofrecen las bases de datos. Toda la información utilizada en este texto fue obtenida por fuentes públicas.