Un año después de que el popular periodista radiofonico costarricense Parmenio Medina fue baleado y muerto cerca de su casa en San José, un velo de silencio descendio sobre la investigacion de su asesinato y los periodistas temen realizar sus propias investigaciones, dice un nuevo informe publicado por el Committee to Protect Journalists (Comité para […]
Un año después de que el popular periodista radiofonico costarricense Parmenio Medina fue baleado y muerto cerca de su casa en San José, un velo de silencio descendio sobre la investigacion de su asesinato y los periodistas temen realizar sus propias investigaciones, dice un nuevo informe publicado por el Committee to Protect Journalists (Comité para la Proteccion de los Periodistas, CPJ). Medina había sido locutor de un programa radiofonico, «La Patada», durante 28 años y era un crítico abierto de la clase política y la Iglesia catolica.
Fue asesinado un mes y medio después de que Radio María, una renombrada estacion de radio catolica fue cerrada a raíz de que Medina informo de supuesta mala administracion en la estacion, dice el CPJ [Ver el «Comunicado» IFEX» No. 10-27]. El asesinato conmociono a una nacion que normalmente se enorgullece de ser una democracia pacífica.
El informe del CPJ revela una atmosfera de autocensura entre periodistas temerosos de realizar sus propias investigaciones de la muerte de Medina. Según el Codigo Penal de Costa Rica, cualquier persona que reproduzca un declaracion que se considere ofensiva puede ser castigada, incluso si la declaracion fue hecha por el Procurador General.
Además, hay reglas que prohíben al Procurador General (que está a cargo de investigar el asesinato de Medina) publicar los nombres de los sospechosos. Hasta el mes pasado, las autoridades se habían rehusado a celebrar una conferencia de prensa acerca de sus investigaciones de doce meses.
Enfrentados con esta situacion, los periodistas que investigan el asesinato de Medina normalmente se autocensuran, dice el informe. Una encuesta publicada por el diario «La Nacion» revelo que más de 50 por ciento de los 81 periodistas entrevistados dijeron que habían sido intimidados por funcionarios públicos que criticaban sus informes. Treinta y siete por ciento dijeron que los funcionarios habían amenazado demandarlos por calumnia, injuria y difamacion.
Muchos periodistas costarricenses entrevistados para el informe expresaron su pesimismo respecto a la posibilidad de llevar ante la justicia a los asesinos de Medina. De hecho, algunos temen que este caso «siente un precedente para los que deseen intimidar reporteros». Aunque se formo una comision poco después del asesinato de Medina para examinar posibles reformas a las leyes de difamacion del país, solo se aprobo una de las propuestas, dice el CPJ.
Se dejo sin tocar la ley de «crímenes contra el honor» que castiga a cualquiera que injurie, calumnie, difame o reproduzca declaraciones ofensivas contra una persona, incluyendo un funcionario público.
Para ver el informe del CPJ, visite www.cpj.org.»>http://www.cpj.org/Briefings/2002/Costa_rica_july02_Sp/Costa_rica_july02_Sp.html»>www.cpj.org.
Mientras tanto Reporteros sin Fronteras (RSF) y la Red Damocles, un grupo de abogados, periodistas y activistas de derechos humanos en contra de la impunidad, inicio una campaña de concientizacion en la prensa costarricense para conmemorar el aniversario de la muerte de Medina. El mes pasado, los grupos visitaron el país para preguntar acerca del estado de la investigacion.
Para obtener más informacion, visite www.rsf.org y www.damocles.org.