En Bahrein, criticar a los dirigentes políticos tiene un elevado precio. Sólo hay que preguntar a Abdul al-Hadi al-Khawaja, vicepresidente del Bahrain Center for Human Rights (Centro de Bahrein para los Derechos Humanos, BCHR). El 25 de septiembre de 2004, la policía lo arrestó un día después de criticar al primer ministro Shaikh Khalifa Al […]
En Bahrein, criticar a los dirigentes políticos tiene un elevado precio. Sólo hay que preguntar a Abdul al-Hadi al-Khawaja, vicepresidente del Bahrain Center for Human Rights (Centro de Bahrein para los Derechos Humanos, BCHR). El 25 de septiembre de 2004, la policía lo arrestó un día después de criticar al primer ministro Shaikh Khalifa Al Khalifa por los problemas económicos del país y por previos abusos contra los derechos humanos. Las autoridades también condenaron el cierre del BCHR y le prohibieron reanudar sus actividades.
La maniobra encolerizó a los grupos de derechos humanos en la región. La semana pasada, 38 organizaciones árabes firmaron una declaración conjunta que condena el arresto. Dos miembros de IFEX, el Cairo Institute for Human Rights Studies (Instituto Cairota de Estudios de Derechos Humanos, CIHRS) y la Egyptian Organization for Human Rights (Organización Egipcia por los Derechos Humanos, EOHR), están entre los signatarios.
Human Rights Watch tambén criticó el arresto. Dice que se informa que Al-Khawaja está detenido por cargos de violar el Código Penal de Bahrein. El Código prohibe la diseminación de «noticias falsas o maliciosas» que «dañen el interés público» o «incite al desacato» hacia el Gobierno.
El 24 de septiembre, Al-Khawaja presentó un artículo en un seminario organizado por el BCHR en Manama, que destacaba los problemas sociales y económicos de Bahrein, informa el CIHRS. Al-Khawaja argumentó que la corrupción y la distribución inequitativa de la riqueza llevaba a un deterioro del nivel de vida en Bahrein.
Al Khalifa ha sido primer ministro de Bahrein desde 1971. Fue un partidario clave de las estipulaciones clave del Código Penal introducidas en 1976, que concedían al Gobierno amplias facultades para suprimir la crítica pública, señala Human Rights Watch.
La libertad de expresión en Bahrein está estrechamente controlada. Una nueva ley promulgada en octubre de 2002 impone severas restricciones a la prensa, dice el Committee to Protect Journalists (Comité para la Protección de los Periodistas, CPJ). Los periódicos deben recabar la aprobación del ministro de Información y del gabinete antes de que se les permita publicar. Según la ley, los que critiquen al rey y al islam, injurien a los jefes de Estados árabes o islámicos, inciten al «odio sectario» o publiquen «información falsa» o noticias que dañen la «unidad nacional» pueden ser castigados.
Visite:
– Declaración conjunta de 38 organizaciones árabes: http://ifex.org/en/content/view/full/61619/
– CIHRS: http://www.cihrs.org/HOME/Home.htm
– EOHR: http://www.eohr.org/index.htm
– Human Rights Watch: http://hrw.org/english/docs/2004/09/30/bahrai9422.htm
– Informe de CPJ sobre Bahrein: http://www.cpj.org/attacks03/mideast03/bahrain.html