El periodo previo a la elección del 28 de julio registra la mayor cantidad de violaciones a la libertad de expresión antes del día de la votación, en 15 años de elecciones presidenciales.
Cet article a été initialement publié sur espaciopublico.ong
La libertad de expresión en contextos electorales juega un rol fundamental, pues permite a las personas expresar libremente sus opiniones y acceder a la información de manera oportuna. Igualmente permite que los medios de comunicación faciliten la participación, al dar cobertura a los distintos candidatos/as, partidos o corrientes políticas que forman parte de la contienda.
Históricamente, las restricciones a la libertad de expresión en Venezuela se incrementan en contextos electorales. En 15 elecciones monitoreadas entre los años 2003 y 2022, registramos al menos 273 denuncias de violaciones al derecho a la libertad de expresión, la mayoría el día de la elección. Principalmente, tuvieron que ver con los impedimentos a la cobertura periodística y la censura impuesta en medios tradicionales.
Las restricciones informativas en los procesos electorales viene precedida por condiciones estructurales precarias que limitan aún más el ejercicio de la libertad de expresión y de prensa. Una de ellas es la ausencia de pluralidad informativa, que responde a varias causas, como el cierre sistemático de medios de comunicación. En 20 años, registramos la clausura de al menos 430 medios entre impresos, radios, canales de televisión y plataformas digitales. Esta situación dificulta el acceso a la información, sobre todo en fuera de las grandes ciudades, en donde las constantes fallas del servicio eléctrico limitan además el derecho a la comunicación.
Las transmisiones obligatorias de radio y televisión, conocidas como “cadenas nacionales” también afectan el acceso a la información diversa y plural. Durante los años 2022 y 2023, el promedio estuvo en 34 horas por año. Este 2024, hasta el mes de julio, se han registrado 39 horas de cadenas. Al uso indiscriminado de las transmisiones obligatorias por parte del gobierno nacional, se suma en el último tiempo transmisiones conjuntas, en principio voluntarias, que cumplen con la misma función; circuitos de emisoras y televisoras de alcance nacional se alinean con la señal del canal de Estado en momentos especícos, como en sesiones parlamentarias cuando interviene la vocería gubernamental, o durante discursos presidenciales.
La pluralidad informativa es crucial para que estemos al tanto de lo que sucede, tomemos decisiones en consecuencia y podamos participar, lo cual implica la existencia de diversidad de fuentes, enfoques y perspectivas en los medios de comunicación. Esto enriquece el debate público y permite a las personas tomar decisiones informadas. De igual forma, la pluralidad informativa también permite que la ciudadanía cuestione al poder y contribuye a evitar la manipulación. En un contexto electoral cobra más relevancia, dado su valor en el marco del ejercicio de los derechos civiles y políticos.
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