La Fundación para la Libertad de Prensa conmemora en este día a Orlando Sierra, exsubdirector de La Patria. La infamia de su asesinato opacó el espíritu de una generación de periodistas que encontraban en él inspiración y por eso la justicia es un aliciente para sus excompañeros, familiares y defensores de la libertad de expresión en el país.
Este artículo fue publicado originalmente en flip.org.co el 30 de enero de 2017.
Luis Fernando Soto Zapata le disparó al subdirector de La Patria el 30 de enero de 2002. Orlando Sierra venía de almorzar con su hija y estaba próximo a entrar al periódico en el que trabajaba desde 1986, cuando el sicario le dio dos tiros a quemarropa. El periodista que con humor, sátira y severidad hablaba de fútbol, la vida cotidiana de Manizales, los derechos humanos y la corrupción en el departamento de Caldas murió dos días después.
Soto Zapata fue capturado casi inmediatamente y condenado con celeridad. Pero las condenas contra los demás autores materiales e intelectuales tardaron casi 13 años y algunos de los responsables siguen prófugos de la justicia. Hace menos de una semana, se anunció que Fabio López Escobar sería extraditado hacia Colombia desde Estados Unidos, donde se escondía de la circular roja expedida por la Interpol. Su hermano, Jorge Hernán López Escobar, también responsable por el asesinato de Sierra, todavía no ha sido capturado.
Desde su columna “Punto de encuentro”, el subdirector era muy crítico con la coalición entre el liberal Víctor Renán Barco y el conservador Ómar Yepes Alzate, quienes por más de 30 años se repartieron las cuotas burocráticas y electorales en su departamento. Pero la amenaza contra su vida llegó cuando empezó a denunciar los nexos entre el exdiputado de la Asamblea de Caldas Ferney Tapasco y los jefes paramilitares alias ‘Alberto Guerrero’ y alias ‘Ernesto Báez’. Sierra advirtió el riesgo en el que se encontraba después de estas revelaciones, que confirmaría la Fiscalía casi 10 años después, y responsabilizó a Tapasco por su suerte.
No obstante, pasaron ocho años antes de que llamaran al exdiputado a indagatoria y la justicia tardó cinco más para condenar a Ferney Tapasco como autor intelectual, y a los hermanos Jorge Hernando y Fabio López Escobar, que trabajaban con el dirigente liberal, como autores materiales. Un tercer hermano, Gabriel Jaime López Escobar, todavía está a la espera de una sentencia en primera instancia del Juzgado Especializado de Manizales.
Aunque el caso de Orlando Sierra ha sido el único que ha logrado condenar a toda la cadena de responsables, no estuvo exento de irregularidades, actos negligentes y omisiones. Henry Calle Obando, sindicado al crimen en 2011, quedó en libertad el 10 de diciembre de 2012 por vencimiento de términos. El 24 de diciembre de 2013, cuando los juzgados salían a vacaciones, un Juez Penal del Circuito Especializado de Pereira absolvió a Tapasco por el homicidio. El Tribunal Superior de Manizales revocó esta decisión en junio de 2015 y cuatro meses después fue capturado por las autoridades. Ferney Tapasco recibió una condena de 36 años de cárcel por el crimen, mientras que los hermanos Jorge Hernando y Fabio López Escobar recibieron 28 por ser coautores del asesinato.
Luis Arley Ortiz Orozco, alias Pereque, fue condenado a 28 años de prisión como coautor en el 2005. Igualmente, a Francisco Antonio Quintero Tabares, reconocido como jefe de sicarios de la Galería de Manizales, en mayo del 2005 se le impuso una pena de 28 años de prisión como coautor del asesinato. El Tribunal Superior de Manizales ratificó la condena. Sus testimonios en los últimos tiempos han sido clave para la acusación que pesa hoy sobre Ferney Tapasco.
La defensa de Tapasco y los hermanos López Escobar presentó recurso de casación ante la Corte Suprema de Justicia, el caso está en manos del magistrado José Francisco Acuña Vizcaya y se espera una decisión de la Corte en los próximos días.
La Fundación para la Libertad de Prensa conmemora en este día a Orlando Sierra, exsubdirector de La Patria. La infamia de su asesinato opacó el espíritu de una generación de periodistas que encontraban en él inspiración y por eso la justicia es un aliciente para sus excompañeros, familiares y defensores de la libertad de expresión en el país.
Este no debería ser el único caso en el que se logran procesar y condenar a todos los responsables de un crimen contra la prensa. A pesar de los obstáculos, el de Sierra es un ejemplo de que en Colombia sí se puede investigar y sentenciar a los culpables. Pero la FLIP insiste, la justicia no debería cojear tanto.