FUNDAMEDIOS ve con preocupación como las voces disidentes o críticas se van extinguiendo, lo cual es extremadamente grave para una democracia.
(FUNDAMEDIOS/IFEX) – 27 de agosto de 2010 – FUNDAMEDIOS, organización de la sociedad civil que tiene como misión el apoyo al desarrollo de medios de comunicación y la defensa de la libertad de expresión en el país, manifiesta su profunda preocupación por el nivel ascendente de autocensura y amenazas indirectas que enfrentan los periodistas en el ejercicio de su profesión.
El 27 de agosto de 2010, Jorge Ortiz, periodista de la cadena televisiva Teleamazonas, se despidió formalmente de los televidentes luego de que hace un mes, exactamente el 23 de julio, saliera del aire su programa «La Hora de Jorge Ortiz», espacio de entrevistas y opinión.
Ortiz en su despedida explicó que por disposición de la Constitución del 2008 el canal de televisión dónde trabajaba tiene que ser vendido y para el traspaso de la frecuencia el Gobierno tiene que autorizar la venta del canal. «Me parece evidente, por la insistencia y la acidez de los ataques del gobierno en mi contra que yo podría ser un obstáculo para que el gobierno autorice esa venta cuando llegue el momento».
Ortiz desde su programa se caracterizó por su posición frente a distintos gobiernos y en especial frente al actual. Muchas veces, sus críticas podían ser cuestionadas como poco sustentadas o demasiado virulentas. Sin embargo, vale la pena mencionar que las opiniones de este tipo son parte sustancial del debate democrático y están protegidas por los estándares y principios relacionados a la libertad de expresión que constan en los instrumentos internacionales suscritos por el Ecuador y que nos recuerdan que un estado tiene el deber de proteger las opiniones, no de estigmatizarlas.
Con el caso del periodista Jorge Ortiz, estamos ante un evidente caso de autocensura, en el cual una voz crítica prefiere silenciarse porque de lo contrario considera que pone en riesgo los puestos de trabajo de cientos de personas que laboran en un canal de TV.
A muchos no podía gustar el estilo de Jorge Ortiz, y su discurso podía ser acusado de irritante y chocante. Sin embargo, su presencia marca o marcaba la necesaria pluralidad que debe haber en los medios de comunicación en una democracia. Actualmente, la mitad de la pantalla ya es estatal: Gama TV, TC Televisión, Ecuador TV, en tanto que los espacios de opinión crítica en los medios privados se han reducido a su mínima expresión.
Hace algunas semanas RTS sacó del aire, de forma nunca explicada del todo, el espacio de entrevistas que conducía la periodista Luisa Delgadillo. Esto sucedió de forma coincidencial, después de una entrevista al asambleísta de oposición Galo Lara. Así mismo, conocemos que el periodista Jean Peaul Bardelline ha recibido amenazas y presiones después de una serie de excelentes reportajes sobre la explotación petrolera al borde del Yasuní.
También, vemos la reciente salida del periodista Fausto Valdiviezo, de TC Televisión (en manos del Estado desde su incautación, el 8 de julio de 2008.) El comunicador informó a FUNDAMEDIOS que su salida del canal se debió a su postura en contra de la venta de las acciones del canal a sus empleados. Además Valdiviezo informó que desde la llegada del actual administrador del canal, Carlos Coello, fue retirado como presentador de noticias para mantenerlo como reportero. Indicó, además, que no le permitían realizar coberturas en vivo. Otra de las razones para la salida del comunicador del canal fue, según Valdiviezo, las críticas que habría recibido por parte del primer mandatario, Rafael Correa, acerca de su permanencia en el canal.
En definitiva, vemos con preocupación como las voces disidentes o críticas se van extinguiendo, lo cual es extremadamente grave para una democracia.
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