Las autoridades venezolanas deben investigar inmediatamente la tentativa de atentado contra el periodista Jamel Louka y garantizar la integridad física de Louka y su familia.
Este artículo fue publicado originalmente en cpj.org el 3 de diciembre de 2020.
Las autoridades venezolanas deben investigar inmediatamente la tentativa de atentado contra el periodista Jamel Louka y garantizar la integridad física de Louka y su familia, declaró hoy el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).
El 2 de diciembre, en la localidad de Altagracia de Orituco, en el central estado de Guárico, sujetos armados le dispararon a Louka, reportero y fotógrafo del medio privado Diario La Antena y colaborador del sitio noticioso independiente El Pitazo, en el brazo derecho cuando huía de lo que el periodista describió como fallido intento de secuestro frente a su vivienda, según informaciones de prensa y declaraciones del propio Louka, quien habló con el CPJ por medio de una aplicación de mensajería.
Louka declaró que desconocía el motivo del atentado pero agregó que frecuentemente recibe críticas de funcionarios gubernamentales locales por sus artículos sobre la escasez de alimentos, agua, medicinas y electricidad a raíz de la crisis económica de Venezuela. “Todos mis artículos son polémicos”, declaró al CPJ.
“El alarmante atentado contra Jamel Louka demuestra que los periodistas críticos venezolanos ni siquiera están a salvo en sus propias viviendas”, declaró Natalie Southwick, coordinadora del Programa de Centroamérica y Sudamérica del CPJ, desde Nueva York. “Las autoridades del estado de Guárico deben investigar inmediatamente este atentado, asegurar que los autores sean enjuiciados y tomar las medidas necesarias para garantizar la seguridad de Louka y su familia”.
De acuerdo con el testimonio de Louka, dos sujetos no identificados llegaron a buscarlo a su apartamento el 1 de diciembre, pero al enterarse que no estaba en casa les advirtieron a la esposa y al hijo que el periodista “dejara de meter las narices donde no debía”. Louka agregó que también había recibido varios mensajes de voz amenazadores en su teléfono móvil antes del atentado. El CPJ revisó dos de los mensajes. En uno, se escucha la voz de un sujeto que dice que al periodista “Hay que darle en el coco sin asco”. En el otro, la voz de un sujeto dice que “gracias a [Louka] mucha gente en Altagracia se ha metido en problemas”.
Louka declaró al CPJ que había decidido huir de Altagracia de Orituco con la esposa y el hijo en la madrugada del 2 de diciembre. Cuando partían en un auto, señaló Louka, el vehículo fue rodeado por tres hombres armados y una mujer, quienes lo obligaron a salir del auto e intentaron meterlo a empujones en otro vehículo. “Estaban tratando de secuestrarme”, declaró al CPJ.
En el forcejeo, afirmó Louka, logró soltarse y los cuatro atacantes le arrojaron una granada y le dispararon con una pistola y una escopeta. Una bala le dio en el brazo izquierdo y perdigones de la escopeta lo impactaron en el abdomen, pero no lo hirieron porque llevaba un chaleco protector. El periodista expresó que había recibido tratamiento en un hospital de Altagracia de Orituco por la herida de bala y que le habían dado el alta horas después.
En 2016, Louka escapó ileso cuando sujetos armados le dispararon al vehículo en que se trasladaba, según un comunicado del Instituto Prensa y Sociedad-Venezuela.
El CPJ llamó a la unidad de la Policía investigativa del estado de Guárico, pero nadie contestó las llamadas.