Las autoridades de Sudán están censurando los medios y montando una ofensiva contra los activistas de derechos humanos y periodistas que hablan sobre derechos humanos y justicia, dice Human Rights Watch en un nuevo informe. El acoso, la represión y la censura se han empeorado el año pasado, en especial tras la petición de la […]
Las autoridades de Sudán están censurando los medios y montando una ofensiva contra los activistas de derechos humanos y periodistas que hablan sobre derechos humanos y justicia, dice Human Rights Watch en un nuevo informe.
El acoso, la represión y la censura se han empeorado el año pasado, en especial tras la petición de la Corte Penal Internacional (CPI) de arresto contra el presidente Omar al-Bashir en julio de 2008, dice el informe.
«‘It’s an Everyday Battle’: Censorship and Harassment of Journalists and Human Rights Defenders in Sudan» (‘Es una batalla cotidiana’: censura y acoso de periodistas y defensores de los derechos humanos en Sudán) documenta los esfuerzos del Gobierno para reprimir a activistas y periodista que buscan informar sobre temas «delicados», como derechos humanos, el conflicto en Darfur y la investigación de la CPI.
«No es seguro criticar al Gobierno de Jartum ni pedir justicia para las víctimas de los horribles crímenes en Darfur», dijo Human Rights Watch. «Estamos muy preocupados de que el presidente Bashir use la emisión de una orden de arresto de la CPI contra él como excusa para una ofensiva aún más brutal contra la libre expresión».
Durante el año pasado, los agentes de los Servicios Nacionales de Inteligencia y Seguridad (NISS) han arrestado y detenido al menos a tres activistas notorios que han hablado en apoyo de los derechos humanos y la justicia internacional y al menos tres periodistas que han escrito o publicado artículos que critican al mayoritario Partido del Congreso Nacional (NCP).
Desde febrero de 2008, los pocos periódicos independientes que funcionan en Jartum han estado sujetos a censura «de pruebas de imprenta», una práctica en la cual agentes de los NISS visitan las casas editoriales cada día antes de que salgan a la prensa y físicamente eliminan artículos que consideren problemáticos y tabú. Las empresas de medios que no cumplan las órdenes de los censores se arriesgan a la confiscación y destrucción de sus publicaciones, dice el informe.
Mientras tanto, el Gobierno de Jartum controla casi todos los medios de difusión de los medios del país, así como el Consejo Nacional de Prensa, que es responsable de otorgar licencias y registrar a periodistas y periódicos.
«La combinación de control gubernamental, censura diaria y de los medios independientes y abuso y acoso a periodistas por parte de los NISS es un serio obstáculo a la libertad de expresión y el acceso a la información en Sudán», dice Human Rights Watch.
El acoso va incluso más allá de las fronteras de Sudán. El miembro de IFEX Cairo Institute for Human Rights Studies (Instituto Cairota de Estudios de Derechos Humanos, CIHRS), que respalda los hallazgos de Human Rights Watch, está luchando contra una amplia campaña de difamación en los medios masivos de comunicación egipcios y árabes después de que publicó «Darfur Destroyed» (Darfur destruido), un documento que presenta testimonios y confesiones de perpetradores de crímenes de guerra en Darfur. Según el CIHRS, la embajada sudanesa en El Cairo publicó declaraciones de prensa acusadoras que fueron reimpresas en varios periódicos importantes en el mundo árabe.
Human Rights Watch está especialmente preocupada por que las elecciones nacionales programadas para mediados de 2009, las primeras de Sudán en más de 20 años, no sean libres y justas puesto que requieren medios libres y abiertos. «Las prácticas represivas de Jartum y el abuso a los que las critican pone esas elecciones en grave riesgo»; dice Human Rights Watch.
Para leer «‘It’s an Everyday Battle’,» visite: http://www.hrw.org/en/node/80841
Visite también CIHRS: http://www.cihrs.org/English/NewsSystem/Articles/1268
(25 de febrero de 2009)