La seguridad de periodistas en las Filipinas sigue siendo causa de graves inquietudes, con un fotógrafo de prensa y columnista baleado y dos reporteros atacados en sendos intentos de asesinato en las últimas tres semanas. El 16 de mayo de 2006, el fotógrafo de prensa Albert Orsolino fue balado mientras estaba al volante de su […]
La seguridad de periodistas en las Filipinas sigue siendo causa de graves inquietudes, con un fotógrafo de prensa y columnista baleado y dos reporteros atacados en sendos intentos de asesinato en las últimas tres semanas.
El 16 de mayo de 2006, el fotógrafo de prensa Albert Orsolino fue balado mientras estaba al volante de su automóvil por pistoleros no identificados en la ciudad de Calooncan, informaron la Federación Internacional de Periodistas (FIP) y Reporteros sin Fronteras (RSF).
Orsolino, un fotógrafo del diario «Saksi Ngayon», era famoso por cubrir noticias polémicas y podría haber sido atacado por su trabajo, según sus colegas. Fue presidente de Camanava Press Corps.
El 3 de mayo, el columnista Nicholas Cervantes fue baleado y muerto por atacantes fuera de su casa en los suburbios de Manila, informaron el Center for Media Freedom and Responsibility (Centro por la Libertad y Responsabilidad de los Medios, CMFR) y el Committee to Protect Journalists (Comité por la Protección de los Periodistas, CPJ).
Cervantes, de 65 años, escribía para el «Daily Tribune» y el «Mindanao Daily Inquirer». El motivo tras el asesinato no es claro. Cervantes también trabajaba como agente para el organismo de recaudación de impuestos del gobierno y había recibido amenazas de muerte por ese trabajo, según varios familiares.
El 6 de mayo, Paul Manaog, un reportero de la estación de radio dwLL, fue herido de gravedad cuando varios pistoleros abrieron fuego contra él y su esposa en Naga, una ciudad de la provincia de Camarines Sur. Manaog era el director de la Asociación de Prensa Capitol de Camarines Sur. Su esposa dijo que la que gente a la que había criticado en la radio podría haber sido responsable del atentado.
Fernando Batul, un presentador para la estación de radio dyPR en Puerto Princesa, fue también el blanco de un ataque por agresores no identificados. El 24 de abril, los atacantes lanzaron dos granadas a su casa, pero no estallaron. Se dejó una nota que advertía a Batul que «refrenara su lengua». Batul dijo a RSF que el ataque podría haber sido ordenado por funcionario locales corruptos a los que había criticado en su programa de radio.
Las agresiones contra periodistas en Filipinas ocurren con suma impunidad, dice el CMFR. Según un reciente estudio del CMFR, más de 50 periodistas han sido asesinados desde que la democracia se restauró en el país en 1986. Sólo ha habido dos condenas.
La semana pasada, un vocero gubernamental negó que se hubiera establecido una cultura de la impunidad y dijo que las autoridades habían «resuelto» 15 casos. Sin embargo, el Committee to Protect Journalists (Comité por la Protección de los Periodistas, CPJ) señala que el Gobierno considera que cualquier caso que se haya presentado en los tribunales está resuelto.
Visite estos vínculos:
– FIP: http://www.ifj.org/default.asp?Index=3912&Language=EN
– RSF: http://www.rsf.org/article.php3?id_article=17722
– Informe sobre impunidad de CMFR: http://www.cmfr-phil.org/fffj1.htm
– Blog de CMFR: http://cmfr-phil.blogspot.com/
– CPJ: http://www.cpj.org/protests/06ltrs/asia/phil15may06pl.html
– Informe de CPJ sobre asesinatos de periodistas radiofónicos: http://www.cpj.org/Briefings/2005/phil_05/phil_05.html