Carlos Julio Rodríguez y José Libardo Méndez trabajaban en la emisora la Voz de la Selva cuando fueron asesinados el 20 de mayo de 1991.
(FLIP/IFEX) – 21 de mayo de 2011 – La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) lamenta la falta de resultados de la Fiscalía en las investigaciones por los asesinatos de los periodistas Carlos Julio Rodríguez y José Libardo Méndez, ocurridos el 20 de mayo de 1991 en Florencia, Caquetá. A pesar de los diferentes llamados que hizo la FLIP para que se tomaran las medidas jurídicas necesarias, los homicidios de los periodistas prescribieron el 20 de mayo de 2011.
Rodríguez y Méndez trabajaban en la emisora la Voz de la Selva, que para entonces era filial de Caracol Radio. En su magazín «La Conga», hacían periodismo crítico y de denuncias a las administraciones locales y a los grupos armados. El 20 de mayo de 1991, los periodistas se desplazaban en un vehículo hacia la emisora con otros acompañantes, cuando fueron detenidos por sujetos desconocidos que les dispararon en múltiples ocasiones. Los dos reporteros murieron y la periodista y esposa de Méndez, Judith Aristizabal, quedó herida. La Policía detuvo a 15 personas presuntamente vinculadas al crimen, pero ninguna de ellas fue judicializada.
Según le contó Aristizabal a la FLIP, por medio de un correo electrónico, «en el 2007, visité varios despachos en el Palacio de Justicia (en Florencia) y en la dependencia donde supuestamente estaban los registros de las muertes violentas, y no figuraba por ningún lado José Libardo.» Además agrega, «con mayor sorpresa me entero que la Dirección Seccional de Fiscalías de Caquetá, busca afanosamente el proceso y hasta el día de hoy, no lo han localizado.»
El 11 de mayo, la FLIP le envió una carta a la fiscal general, Viviane Morales, pidiéndole que se entregue información sobre el estado actual de las investigaciones y la alerta sobre la posibilidad de que el caso de Rodríguez y Méndez quede en la impunidad. A la fecha, la Fiscalía no ha dado respuesta.
La FLIP recuerda que el asesinato de periodistas en ejercicio de su profesión es una grave violación a los derechos humanos. En el caso de Rodríguez y Méndez, la justicia colombiana incumplió nuevamente su obligación de investigar y sancionar a los responsables durante un tiempo razonable, así como tampoco le respetó el derecho de sus familiares a conocer la verdad de los hechos. La impunidad es el incentivo que tienen los agresores para seguir atacando periodistas.
La falta de diligencia de la justicia preocupa aún más si se tiene en cuenta que en lo que va del 2011, ya son siete los casos de periodistas asesinados que cumplieron 20 años de investigación, y donde no se condenaron a los responsables. En los próximos meses pueden prescribir otros dos casos de periodistas asesinados en 1991. El próximo 13 de septiembre, se cumple 20 años del homicidio de Arsenio Hoyos Lozano, de Granada, Meta y el 30 de octubre el de Rafael Antonio Solano, periodista asesinado en Fundación, Magdalena.