Arabia Saudita impidió el viaje al extranjero a prominentes críticos del Gobierno sin respetar el derecho internacional ni el saudita, dijo Human Rights Watch en una carta el rey Abdullah el 9 de febrero de 2007. Tras esas prohibiciones parece haber un deseo de criticar a los críticos gubernamentales e impedir que sus puntos de […]
Arabia Saudita impidió el viaje al extranjero a prominentes críticos del Gobierno sin respetar el derecho internacional ni el saudita, dijo Human Rights Watch en una carta el rey Abdullah el 9 de febrero de 2007. Tras esas prohibiciones parece haber un deseo de criticar a los críticos gubernamentales e impedir que sus puntos de vista alcancen un público extranjero.
La carta describe las prohibiciones de viaje contra 22 personas, como Matruk Alfalih, Abdullah al-Hamid y Ali al-Dumaini, tres reformadores constitucionales y políticos a los que el Rey indultó en agosto de 2005 después de haber sido sentenciados a prisión por sus escritos. Las autoridades sauditas los habían arrestado en 2004 con otras nueve personas, liberadas posteriormente, por firmar una petición de reforma. Siete de los nueve, incluyendo su abogado, siguen teniendo prohibido viajar al extranjero; otros nuevos fueron proscritos por apoyar las reformas en público.
El ministerio del Interior, que impuso las prohibiciones de viaje, se niega a oír apelaciones de muchos de los afectados.
Alfalih, un profesor de ciencias políticas en la Universidad Rey Sa`ud, no ha podido tomar un puesto sabático en la Universidad de Seattle en Estados Unidos. En enero de 2007, Ibrahim al-Mugaiteeb, presidente de Human Rights First en Arabia Saudita, descubrió que estaba en la lista de prohibición de viaje por segunda vez.
Human Rights Watch planteó la cuestión de las prohibiciones para viajar ante el ministerio del Interior y la Comisión de Derechos Humanos del Gobierno durante una misión investigadora en noviembre de 2006. Un funcionario de alto rango del ministerio del Interior prometió investigar las prohibiciones.
Durante la visita varios sitios de Internet liberales se volvieron inaccesibles desde el interior de Arabia Saudita; entre ellos Jasad al-Thaqafa, al-Hurriya y Wadi Najran. También en noviembre, se prohibió publicar a varios prominentes escritores en periódicos saudíes y varios periodistas dijeron que la policía secreta había arrestado al jefe de la oficina de Medina del periódico «al-Watan» debido a dos de sus artículos. El mismo mes, el Gobierno prohibió a sus empleados «oponerse a la políticas o programas del estado […] al participar en cualquier debate a través de los canales de los medios o a través de comunicaciones nacionales o extranjeras».
En un informe de 2006, el Committee to Protect Journalists (Comité por la Protección de los Periodistas, CPJ) dijo que aunque había signos de actitudes más tolerantes hacia los medios, los funcionarios gubernamentales siguen destituyendo a editores, suspendiendo o poniendo en listas negras a escritores disidentes, ordenando apagones informativos y castigando a los columnistas independientes. La conservadora clase dirigente religiosa de Arabia Saudita es un poderoso grupo de cabildeo respecto a la cobertura de los medios, concluyó el CPJ, y editores cumplidos aprobados por el Gobierno censuran las noticias polémicas, ceden ante las presiones gubernamentales y silencian las voces críticas.
En su informe anual para 2007, Reporteros sin Fronteras (RSF) dijo que Arabia Saudita sigue siendo uno de los más grandes enemigos de la libertad de prensa en todo el mundo. El régimen saudita mantiene un estrecho control de todas las noticias y la autocensura es omnipresente, dijo RSF.
Visite estos vínculos:
– IFEX: http://ifex.org/en/content/view/full/81146/
– Human Rights Watch: http://hrw.org/english/docs/2007/02/14/saudia15335.htm
– RSF: http://www.rsf.org/article.php3?id_article=20775
– CPJ: http://www.cpj.org/Briefings/2006/saudI_06/saudi_06.html