El presidente argelino Abdelaziz Bouteflika indultó a todos los periodistas condenados de delitos de difamación, una maniobra que saludan periodistas locales, la Federación Internacional de Periodistas (FIP) y Reporteros sin Fronteras (RSF). Sin embargo, las organizaciones dicen que es necesario iniciar reformas a más largo plazo para proteger la libertad de prensa, incluyendo la abolición […]
El presidente argelino Abdelaziz Bouteflika indultó a todos los periodistas condenados de delitos de difamación, una maniobra que saludan periodistas locales, la Federación Internacional de Periodistas (FIP) y Reporteros sin Fronteras (RSF). Sin embargo, las organizaciones dicen que es necesario iniciar reformas a más largo plazo para proteger la libertad de prensa, incluyendo la abolición de las leyes de difamación penal del país.
El 5 de julio de 2006, Bouteflika anunció el indulto con ocasión del Día de la Independencia. Aunque saludan la decisión, FIP y RSF dijeron que si no se ejecutan reformas jurídicas, es posible que se acuse y sentencie por difamación a otros periodistas.
RSF señala que un indulto presidencial anterior para los periodistas, anunciado el 3 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa, en realidad no benefició a los periodistas. Se aplicó sólo a los periodistas que habían sido condenados «definitivamente», lo que significa que se excluyó a los que habían hecho una apelación a sus condenas.
En los cuatro años desde que el gobierno promulgó las enmiendas al Código Penal que hacían más severas la penas por difamación, se ha encarcelado a siete periodistas y sentenciado a otros 23, señalan FIP y RSF. Cualquier persona condenada por difamar al presidente o a una institución pública puede ser encarcelada por hasta un año y multada con hasta 250,000 dinares (USD 3,200).
Encarados con la amenaza de una acción legal, los periodistas se censuran a sí mismos con frecuencia al escribir acerca del Presidente y el poderoso personal de seguridad y militar, dice el Committee to Protect Journalists (Comité por la Protección de los Periodistas, CPJ).
Mohamed Benchicou, el ex editor administrativo del periódico «Le Matin» quien se enfrentaba a varias demandas por difamación debido a sus frecuentemente críticos puntos de vista sobre el Gobierno, dice que Bouteflika «debe establecer la libertad de prensa de manera estructurada y […] detener este acoso de periodistas y la prensa libre».
Las leyes de difamación no son los únicos impedimentos a la libertad de expresión en Argelia. Aunque el país tiene una prensa privada dinámica, el dominio gubernamental sobre la radio y TV, las restricciones económicas y la falta de acceso de los periodistas a la información oficial plantean importantes desafíos, dice Freedom House (Casa de la Libertad). Un sistema político sin transparencia hace que para los periodistas sea extremadamente difícil obtener información exacta de funcionarios gubernamentales, una situación que contribuye a muchos informes imprecisos.
El Gobierno también usa herramientas sutiles para controlar la prensa, señala Freedom House (Casa de la Libertad). El Gobierno posee los principales talleres de impresión y controla el suministro de papel y tinta. La Agence Nationale d’Edition et de Publicité, la empresa de publicidad propiedad del estado, es la principal fuente de ingresos por publicidad en que confían los periódicos. Los periódicos frecuentemente incurren en deudas con el Gobierno, lo que da a las autoridades un estupendo pretexto para cerrar publicaciones de oposición.
Visite estos vínculos:
– RSF: http://www.rsf.org/article.php3?id_article=18201
– Human Rights Watch: http://hrw.org/english/docs/2006/06/13/algeri13543.htm
– CPJ: http://www.cpj.org/news/2006/mideast/algeria14june06na.html
– Freedom House (Casa de la Libertad): http://www.freedomhouse.org/template.cfm?page=16&year=2005&country=6681