El discurso estigmatizante contra la prensa independiente se extiende ya de norte a sur, la violencia contra la prensa campea y la impunidad es la regla.
Este informe fue publicado originalmente en fundamedios.org.
Los resultados electorales en Estados Unidos, que dan la victoria para un segundo mandato de Donald Trump, presagian épocas más difíciles para el periodismo, en una región donde el discurso estigmatizante contra la prensa independiente se extiende ya de norte a sur, la violencia contra la prensa campea y la impunidad es la regla. La deslegitimación del trabajo periodístico es parte de la narrativa oficial desde Mar-a-Lago en la Florida, hasta la Patagonia, y se ha instalado incluso en el discurso presidencial en Costa Rica, nación que históricamente respetó a la prensa. Agresiones y la intimidación a los periodistas se han acrecentado tanto desde actores estatales, como del crimen organizado que actúan impunemente silenciando con saña a quienes buscan sacara a la luz la verdad.
En 2024, 18 periodistas fueron asesinados en el continente americano. 6 de ellos en Colombia, país que registra un brutal incremento de la violencia para silenciar a la prensa. Igual número se registró en México, nación que históricamente ha sido considerada la más violenta del mundo para ejercer el periodismo, pero hoy ha sido superada por Gaza (donde han fallecido 138 periodistas desde octubre de 2023 cuando se inició el actual conflicto en medio oriente). También Haití sigue siendo un lugar mortal para los comunicadores que intentan seguir reportando sobre la tragedia de su país, y en los últimos días de diciembre cobró la vida de dos periodistas más.
Las detenciones arbitrarias y las condenas con acusaciones infundadas contra comunicadores se transforman en herramientas de presión de gobernantes autoritarios y sistemas de justicia manipulados. Las amenazas de muerte del crimen organizado, o las amenazas de cárcel por juicios amañados, marcan en 2024 el crecimiento de los destierros forzados y el autoexilio de muchos periodistas. Desde fuera de sus países de origen muchos desafían las amenazas para seguir con el periodismo de investigación, mientras hacen milagros para sobrevivir en entornos cada vez más hostiles a la inmigración y enfrentan la espera por procesos de asilo que pueden durar años, mientras compiten con miles en el mundo por fondos para financiar su labor. (Fundamedios trabaja junto a un grupo de investigadores de la región en un extenso reporte sobre la situación de desplazamiento de periodistas para un Reporte de UNESCO que será publicado en 20255).
Las amenazas contra la prensa en la región quedaron evidenciadas desde el principio del año, cuando el mundo entero contempló en vilo cómo el crimen organizado se tomó las instalaciones de TC TV en Guayaquil, Ecuador, y transmitió en vivo las amenazas a la prensa y a la sociedad en general. Producto de ese evento, salió al exilio el periodista a quien le colocaron un taco de dinamita en el bolsillo de la camisa, mientras imploraba que no intervenga la fuerza pública. Su exilio además se empaña con la falta de apoyo del medio.
Desde Fundamedios en Estados Unidos, hemos trabajado este año por evidenciar lo que está sucediendo en nuestra región, con un enfoque primordial en buscar sistemas de soporte para periodistas en el exilio. Hemos impulsado una red de apoyo en el National Press Club en Washington. También formamos parte de misiones internacionales de observación y denuncia de la situación en Guatemala, Venezuela y Nicaragua.
Además, integramos el equipo que durante un año capacitó a los más destacados periodistas y miembros del sistema judicial del programa DAC (Democracy and Anti Corruption Fighters) en la George Mason University en Estados Unidos y Universidad de la Paz en Costa Rica. En este camino para levantar la voz por el periodismo crítico y perseguido, elaboramos en 2024 la Hoja de ruta para proteger al periodismo independiente en América Latina y el Caribe ante el declive democrático, junto al Diálogo Interamericano y a Voces del Sur.
2024 marcó los retos que se nos vienen por delante al periodismo, oficio que ante el avance de la inteligencia artificial, la desinformación y las cada vez más exiguas fuentes de financiamientos enfrenta cada vez mayores desafíos para mantenerse a flote y ofrecer a los ciudadanos del mundo puntos de vista diversos, contextualizados y basados en hechos reales. Como diría Berlot Brecht, son malos tiempos para la lírica, pero aquí estamos y persistiremos en defender el buen periodismo. En este informe detallamos algunos aspectos fundamentales de 2024.