A pesar de los planes de un referéndum constitucional en mayo y otras promesas de reforma, la junta birmana sigue atacando los atribulados medios independientes del país, dicen Mizzima News, Human Rights Watch y otros miembros de IFEX. Dos periodistas birmanos son las víctimas más recientes. Thet Zin y Sein Win Aung, editor y gerente […]
A pesar de los planes de un referéndum constitucional en mayo y otras promesas de reforma, la junta birmana sigue atacando los atribulados medios independientes del país, dicen Mizzima News, Human Rights Watch y otros miembros de IFEX.
Dos periodistas birmanos son las víctimas más recientes. Thet Zin y Sein Win Aung, editor y gerente de redacción de la revista «Myanmar Nation», fueron arrestados el 15 de febrero y están detenidos sin cargos. La policía hizo un cateo de su oficina y confiscó documentos, entre ellos una copia del informe sobre Birmania del Relator Especial de la ONU Paulo Sergio Pinheiro, y material sobre las manifestaciones de septiembre en Rangún.
Según Mizzima News la junta de censura del país, la División de Escrutinio y Registro de Prensa, dio instrucciones a la compañía editorial de dejar de publicar la revista semanal.
«El régimen militar birmano mostró una vez más su intolerancia hacia los puntos de vista políticos diferentes al arrestar a periodistas que no estaban haciendo nada más que informar de noticias y opiniones», dice Human Rights Watch. «¿Cómo pueden las autoridades birmanas crear aunque sea un remedo de un referéndum constitucional creíble en mayo cuando no permiten informar las noticias a los periodistas?»
Tras las protestas de septiembre, la junta birmana sigue arrestando a periodistas y activistas políticos. Según Reporteros sin Fronteras (RSF), se sabe que hay 11 periodistas arrestados detenidos en Birmania, entre ellos U Win Tin, de 78 años, quien ha estado en la cárcel desde julio de 1989.
Mizzima News informa que un blogger, Nay Phone Latt, quien se pensaba que había desaparecido en enero, en realidad ha estado arrestado y está detenido de conformidad con la Ley de Disposición de Emergencia.
En otro caso, el poeta Saya Saw Wai fue arrestado el 22 de enero y sigue detenido por un poema sobre del Día de San Valentín que llevaba un mensaje oculto que calificaba al gobernante militar del país de «loco por el poder».
Los periodistas y escritores constituyen más de la mitad de los 1,800 prisioneros políticos que siguen tras las rejas, dice Human Rights Watch.
El más reciente acoso contra periodistas ocurre tras recientes edictos oficiales respecto a la prensa. Human Rights Watch informa que recientemente la junta anunció que todos los textos nacionales, incluyendo el trabajo en línea, deben ser examinados por la Junta de Escrutinio de Prensa.
Según la revista noticiosa birmana «The Irrawaddy», la junta también prohibió a los reporteros que cubrieran diversas asambleas gubernamentales a las que antes asistían.
Se ordenó a varios periódicos de Rangún que publicaran artículos de opinión escritos por el Gobierno que describían las manifestaciones prodemocráticas como una amenaza a la seguridad nacional, y los periodistas tienen prohibido publicar si se considera que sus noticias critican al ejército o denuncian inquietudes de derechos humanos, o simpatizan con la oposición.
La junta también redujo la velocidad y el ancho de banda de Internet, lo que hace que sea más difícil enviar y recibir imágenes de alta resolución y archivos grandes. Las acciones del Gobierno afectan a muchos cibercafés, que son una de las pocas maneras en que los ciudadanos pueden obtener acceso en línea.
Human Rights Watch dice que las autoridades no están interesadas en una reforma real, aunque avanzan los planes para un referéndum constitucional en mayo. «Los arrestos de periodistas y la represión del acceso a la información niegan al pueblo birmano cualquier oportunidad real para debatir la nueva Constitución propuesta» dice Human Rights Watch.
Algunos observadores birmanos también muestran cinismo respecto al papel de la ONU. El enviado especial de la ONU a Birmania, Ibrahim Gambari, viajó esta semana a China, India y otros países asiáticos para buscar apoyo para sus esfuerzos para fomentar la reforma política en Birmania Pero los observadores señalan que en una visita anterior Gambari había logrado pocos avances y que virtualmente ha sido un prisionero del Gobierno.
«Aparte de obtener muchas millas como viajero frecuente en sus giras por Asia, la misión de Gambari está tan muerta como el movimiento democrático de Birmania», dice «The Irrawaddy».
Human Rights Watch espera que aquellos que apoyan a los generales en Beijing, Bangkok y Nueva Delhi tendrán más éxito para presionar a la junta para que ésta respete los derechos humanos. En ese sentido, los activistas de la oposición están pidiendo un boicot de los Juegos Olímpicos de China para que dejen de apoyar al Gobierno militar birmano.
Visite estos vínculos:
– Página de IFEX sobre Birmania: http://tinyurl.com/2voc8y
– Mizzima News: http://tinyurl.com/34jhaz
– Human Rights Watch: http://tinyurl.com/39fx57
– Informe de Human Rights Watch «Crackdown: Repression of the 2007 Popular Protests in Burma» (Aplastamiento: represión de las protestas populares de 2007 en Birmania): http://tinyurl.com/2urmbb
– «The Irrawaddy», «Junta targeting Burma’s press» (La junta ataca la prensa birmana): http://tinyurl.com/2gpo5v
– «The Irrawaddy», «Gambari’s mission is dead in the water» (La misión de Gambari está en calma chicha): http://tinyurl.com/2fevsd
(Foto cortesía de Human Rights Watch)
(26 de febrero de 2008)